Capítulo 3

610 86 26
                                    


-¿Qué clase de viajero aparece por aquí? -Mientras habla sigue con su trabajo, vendando mis heridas.

-Un viajero que busca recuperar un honor que le arrebataron injustamente. -Respondo en tono seco.- ¿Tienes más agua? -Veo que hace un gesto con la cabeza y aparece aquel mono que vi entre el sueño y la realidad, y veo que llena el tazón con agua cristalina y fresca de una jarra. Vuelvo a beber como si lo fueran a prohibir. Seguro que estoy muerto y esto es el paraíso. Bueno, en realidad sé que no lo es, porque en esd caso bebería mi licor favorito. Lo que sigo sin entender es qué hace un santo en la tierra. Y menos entiendo que cuide de mí.

Han pasado unos días desde que desperté en la cueva, y ya he visto que el mono sí habla, no fue ni la caída ni el síndrome de abstinencia. Se llama Wukong. Y el hombre o ángel o qué sé yo se llama Yi. Bueno, Maestro Yi. Me da una colleja cada vez que no digo lo de maestro.

Ha pasado un tiempo desde que estoy viviendo con Yi y su mono, y todavía no lo asimilo cuando me siento a su lado a mirar el paisaje. Me quedo callado un buen rato, sólo escuchando el viento y notando el calor del sol sobre mi piel, pero en un momento le miro y le pregunto lo que quiero saber desde que lo conozco

-¿Por qué nunca te sacas el casco y por qué tiene 7 lentes?

-Lo necesito para poder ver bien. Me quedé casi ciego por... unos productos químicos -Y ni siquiera me mira al hablar. Eso hace que me pique más la curiosidad.

-¿Y no puedo verte sin él puesto?

-¿Tanta ilusión te hace? -Veo que mueve la cabeza un poco hacia mí, así que asiento. Cuando se lleva las manos al casco se me acelera el corazón y ni siquiera sé por qué. En cuanto tiene las gafas en la mano y me mira noto que sonrío, aunque no pretendía hacerlo ¿Qué es esto? No había estado tan nervioso desde que era un criajo.

-Pues las gafas esas te quedan muy mal. -Muy hábil, Yasuo. El mejor cumplido de la historia.

-Lo sé, yo también las odio, pero no me queda otra. -Me mira a los ojos, así que dudo de su supuesta ceguera "casi total". No entiendo bien por qué, pero en ese momento me sentí como cuando era niño y me habló aquella chica que me gustaba. Creo que acabo de volver a enamorarme por primera vez en muchos años.


Una última esperanzaOnde histórias criam vida. Descubra agora