15- No more.

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La guerra marca a las personas; a algunas superficialmente, a otras mas hondamente. A todos nos marca. Pero hay personas que aprenden a vivir con las secuelas; personas que superan el miedo inminente a lo que pueda suceder, personas que continuan su vida sin dejar que la sombra de la guerra las trague. Pero hay personas que no pueden superarlo; personas que se enfrascan en el odio y el rencor por haber perdido algo valioso durante los dias oscuros. Hay personas que no saben sobrellevar sus penas; y se trastornan. Lavender es una de ellas. Lavender fue capturada por Greyback; cuando la rescataron, era otra persona, silenciosa, reservada y con una mirada marcada por el panico. Ron fue quien la rescato y quien se ha encargado de estar con ella; él realmente la ama. Sé que no es sencillo para ella, debe ser horrible vivir con las cicatrices de las atrocidades que le hicieron en su cautiverio; nunca hablo de ello, y Ron jamás la presiono.

Pero no puedo comprender, ni aceptar que una persona porque haya sido herido, vejada y violentada; deba cobrarse con personas inocentes. Pues ni yo ni mi hijo tuvimos nada que ver con el hecho de que Greyback luego de ser condenado se las ingenio para huir.

Y durante los ultimos dos años, luego de mi regreso; nuestro trato disto bastante de ser cordial cuando estabamos a solas. Y con Orión se comportaba como una tia amorosa. Por lo que jamás hubiera sospechado de que algo asi podria ocurrir.

Cuando desperte estaba en una habitacion carente de color. Blanca en cada rincon y centimetro de superficie; una maquina magica a mi lado marcaba mis pulsaciones. Me duele la cabeza, y el brazo derecho. No recuerdo mucho lo sucedido, solo enfrentar a Lavender y a Bellatrix; y luego una explosion y todo se fue a negro. Orión. Mi hijo. ¿Donde esta mi hijo? Si estoy hospitalizada entonces quiere decir que nos encontraron; pero ¿Donde esta? El pitido de la maquina se intensifica, un terror recorre mis terminaciones nerviosas. ¿Y si? ¿Y si no llegaron a tiempo? ¿Y si aquella mujer cumplio su amenaza? Las lágrimas descienden por mis mejillas con desesperación; el miedo y el dolor me cortan la respiración. La puerta se abre, una enfermera regordeta entra seguida de una cabeza rubia.

La enfermera se coloca a mi lado, su rostro serio e inexpresivo, mientras revisa la maquina. Malfoy se ha quedado a un lado de la puerta, con la mirada clavada en el suelo. El pitido no deja de sonar, mis lagrimas caen aun mas rapido; me estoy ahogando sin aire, pues aunque me rodea, libre y limpio es demasiado denso para que lo respire. La enfermera me habla, no puedo oirla, no puedo entender qué me dice. Malfoy se acerca, intercambian mas palabras que mi cerebro no logra comprender. Imagenes de mi hijo cruzan mi mente; las primeras patadas que senti en mi vientre, su primer llanto, su rostro enrojecido apenas salio de mi. Sus primeras palabras, sus pasos, sus besos y abrazos; su inteligencia, su magia. Se me aprieta el corazón y un nudo se instala en mi garganta; de mis labios secos solo escapan lastimosos quejidos de un dolor que no es fisico. Mi alma esta desgarrada.

La enfermera sale, no sin antes lanzarme una mirada triste y un suspiro. Mi alma se desangra esperando lo peor. La incertidumbre y el dolor me estan matando. ¿Qué sentido puede tener mi vida sin mi hijo?

-Shh. Tranquila.- dice Malfoy sentandose en la cama a mi lado.

-Or..Orión- y un gemido de dolor interrumpe mis palabras, siento mi garganta destrozada.

-Shh. Él esta bien. Esta con Potter almorzando. Esta deseoso de verte- sus palabras dichas con tono serio, me calman. Mis sollozos poco a poco se detienen. Trato de inspirar pero el terror aun no se aleja de mi.

-¿Be...Bellatrix? Lavender la ayudo. Oh Ron. ¿Ron esta bien?- Mi amigo debe estar destrozado. Es mi culpa que esto pasara, si yo no hubiera regresado, Ron no se hubiera desvivido por ayudarnos; y ella no se hubiera aliado a Bellatrix.

-Bellatrix esta muerta; la mate en cuanto te vi en el suelo. Y Lavender fue apresada pues no estaba bajo ningun Imperius, y actuo bajo su propio juicio. Weasley esta cabreadisimo, y su hermana cree que Lavender se dejo llevar por sus celos; al volver tu a Inglaterra creyo que Ron la dejaria para estar contigo, ya sabes que siempre fuiste mas que una amiga para él- un sonrojo tiñe mis mejillas, sabia que Ron albergaba sentimientos por mi en el pasado, pero luego de mi huida y cuando supo de Orión quizás se le hubiera pasado. Evidentemente me equivoque. -Si, no te sientas tan complacida; justamente eso genero todo lo que sucedio. Tenemos otro problema entre manos. - dijo seriamente.

-¿Qué sucedio?- pregunto- ¿Podrias darme un vaso de agua?- le pido en voz baja. Me sirve un poco de agua de la jarra que esta a mi izquierda. El agua refresca mi garganta, hidratando mis cuerdas vocales.-Gracias- musito, él asiente y vuelve a tomar asiento en mi cama.

-Yo.. Yo mate a Bellatrix.- su confesion me sorprende, no es que no lo crea capaz de matar, de hecho; cuando todo esto comenzo él era un asesino a sangre fria a mis ojos. Asiento despacio, absorviendo sus palabras- Orión me vio. Orión vio como mate a mi tia.-finaliza agachando su mirada.

No se que decir. Y agradezco cuando la puerta se abre dando paso a un pequeño niño que entra corriendo; Orión. Mi bebé, sano y salvo. Lagrimas de felicidad se forman en mis ojos. Se detiene a unos pasos de la cama, titubeante. Malfoy levanta la mirada, sus ojos estan teñidos de dolor.

-Orión, ven, acercate- le pido suavemente. Puedo ver que duda y que Malfoy se tensa. Orión se acerca a mi lado, y sostengo su mano, clando mis ojos en los suyos. -Orión; él es Draco Malfoy, él es tu padre. Y lo que hizo, lo hizo para salvarnos. Esa mujer, Bellatrix, era la tia de tu padre; y estaba trastornada por sus ideales de pureza. Ella queria matarnos. Matarme a mi por ser impura a sus ojos, y a ti, por ser el fruto de nuestro amor. -le dije, sin dejar de mirarlo, imprimiendo en mi voz y en mis ojos toda la verdad y el amor. Malfoy me miro, y en sus ojos podia leer su agradecimiento tacito. Le sonrei.

-¿Y la tia Lav?- pregunto bajito Orión.

-La tia Lav sufrio mucho durante la guerra. Nada la justifica, pero debes entender; que la guerra nos marco a todos, algunos pudimos sobrellevar el dolor, otros no pudieron dar vuelta la hoja y continuar. Lamento mucho que hayas tenido que ser testigo de aquello.

-No es tu culpa mami, ni tampoco la de padre. El tio Harry y la tia Ginny nos invitaron a cenar cuando te den el alta. Dicen que padre tambien puede venir. -Dijo solemnemente, sin mirar siquiera a Malfoy que sintio cada palabra como una estocada al corazón. Orión no deja entrever que lo haya perdonado, o que acepte que lo hizo en pos de salvarnos.

-Pues, preguntale. - lo aliento. Orión se voltea y lo mira un momento. Evaluandolo, estudiandolo. La desconfianza que posee la comprendo. Sabes que tienes un padre al cual jamás conociste, que participo del bando contrario en la guerra, y mato a sangrefria a quien sabe cuantas personas, aunque haya sido para poner fin a los sufrimientos; y conocerlo, en una situación limite, con tu madre herida e inconsciente. No es el mejor escenario para que dos personas se conozcan. Pero sé que mi hijo no es rencoroso; desconfiado, astuto y un poco manipulador, seguro. Pero el rencor no forma parte de su alma. Por eso me hincho de orgullo cuando con una sonrisa ladeada, digna de su padre, le pregunta.

-Pa...Papá ¿Quieres venir a cenar con los tios, mamá y yo?- Una lágrima corrio por la palida mejilla de Draco; Orión se acerco a él y se echo en sus brazos. Se abrazaron en silencio; me siento ajena a su abrazo. Es un reencuentro, un reencuentro intimo, personal, solo de ellos. Malfoy levanta la cabeza, sus ojos grises lucen calidos, hay paz en ellos. Modula un Gracias.

No todo es color de rosa. La vida es una montaña rusa de emociones; hay tramos de la vida que son perfectos para nosotros, a los cuales les pueden seguir vueltas dolorosas, caidas en picada, cambios y giros que nos asustan, nos cambian. Pero todo cambio en la vida ha de ser tomado con sabiduria. Rescatando la mejor experiencia, rescatando la enseñanza. La guerra, va a ser siempre una sombra en nuestras vidas. No importa lo que venga, la guerra siempre va a ser un manto oscuro que cubre nuestros pasos a nuestra espalda. La guerra cambia a las personas, las vuelve a su modo mas animal y superviviente. La guerra no solo deja desolacion, sangre, muerte y dolor. La guerra deja vida. Deja esperanza.

Para enfrentarse a la vida, hay que enfrentarla desarmado. Limpio y libre de todo prejuicio; expectante por lo que va a venir. Pues aunque sea bueno o malo hay que tomarlo y seguir. La guerra me dejo huerfana, me enseño lo que es amar con miedo, me enseño a amar sola. La guerra quebro mi alma y mi espiritu, pero me dio un regalo. Un regalo mas que maravilloso. Un hijo. Un hijo fruto de una noche de miedo y desesperacion, un hijo que desde siempre comprendio que las decisiones que se tomaron fueron por y para él. Por eso ahora, verlo abrazado a su padre, aquel padre que se perdio su vida; me llena de felicidad. Pues esto demuestra que mi hijo perdona, y entiende de razones.

No me importa si la sombra de la guerra sigue cada paso que dé. No me importa lo que pueda suceder mañana. La guerra es solo un fantasma. Ya no hay dolor. Ya no hay mas pena. Mi corazón esta completo. Ya no necesito mas. No mas dolor. No mas penas. No mas miedo. Me desarmo ante esta nueva vida que se abre camino en este momento. No hay lugar para lágrimas que no sean de felicidad.

Ya todo acabo. Es el principio de una vida nueva. Una vida limpia. Una vida sana. Una vida solos los tres.

Disarm meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora