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[ Segunda noche KaiSoo ]

Kyungsoo atrapó los labios del moreno en un profundo beso, cedió al impulso que había estado conteniendo.


Abrió sus piernas, rodeando la cintura de su amado. Jadeaba mientras Jongin besaba su sensible cuello. Gemía en cada roce en su lóbulo, era realmente excitante.


Deseoso de que liberara su incómoda erección, jadeó con más fuerza, como suplicando que quitara de una buena vez sus pantalones.


— Qui-Quitalos. — balbuceó.


A Jongin le encantaba ver sufrir a su novio, le encantaba ver a Kyungsoo pedir por más y más. Pedir que lo penetrara profundamente y lo llevara al climax.


Sin embargo, hizo caso omiso al desesperado chico. Comenzó a besar su cuello y arrastró su lengua hasta los labios de su amado.


Kyungsoo abría la boca para dejar un gemido en cada acción. Sin poder contenerse decidió abrir su cremallera, junto con su botón y atrapar su propia erección.


Si Jongin no planeaba darle placer, él lo haría por si solo.


— ¿Qué crees que haces? — expresó indignado.


— Mhg... — soltó intentando contenerse, masturbándose de a pocos.


A Jongin no pareció agradarle en absoluto aquello. Tomó las traviesas manos de su novio y cogió la cinta aislante que estaba al lado, en la pequeña mesa de centro. Lo ató, y las dejó caer sobre su pecho.


— Tú, vas a seguir mis órdenes.


— Si no planeas nada, entonces déjame complacerme por mí mismo.


Jongin rió, le hacía mucha gracia que le dijera aquello, cuando sabía perfectamente que lo iba a follar sin piedad.


Lo tomó de sus manos cautivas y lo arrastró hasta el lavabo del baño. Lo presionó de tal forma que podía verse tan sumiso ante aquello.


Ambos se podían ver en el espejo de en frente. Había elegido el lugar perfecto.


— ¿Miras ese espejo Soo? — preguntó mientras hacía un camino con sus ojos hasta el espejo. Intentando parecer rudo.


— Uhm... Sí. — expresó jadeante.


Kyungsoo mantenía en pie con dificultad, gracias que apenas podía apoyarse en el lavabo con las manos atadas, lo cual le dificultaba.


— Ruega, ¡ruega que te folle! — exclamó el más alto tirando del cabello del más bajo.


— Carajo, ¡follame ya!


Kyungsoo había cedido. Ahora sólo quería tenerlo dentro, embistiéndole sin piedad alguna.


Jongin introdujo dos dedos en la boca de su pequeño, lo cual Kyungsoo correspondió placenteramente. Estaba listo para ser preparado.


Movió sus dedos en la boca de novio. Kyungsoo los succionaba de una forma tan excitante que no pudo aguantar soltar un gemido. Deseoso que sus dedos se convirtieran en su miembro, no aguanto la tentación de voltear al pequeño chico y hacerlo arrodillarse frente a él.


Kyungsoo lo vio con mucha inocencia en sus ojos. Como si no tuviera la más mínima idea de que se aproximaba.


Jongin se quitaba a toda prisa sus pantalones y ropa interior, no quería hacer esperar a los hermosos labios de Kyungsoo.


Jongin acomodó su miembro en los labios de Kyungsoo, y embistió con fuerza dentro de la boca de su novio.


El más bajito parecía disfrutar demasiado de aquello, e incluso lo tomó con ambas manos y comenzó a lamerlo como si de una paleta se tratara. La escancia de Kai era exquisita.


Jongin se retorcía de placer, acariciaba el cabello de su amado y de vez en cuando tiraba de él.


Kyungsoo dirigió sus manos cautivas a su miembro, intentando darse placer a sí mismo. Jongin no se percataba de nada.


Kyungsoo parecía ahogarse con la esencia de Jongin. Su líquido pre seminal se hacía presente.


Ambos gemían sin control, sus melodiosas voces resonaban en cada parte del pequeño cuarto.


Kyungsoo estaba a punto de tocar por si solo su propio punto máximo. El timbre interrumpió el momento de placer de Jongin.


El mismo, quitó su miembro de la boca de su novio, quien había caído al suelo después de separarse del otro.


Sin si quiera pedirle una explicación, fue a abrir la puerta. Olvidándose de su desnudez propia.


— ¿Qué quiere? — dijo abriendo la puerta sorpresivamente.


— Su-Su orden. — balbuceó el repartidor, percatándose de la desnudez de chico.


— ¿Cuánto te debo?


— Quince con cincuenta.


El pobre repartidor, quedó admirado con el gran tamaño que poseía Jongin, pero al darse cuenta que era observado cerró la puerta y tiró la pizza a un lado del sofá.


Nunca perdonaría al repartidor por interrumpirlo cuando estaba a punto de llegar a su climax. Para su sorpresa, Kyungsoo no se llevó la misma suerte. Yacía tirado en el suelo retorciéndose de placer mientras dejaba un charco de semen en su trayecto.


Jongin se sintió un poco traicionado, pues se había consolado por si solo sin pensar en él. Ahora ¿quién iba a satisfacer a Jongin?


— ¡Soo! — expresó con enojo.


— Tardaste mucho, ya no podía aguantar más. — se excusó con la voz agitada.


A Jongin le empezaba a aburrir que en la mayoría de los casos, la situación siempre terminara de la misma forma, era un tanto frustrante que se quedara con las ganas, mientras Kyungsoo se retorcía de placer.

50 Sombras De Exo  [ YAOI ] [ Corrigiendo ]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα