Tres {Final}

4.6K 286 16
                                    

Anabella's POV.

Josh abre la puerta de su apartamento, dejándome entrar primero, pero no por ser un caballero, sino para tocar mi trasero. Pongo los ojos en blanco, me gusta que tenga iniciativa propia, sí, pero también me tengo respeto por mí misma, y sí, lo estoy diciendo luego de haber tenido sexo en el probador de una tienda con un chico que aún no puedo quitar de mi cabeza.

Los brazos de Josh rodean mi cintura, apretándome contra él y comenzando a dar pequeños besos mojados en mi cuello.

—¿Qué sucede? —murmura, sin apartarse ni un poco—. Estás rara.

Suspiro, apartándome de él. Camino hacia su habitación, la cual ya conozco cada parte, sin fijarme en si me sigue o no, aunque conociéndolo sé que está detrás mío, él hace cualquier cosa por sexo.

Al entrar a la habitación, comienzo a quitarme la ropa, sin mucho ánimo. No estoy tan ansiosa por tener sexo con Josh como otras veces, pero no soy tan mala como para dejarlo con las ganas.

—No sabes cuanto me pones —se muerde el labio, comiéndome con la mirada mientras que se quita la ropa.

Es bueno que no note que ni tengo ganas de tener sexo, porque a pesar de que sólo tenemos sexo él se preocupa por mí y de seguro va a comenzar con sus preguntas.

Se acerca a mí y me besa, tomándome por sorpresa, mientras que me toma en brazos y nos recuesta a ambos en la cama. Lentamente, comienza a acariciar mis piernas y mi culo, involuntariamente me aparto, ya no puedo seguir. No puedo hacerlo con él y punto.

—¿Estás bien? —frunce el ceño, sentándose a mi lado en la cama.

—Lo siento, pero no puedo hacerlo —suspiro, apenada.

Toma mi mano, acariciándola, y me mira algo apenado. No entiendo porqué está apenado, si la que está mal soy yo, bueno, él también puede estar mal, pero no ha dicho ni tampoco ha dado a entender que está mal.

—Es bueno saber que no puedes, o no quieres, hacerlo, porque yo tampoco puedo hacerlo —muerde su labio inferior, jugando con sus manos.

Me quedo en silencio, mirándole sin poder creerlo. No puedo creer que Josh me esté diciendo que no puede tener sexo, y no es por el hecho de que tal vez sea conmigo que no pueda tener sexo, sino que es porque es increíble que Josh no pueda tener sexo, sea quien sea la persona a quién se lo esté negando.

—Estás enamorado —no es una pregunta, sino una afirmación.

Él me mira horrorizado ante lo que acabo de decir, pero en cuestión de segundos, bajo mi atenta mirada, mueve su cabeza de arriba hacia abajo, indicándome que tengo razón.

—Oh dios mío, ¿Quién es la afortunada? —sonrío.

—Alice —sonríe, seguramente pensando en ella.

Me pone muy feliz saber que está enamorado y mucho más feliz me hace el saber que es Alice quien ha logrado que él se enamore, porque ella es una chica grandiosa y súper buena.

—¿Y a ti quién te gusta? —codea mi brazo, moviendo sus cejas de abajo hacia arriba, rápido.

—Nadie —murmuro, nerviosa.

Se me queda viendo, con una expresión en su rostro que me hace saber que no me cree para nada y que si no comienzo a contarle todo, me va a ir muy mal.

—No me gusta, pero me trae loca, me pone muchísimo y sólo puedo pensar en tenerlo desnudo sólo para mí —gruño, imaginando a Justin—. Incluso, ya tuvimos sexo, pero aún así no puedo quitarlo de mi mente.

—Te gusta —afirma—. Y ni te molestes en negarlo, porque es muy evidente.

{...}

Entro a la tienda en la que trabaja Justin, como quinta vez en lo que va de la semana, ya parezco una acusadora necesitada, si sigo así me mandarán a un psiquiátrico o algo parecido. Cuando Justin me ve, sonríe, un poco confundido, pero aún así lo hace. Sin embargo, yo no lo hago, no sonrío, ¿por qué? Porque Justin está atendiendo a una chica súper guapa que un poco más y se agacha ahí mismo a chuparle el pene, pero él no hace nada, o simplemente no se percata de toda la onda que le tira la chica esa. Y me molesta mucho eso, sí, pero lo que más me molesta es que no puedo reclamar nada porque Justin y yo no somos absolutamente nada. La vida es cruel, muy cruel.

Rápidamente camino hacia ellos y no lo dudo, me pongo en medio de ellos dos, ganándome una mirada amenazadora de la chica guapa, pero inmediatamente le doy la espalda, fijando toda mi atención en Justin.

—¿En qué puedo ayudarle, señorita? —muerde su labio, tratando de no reír por mi actitud de niña.

—Necesito que me ayude a escoger unos conjuntos para sorprender a un chico —muerdo mi labio inferior, tratando de provocarlo.

Y lo consigo, consigo provocarlo, porque en cuestión de menos de dos segundos ya está caminando hacia la sección más alejada de todos, sección a la cual le sigo.

—Sé que lo hago genial, pero es muy arriesgado volver a hacerlo aquí —murmura, fingiendo que busca algunos conjuntos.

—Egocéntrico —pongo mis ojos en blanco—. Me atraes, demasiado, tanto que no he podido quitarte de mi mente —le soy sincera.

Él se queda en silencio, con una gran sonrisa en su rostro, como si hubiese escuchado algo que le hace súper hiper mega feliz.

—Tú también me "atraes" —hace unas comillas imaginarias con sus dedos, utilizando un poco de sarcasmo al decir la última palabra—, y lo digo con algo de sarcasmo porque simplemente me gustas —se encoje de hombros—. Es pronto, sí, hace mucho que no nos conocemos, sí, pero ninguna chica me ha dejado tan loco por volver a verla o por besarla, no como lo has hecho tú —habla, siendo totalmente sincero, al parecer.

—Entonces... Podríamos intentarlo —murmuro, insegura—. Osea, nos conocemos más, tenemos citas y todo pero no somos novios oficiales hasta que estemos completamente seguros de querer estar juntos.

—Y debemos tener exclusividad —muerde su labio inferior.

Le miro algo asombrada, no me esperaba que él dijera eso, osea, es algo increíble que él lo haya dicho.

A pesar de mi mirada de asombro, él me toma de la cintura para acercarme a él y unir nuestros labios, sellando así nuestra relación, por decirle de alguna manera. 


Underwear Shop ▶ j.bWhere stories live. Discover now