2

764 38 5
                                    

¿Alguien puede ser más perfecta que yo? No lo creo.

Por fin ya tengo 18. Solo falta que me gradúe y adiós padres, adiós casa y hola a la diversión.

Mis padres me dijeron que me iban a ser una fiesta en el hotel más hermoso del país. Mis amigas, Emilia y Ximena, mandaron mensajes a todo el mundo sobre mi fiesta. Ventajas de ser tan popular y conocida.

Hoy me preparé para un nuevo día sin colegio. Amo los fines de semana, ya que puedo irme de shopping.

-¿Listas chicas?

Yo ya estaba lista. Cabello perfecto, cara perfecta y cuerpo perfecto.

-¡LISTAS!

Emilia, Ximena y yo nos conocimos en una fiesta de gala para celebrar las nuevas empresas de nuestros padres. Les conté sobre mi vida tan fabulosa, entonces ellas se quedaron tan anonadas que quisieron ser mis amigas. Yo, claro que por pena, las acepté en mi grupo y hacen todo lo que yo pida. ¿Genial no?

Subimos a mi carro y nos fuimos al centro comercial a comprarnos los vestidos para esta tarde.

-¡Mira esos zapatos, Caro!- gritó Emilia- Te van a quedar preciosos.

-Paciencia- le dije- Vamos a recorrer todo el centro comercial. De seguro encontramos algo mejor.

Ya para entrar nos chocamos con un pobre y sucio niño. ¿Por qué deben de existir estas personas tan asquerosas?

-Lo siento- dijo en voz baja el niño.

-¡Niño de cuarta!-le grité- ¡Me ensuciaste la ropa con tu suciedad!

-Lo siento, señorita- miró hacia abajo.

-¡Fuera de acá!- le ordenó Ximena- Este no es un lugar para pobres como tú.

Con las palabras de Ximena, el niño se fue corriendo.

No puedo creer que sigan dejando entrar a este tipo de gente.

-Entremos, chicas.

Y eso hicimos, llegamos a nuestro paraíso.

-Espérenme un toque que me voy al baño- les avisé.

Me alejé de ellas para poder ir al baño, pero en eso me choqué con el chico con quien menos quería hablar.

-Hola Caro.

-Joaquín.

Lo miré con cara de pocos amigos. Él estaba acompañado de su mejor amigo, Pedro Smith. Como es estadounidense le eché un ojo el año pasado, pero se hizo amigo de Joaquín.

-Bueno, me voy- les dije- No quiero estar con idiotas.

-¿Así me saludas por mi cumpleaños?

Mierda. Me había olvidado que cumplíamos años el mismo día. 12 de Marzo.

-No tengo por qué hacerlo- intente no explotar de furia-, ya que tú también te olvidaste saludarme al parecer.

El solo me sonrió. Estúpido, no voy a caer.

Fijé mi mirada en Pedro.

-¿Y tu Pedro? ¿No me saludas?

No me pudo decir nada, ya que apareció Emilia e hizo que Pedro se sonrojara. Hay algo que esta chica no me ha contado.

-Caro, hay un vestido rojo hermoso, no tienes tiempo para coquetear ahora.

La voy a matar. Nunca le coquetearía a Joaquín. NUNCA.

Emilia me alejó de los dos chicos para entrar a mi tienda favorita.

PINKLOVE

Compramos más de 5 vestidos. Hubiera comprado más, pero ahora iríamos a la peluquería. Cuando terminamos regresamos a mi casa y nos alistamos.

Me vestí con un vestido rojo largo con unos tacones dorados. Nadie me iba a opacar esta tarde.

Ya eran las 5. Las chicas y yo llegamos al hotel, y nos encontramos a una multitud de gente. Todo para verme a mí. Pero mi expresión de felicidad se fue, cuando vi a Joaquín hablando con su grupo en mi fiesta. ¿Quién lo había invitado?

Me dirigí muy molesta dónde él. Joaquín y sus amigos se van a ir de mi fiesta, no voy a aguantar idiotas.

-¿Qué haces en mi fiesta?- le pregunté muy enojada, pero su expresión fue de sorpresa. Yo pensaba que me estaba fastidiando o algo así.

-¿Qué haces tú aquí?- me gritó- ¡Esta es mi fiesta!

Nos miramos molestos. Cuando vimos la imagen de nuestras madres hablando, sabíamos que algo andaba mal.

-¡Mamá!- chillamos al unísono.

Nuestras madres nos miraron felices. No estaban peleando o gritándose.

-¿Qué está pasando, mamá?- le preguntó Joaquín a su madre.

Ella no le hizo caso y me miró.

-Feliz cumpleaños, Caro.

-Gracias, señora Ochoa.

Luego fijé m mirada en mi mamá.

-¿Qué pasa? ¿Por qué no me dijiste lo de Joaquín?

-Bueno,- comenzó a hablar mi madre- la cosa es esta, ustedes son el regalo.

-No entiendo- respondió Joaquín.

-Primero que vengan sus padres. ¡Agustín! -llamó a mi papá.

-¡Estefano!- llamo la señora Ochoa a su esposo.

Nuestros padres vinieron y abrazaron a sus correspondientes esposas.

-Escuchen- habló es señor Ochoa- Ayer Roberta y yo nos encontramos con Mery y Estefano en un restaurante. Hablamos y nos dimos cuenta que podemos ser buenos amigos.

-Y pensamos- mi madre fue la que siguió- Ya que nos convertimos en grandes amigos por que no juntar las dos empresas enemigas y convertirla en una sola empresa.

Wow, enemigos a amigos. Eso fue un gran salto.

-¿Pero esto que tiene que ver con nosotros?-preguntó Joaquín.

-Esta es la mejor parte- sonrió la mamá de Joaquín- Como nuestras dos empresas son familiares, también quisimos que esta la sea también.

No me gusta a qué viene esto.

-Entonces, tuvimos una idea para que los Domenech y los Ochoa se junten.

¡Mierda! ¡No!

-¡Se van a casar!

Y por eso mi vida no es tan fácil como parece.

NOT EASYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora