Capítulo 5

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Ese mendigo errante que llegó hace unos días... Yasuo. Altera mi tranquilidad. Había conseguido controlar la ira, el rencor y las ansias de venganza, pero... Bueno, él me importuna de forma diferente.

Ya dejo que venga a por agua y comida conmigo, y me impresiona que no se haya quejado ni el primer día. A pesar de que su fama le precede, porque las noticias han llegado incluso hasta aquí, no esperaba que de verdad estuviera tan bien entrenado. Si fuera obediente podría haber sido un gran guerrero de renombre en Ionia.

No estoy diciendo que él matase al sabio que debía proteger, sino que no debería haberse ido al frente. Creo en su inocencia. Tras mentirme a mí mismo durante tanto tiempo negando lo que había pasado, tengo claro cuándo los demás son sinceros o no.

-Maestro, ¿puedo hacerle una pregunta? -Su voz me aparta de mis pensamientos. Nos encontramos cerca de un río en las montañas, y Wukong se ha quedado vigilando la cueva donde he cuidado de Yasuo desde que lo encontramos.
- Ya la has hecho, pero adelante. Haz otra.
- Bien, mejor dos preguntas más. Primero ¿Puedo tutearle? Me es difícil hablar siempre de usted.
- ... Está bien, tutéame
- Gracias, eh... ¿Y te has enamorado alguna vez?
- ¿A qué viene esa pregunta? -Mi respuesta ha sido incluso más rápida de lo que esperaba. Me ha incomodado pero no sé bien por qué-. Perdón, ehm... Creo que no, nunca.
- Entonces no sabes cómo es el hecho de estarlo.
- No, no lo... Esto es ridículo ¿A dónde pretendes llegar? -Ya estoy llenando un recipiente con el agua del río que llevamos oyendo sonar un tiempo.
- Ah, nada... Es que tu mono dice que estoy enamorado de ti, nada que yo diga que es verdad, claro... ¿Pero el sentimiento sería mutuo? -Me incorporo y le miro a los ojos. Está nervioso, como ayer cuando estuvimos hablando viendo el atardecer. Con eso ya ha desmentido lo que Wukong dijo, de modo que no contengo una leve carcajada, divertido.
- No me esperaba esta declaración tan abierta -Dicho eso, sigo llenando el gran recipiente hasta el tope.
- ¿Q-Qué declaración? Es una suposición totalmente ficticia que ha dicho el macaco. No es ninguna declaración. -Suspiro y cojo el gran jarrón, yendo hacia él para deshacer el camino andado, y cuando paso a su lado le doy un beso en la mejilla.
- Volvamos, venga. Y te conseguiré unos zapatos si volvemos a alguna ciudad -No contesta, así que me giro para ver si está bien. No ha movido ni un músculo-. ¿Yasuo?
- ¿Eh? Perdón, estaba... pensando
- Qué peligro... -Interrumpo su discurso y sigo andando. Y ahora sí le oigo caminas hasta mi lado y seguirme el ritmo.
- Bueno, no importa. Era sobre la suposición... -El resto del camino lo pasamos en silencio, y al llegar sólo hablo para saludar a Wukong.
- ¿Todo igual de tranquilo que siempre?
- Todo igual de aburrido, sí -Veo que Yasuo sigue avanzando hasta el final de la cueva y se sienta a observar. Está pensando otra vez. O quizá sólo soñando despierto. Mientras Wukong se sirve un cuenco de agua, yo voy con él.
- Parece que no entendiste mi respuesta cuando estábamos allí arriba.
- ¿Eh? -He logrado que baje de su nube.
- En el río. Sobre la "hipótesis".
- Aaaaaah sí ¿Qué respuesta? No me contestaste nada. -Sonrío levemente, negando con la cabeza.
- Te creía más avispado -Entonces le agarro del mentón y le doy un suave beso en los labios-. Es un sentimiento mutuo.

Una última esperanzaWhere stories live. Discover now