Capítulo 42

20.9K 1.2K 147
                                    

― Grace... ¡Grace! ―me gritan y me despierto con una fuerte sacudida―. No quería gritar, pero me vi en la necesidad.

Me estrujo los ojos y luego miro a Harry ceñuda. Odio que me despierten.

― Tu teléfono no para de sonar. ―me dice―. Debiste apagarlo como yo hice con el mío.

― ¿Por qué no apagas el mío? ―refunfuño y me acurruco en la cama―. Yo estoy igual que tú, no quiero hablar con nadie. ―digo con voz adormilada. Escucho que se ríe.

― Eres adorable cuando te levantas, ¿Lo sabes?

― Déjame dormir...

― Son las once de la mañana.

― Bueno, en L.A. deben ser las... ¿Tres de la madrugada? ¿Cuatro? Que importa... ―susurro y cierro los ojos.

― Pero ya hice el desayuno. ―murmura y resoplo―. Así que... ―grito cuando me quita las sabanas completamente―. Buenos días. ―canturrea.

― ¡Harry! ―chillo y él se ríe.

― Levántate.

― ¡No! ―exclamo―. Dame las sabanas. ―le ordeno.

― Te espero en la cocina. ―me dice y miro como camina hacia la puerta arrastrando el edredón por el piso.

― ¡Harry Coleman! ―chillo, pero él no me hace caso y sale de la habitación.

Me muerdo el labio y luego sonrío mientras negó con la cabeza. Qué bueno es empezar el día viéndolo hacerme enojar.

Salgo de la cama y camino con paso perezoso hacia el baño, el cual queda en el pasillo. No me importa que horas sean, tengo sueño. Pero, estaría mal hacerle un desplante. Al fin y al cabo el hizo el desayuno y... ¿Lo amo? Eso es razón suficiente.

Camino hacia la cocina arrastrando los pies. No pienso salir de aquí hoy así que, me puse un short de lana de color blanco con pecas azules y una camisa azul claro.

Harry se encuentra sentado con una sonrisa radiante.

― ¿Qué me ves? ―pregunto acercándome a la mesa. Él sólo sonríe.

― Anoche no pude dormir. ―dice y me encojo de hombros―. Hace mucho frío acá y nadie me dió calor.

― Ajá, ¿Quién te daba calor antes? ―tomo siento y miro mi taza de Corn Flakes... hay tostadas... jugo... entre otras cosas que pienso devorar.

― Arruinas mi plan ¿Estás enojada porque te desperté? ―pregunta como si nada.

― No. ―musito y decido comer primero las tostadas―. Espera, ¿Cuándo compraste esto? ―pregunto sorprendida.

― Bueno, hace... ¿Dos horas?

― ¿Por qué no me dijiste que ibas a salir? ―espeto preocupada.

― Bueno, te llamé mil veces.

― ¿A dónde fuiste? ―pregunto y él resopla y bebe de su jugo de naranja.

― ¿De qué hablas? ―dice y entorno los ojos―. Creo que me dijiste que olvidara algo, ¿No? ―habla con voz neutra―. Creo que no recuerdo de qué me estás hablando...

― Perdón. ―musito mirando la tostada―. Perdóname... soy una tonta.

― Insisto, ¿De qué hablas? ―repite y lo miro. Él no se inmuta.

Respiro hondo y asiento. No hablaré más del tema, confío en él.

De verdad que soy una completa idiota. Él está tratando de olvidar y yo... me empeño en hacer lo contrario. Creo que Harry me está dando una lección de...

ALÉJATE [1]Onde histórias criam vida. Descubra agora