Capítulo 2

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"Oh, my God, I am heartily sorry for having offended Thee
And I detest all my sins
Because I dread the loss of heaven, and the pains of hell
But most of all because I love Thee, And I want so badly to be good"

Madonna

-"¡Dios!"- Necesitaba a Aly a su lado, hacia que todo fuera mucho más fácil

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-"¡Dios!"- Necesitaba a Aly a su lado, hacia que todo fuera mucho más fácil. Estaba cansada de esperar, deseaba condenadamente portarse bien, hacer lo correcto, tener paciencia... pero creia que estaba perdiendo su oportunidad comportándose asi.

-¿¿¿PERO POR QUÉ NO RESPONDE???- Dijo gritando, y casi todo el personal del set se giró para mirarla con sorpresa. Hacía unos minutos que habian terminado: última toma, última escena, último día en el estudio.

¡Ahora tendrían un par de semanas de unas merecidas vacaciones! Correría hacia Aly, estuviese donde estuviese la encontraria y le diria todo lo que sentia, así tuviera que volar al fin del mundo. No podia esperar a tocarla, besarla y hacerle todo lo que la preciosa morena le dejase, las últimas noches habian sido desesperantes imaginando a Aly junto a ella en su cama.

Bip.

[Hola! Perdón por tardar en contestar. Mira lo que he encontrado!
http://w.tt/1Vfls2W]

"¿Qué diablos es esto?" Pensó mientras se bajaba el enlace, "¿un fanfic de Clexa? ¡¡¡Si apenas sabe entrar a twiter...!!!" y de repente sintió una calidez en el pecho, una luz al final del túnel, ya que no le enviaría eso por nada.

[¿¡Dónde estás Aly!?] No tardó ni un segundo en responder el mensaje.

Ya estaba metida en una página web lista para reservar el pasaje, con una mano en el móvil, otra en la tablet y el bolso al hombro, pasó corriendo a través del equipo de grabación para llegar a la puerta de salida cuando de repente Bob la frenó en seco: -¿Dónde vas con tanta prisa? La reunión es en una hora, ¿te vienes por unos sandwiches?- ¡Mierda! Se había olvidado... -En unos minutos estoy ahí, ¡nos vemos en la cafetería!-

[Estoy en casa. ¡De vacaciones por dos semanas! ¿Como estás? ¿Y cómo esta el "kru"? Os echo de menos.]

"¿¿¿OS echo de menos??? ¡¡¡Yo te extraño a ti!!!! Grrrr" Gruñó Eliza para dentro pensando lo difícil que sería derribar las murallas que la misma Alycia se imponía, pero sería genial hacerlo, y disfrutaría muchísimo flirteando con ella... ¡si es que estaba para comérsela! Sabía que era joven e inocente en ese aspecto como buena era interpretando cualquier personaje que le dieran.

Lo sabía porque el mismo cuerpo de Aly se lo había dicho sin palabras cuando hacían la primera lectura del capítulo 2x14. Eliza ya estaba al tanto de la escena del "beso" porque uno de los guinistas se lo había comentado para pedirle su opinión, así que cuando estaban en la sala de reuniones leyendo cada uno por su cuenta el borrador, Eliza no paraba de ojear a Aly para ver su reacción: primero levantó una ceja (se lo veía venir), luego frunció el ceño y por último abrió los ojos como dos platos, su cara roja la delató definitivamente "Ha llegado a la descripción del beso", así que Eliza para jugar con ella le dijo con una sonrisa seductora: -Cuando quieras practicamos- la carcajada general inundó la sala, excepto por Aly que salió a toda prisa de la sala sin mirar atrás, lo que hizo que el volumen de las risas aumentara más aún. Todos sabían que hasta ese momento nunca había tenido que filmar una escena así en toda su vida. Eliza sonrió con la imagen del recuerdo.

[¿Te quedarás alli?]

[Si.]

Tardó un minuto en reservar el vuelo a Australia, así que mientras esperaba la confirmación por mail se puso a leer el fanfic.

Capítulo 2

-¿Dónde está la embajadora de Skai Kru?- preguntó mientras entraba con paso firme la Comandante en el salón de reuniones, todos estaban de rodillas esperando a que ella se sentara en su trono.

-Ya se han ido a Arkadia, Heda- fue lo único que obtuvo como respuesta, se giró para mirar a Titus intentando calmar la furia interior que sentía, y con la voz contenida levantó la mano derecha y dijo: -Déjennos solos- al instante la sala estaba vacía, ni una mosca volaba...

Sin dejar de mirarlo con sus manos en puños contendiendo la fuerza que pugnaba por salir le preguntó -¿Por qué dejaste que se fuera?

-Heda, te lo suplico, ¡recuerda todo lo que te he enseñado! El amor es debilidad. Ser Comandante es aceptar la soledad.-Comenzó Titus suavemente al ver que su cabeza pendía de un hilo, muy fino, como un pelo.

Lexa giró su cabeza, no quería oir esto una vez más. No podia volver a poner su corazón a luchar contra su mente, sobre todo ante la evidencia innegable de que era en el amor donde residía la fuerza, se lo había enseñado Clarke con cada una de las decisiones que tomaba: amor hacia sus amigos, hacia su gente, y hacia la vida -No volveré a escuchar esto-

Pero él insistió alzando la voz: -¡Sí que lo harás!, tus sentimientos os ponen a las dos en peligro, la orden de bloqueo hacia Arkadia debe ser respetada por todos y reforzada por ti, si te preocupas por Clarke déjala que se vaya, es la única forma en la que estará a salvo- y entonces lanzó como si de una daga se tratara -No le hagas pagar el precio de tus errores como hiciste con Costia.

Titus habia cruzado una línea que no debía desatando todo el dolor y la furia que Lexa llevaba dentro -¿¿¿¿MIS errores???? La reina de Azgeda ¡¡¡¡DECAPITÓ A COSTIA Y ENVIÓ SU CABEZA A-M-I-C-A-M-A!!!!, y sin embargo les dejé que formaran parte de mi alianza. ¡SOY MÁS QUE CAPAZ DE SEPARAR LOS SENTIMIENTOS DEL DEBER!- dijo estas últimas palabras destilando amargura.

Titus intentó ver más alla de la comandante, recordar cuando ella era tan sólo una aprendiz, pero le fue imposible: la niña había desaparecido -Lo siento Lexa, no era mi intención ofenderte.

Ella no necesitó mas que tomar aire una vez para volver a calmarse, años de entrenamiento para esconder todas sus emociones hacía que fuera muy fácil ocultarse tras una máscara. -Sí, lo has hecho, pero también sé que tu intención era noble maestro- y con un gesto le indicó que se retirara.

"¿En qué estabas pensando Clarke? ¿Por qué te fuistes sin siquiera una sola palabra? Tú no eres así... estás corriendo hacia una muerte segura en Arkadia..." Se sentó en el suelo al pie de su cama, piernas cruzadas, manos en las rodillas... cerró los ojos, necesitaba pensar con claridad.

Sintió como su mente se disolvía y su voluntad la abandonaba, se deshizo rápidamente de los pocos pensamientos que aún intentaban asentarse para así poder llenarse con el espíritu de La Comandante. Necesitaba analizar los últimos hechos con detenimiento para elegir la mejor opción para su gente.

Lograr que Skai Kru entrara en la alianza habia sido una sabia decisión, ser uno mas de los clanes le habia dejado a Lexa volver a conectar su mente con sus sentimientos, ya no tendría que volver a traicionar a Clarke, ni a la alianza, porque todo era uno. Deseaba condenadamente ser buena ante los ojos de Clarke, actuar bien. Pero se quedaba sin tiempo.

De repente todo se volvió blanco. Su mente no le pertenecía. Miles de imágenes se presentaron en su cabeza, algunas se fueron desvaneciendo mientras otras cobraban fuerza, el pasado, el presente y los posibles futuros aparecian y desaparecian ante ella, rápidamente como un rompecabezas que cobraba vida para morir apenas se completaba, una y otra vez, analizando en décimas de segundo todo el abanico de posibilidades de cada una de las preguntas que ella se estaba haciendo. Toda esta información le permitiría una vez consciente, elegir la mejor alternativa.

La primera vez que se había encomendado al espíritu fue tan doloroso y angustiante que apenas podia respirar. No sabía si las muertes, guerras y amenazas eran reales, le costaba interpretar las visiones. Con el tiempo fue aprendiendo.

Y entonces otra vez todo se volvio blanco. Ya tenia las respuestas. Ver a Clarke junto a ella en la cama acariciándole el brazo después de haber hecho el amor había hecho que le dé un vuelco el corazón. Pero luego la bala, la muerte, Ontari... Titus tenía razón en dejar haber ido a Clarke, el final hubiera sido terrible para las dos. Una luz se vislumbraba al final del túnel respecto a Clarke, ahora sabía por qué se había ido, la tibieza del sentimiento que la embargó le dolió en el pecho al darse cuenta de que si no se daba prisa podría perderla para siempre.

Correría hacia Clarke, estuviese donde estuviese la encontraría y le diría todo lo que sentía, así tuviera que cabalgar hasta el fin del mundo.

Leyendo Clexa Where stories live. Discover now