Capítulo 1

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Hacía unos 5 años que no pisaba Jonia, mi tierra. Me prometí no volver hasta haber recuperado mi honor, pero sé que la solución a eso no está fuera de esta isla y voy a encontrar la redención. De todas formas, me mantengo a una distancia prudente de la ciudad capital, ya que allí podrían reconocerme todavía y darme captura. Vago por la isla tal y como llevaba haciendo por Valoran todo este tiempo, y tras unos cuantos días de travesía, encuentro una zona montañosa que no me resulta familiar. Me llevo la cantimplora de agua a la boca, ya que el alcohol hacía días que lo había terminado, pero es el último trago de bebida que cae por la boquilla. Maldigo en voz alta y sigo con la caminata, por los caminos estrechos de las laderas de las montañas.

Han pasado dos días desde que bebí por última vez y no salgo de este maldito laberinto de rocas apiñadas. Ya no siento las piernas y cada vez tengo menos fuerza. Parece que ha llegado mi hora, y moriré sin recuperar el honor de mi familia. Tanto sacrificio para un final patético que nadie conocerá.

Lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento es caer montaña abajo.

Veo a Yone. Está vivo y alegre, conmigo, en una casa alejada de la ciudad, teniendo una vida tranquila... ¿Cómo puedo haber llegado al cielo después de todo lo que he hecho?

Por desgracia, alguien me arranca de ese mundo idílico que resultó ser un sueño en lugar del paraíso, y lo primero que veo es un gran mono que me mira con ojos atentos y grandes.

-¡Maestro, ha despertado! -Dice el animal. En ese momento sé que tiene que ser otro sueño y vuelvo a cerrar los ojos con tranquilidad, esperando poder volver a ver a mi hermano en el siguiente sueño.





Una última esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora