─¿Y cuál crees que lleva la ventaja?

Con algo de seriedad en su rostro, introdujo muy lentamente una de sus manos por el interior de mi camiseta. Ocasionando, no sólo que mi piel se erizara a su paso, además, yo misma pude sentir como los latidos de mi corazón, aumentaron considerablemente en cuanto posó su mano sobre mi pecho y sonrió al notarlo.

─Él es el líder ─concluyó con una sonrisa.

Asentí y permanecí inmóvil mientras su mano descendía despacio, bordeándome el rostro hasta mis labios. Cuando llegó a ese lugar y sus ojos se posaron en ellos, una especie de fuerza magnética, nos atrajo la una a la otra. Nos besamos de una forma dulce y pausada. Como si el tiempo se detuviera en los movimientos de ese beso. Como si fuera un pacto que en este momento, alguna parte de nosotras estaba realizando. Un pacto de unión, más allá de estas paredes y mucho más allá de los límites de este pueblo. En cualquier lugar, en cualquier momento, este sentimiento, sería tan real como en este preciso instante.

Nos besamos hasta que la falta de oxígeno se hizo notable. Aunque yo hubiera seguido haciéndolo a pesar de ello. Sin embargo, tuvimos que separar nuestros labios y cierto atisbo de tristeza me invadió, en cuando me encontré de nuevo con sus ojos y ese brillo que siempre tienen después de besarnos. Ese, al que tan adicta me estoy volviendo.

─Aún ni siquiera amanece y ya debemos irnos.

─Nos espera un largo camino por delante ─respondió sonriendo.

En un principio, no entendí el motivo de su sonrisa. Es cierto que el camino de vuelta a la ciudad dura aproximadamente sesenta minutos, y a primera hora de la mañana, debemos estar en La cascada, pero no entiendo qué tiene eso de bueno. Aunque después de unos segundos, en los que su sonrisa no disminuía, entendí el significado tras esa frase. Ciertamente, puede que el fin de semana haya terminado y que en unas horas, todo volverá a la rutina del mundo real. Pero no existe preocupación alguna, cuando veo en sus ojos, que realmente, nos espera un largo e intenso camino, juntas.

Abandonamos la cama de muy mala gana, como mismo terminamos de preparar el resto de cosas. White se vio sorprendido al sentir movimiento tan temprano, pero no le costó demasiado levantarse y rondar a nuestro alrededor mientras reuníamos las mochilas, nos vestíamos y dejábamos la casa completamente lista.

Echamos un último vistazo a la sala. Yo, para asegurarme de que todo estaba en orden, luces y llaves apagadas, etc. Ella, probablemente para recordar cada rincón de este lugar que ciertamente, poseía una magia especial.

Cerré la puerta minutos después y comenzamos a avanzar agarradas de la mano, por el camino de madera que llevaba hasta el final del lago. White iba unos pasos por delante, siendo completamente consciente de que nos dirigíamos al auto para comenzar el camino de vuelta a "casa". Cosa que probablemente, tampoco le hiciera demasiado feliz.

Aún se podían apreciar algunas estrellas en un cielo ya no tan oscuro. El sol comenzaría a aparecer de un momento a otro, aunque por ahora, nos permitía seguir apreciando estos últimos minutos de una noche hermosa como ninguna otra. Ambas observamos hacia la lejanía y probablemente el mismo recuerdo de hace algunas horas, nos asaltó a las dos; esos miles de farolillos iluminados, volando hacia algún lugar de la inmensidad. Llenando el cielo de un color anaranjado, lleno de deseos que en algún momento se llegarían a cumplir.

Le permití unos minutos de soledad, que aproveché para llegar al coche, guardar las cosas en el maletero y dejar que White ocupara su sitio en el asiento trasero. Cuando volví a su encuentro, se encontraba de espaldas, contemplando atentamente la casa, el lago y absolutamente todo lo que tenía frente a ella. Rodeé su cintura con mis brazos y abracé su cuerpo, permitiendo que reposara un instante su nostalgia sobre mi pecho. También yo, me permití un momento de observación, de relajación, de simplemente disfrutar la vista de esta casa, que en tantas ocasiones he abandonado y sin embargo, en ninguna de ellas me había causado tanta nostalgia como ahora.

La Luz De Tu MiradaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora