Pasos.

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-¡Por Merlín, Har- POTTER! ¡SUÉLTALA! ¡LA ESTÁS MATANDO! Por favor, Nora, llora o haz algo. Te está matando, te está-

Draco, en medio de la desesperación que le llena, suspira con pesadez y sonríe. No hay escena más tierna que la que está presenciando, con Harry alzando a Nora, la hace volar por unos milisegundos y luego la vuelve a atrapar. Claro que la bebé reía tiernamente en los brazos de su nuevo cuidador, que en ese momento le estaba dando un beso esquimal. El rubio no sabe si morir de ternura o matar a Harry; dura elección.

Están en la habitación del rubio, la cual está tan ordenada que parece una de los cuartos prediseñados de las tiendas muggles, piensa Harry. Tal vez la ordenó de tal manera para causarle una buena impresión, tal como las cinco veces anteriores. Es imposible que alguien sea tan impulsivo con la limpieza y el orden... Aunque tampoco es como si conociera a mucha gente que guste mantener las cosas así de impecables, además de Tía Petunia. Gracias a Merlín ya no sabe qué está haciendo o dónde está.

Por quinta vez, Harry cuida a Nora... con supervisión ¡Ni loco iba a dejar sola a su princesa con su enemigo de la vida! (al que, bueno, le debía la vida). Se dedica simplemente a observar con recelo los tiernos y justos tratos del azabache a su hija, conteniendo la envidia de haber tenido una conexión tan instantánea. El rubio está sentado en su cama, con las piernas cruzadas como un indio, mientras que Harry está parado con Nora en los brazos. No evita notar cómo sus ojos brillan cada vez que observa a la bebé, como si fuera una nueva oportunidad de ser mejor, como si fuera una persona a quién salvar...

Fue rara en la manera en la que conectaron, simplemente al verse a los ojos Nora quedó encantada... Probablemente porque nunca había visto unos ojos tan verdes como esos, trata de convencerse Draco, ya que él también se encontraba a veces observándolos incrédulo "¿No será una especie de hechizo?", se preguntó la primera vez que los vio, pero claro que no era así. Además de los ojos,  el maldito sabe cómo cargarla, cómo darle de comer, cómo hacerla reír... ¡Cuánta envidia! Se recuerda hace un mes atrás, sin conocimiento alguno, y mira con el ceño fruncido a Harry.

-¿Y esa cara de querer matarme? ¿Por qué ahora? –Le pregunta el pelinegro, con una media sonrisa, mientras le entrega a Nora y se acomoda los lentes.

El rubio la recibe, pero Nora estira sus brazos hacia Potter. No sabe si sentirse enternecido por la expresión de su bebé o estar celoso. Esa conexión no es normal ¿Y si Potter es el verdadero padre de Nora o así? Es tan tonta la idea que la rechaza de inmediato. Se la vuelve a ofrecer a Potter, y el orgullo le obliga a responder:

-Así aprendes para cuando estés solo.

Su voz es tan fría que se siente bien por ello, pero la sonrisa de Harry hace que se desvanezca. Idiota ¿Qué no entiende que lo está mandando a la mierda? Gruñe por lo bajo mientras busca el biberón de Nora ¿Escritorio, cama, mesita de noche? Frunce el ceño... pero claro ¡Ahí está; con Harry-cuido-a-los-niños-mejor-que-tú-Potter! Le está dando leche a su bebé.

-Lo estás haciendo de nuevo. Deja de mirarme con odio y respóndeme ¿Por qué me odias tanto? -Pregunta con voz suave, y de ver a Nora, vuelve su mirada al rubio.

Draco se queda callado por unos momentos, descubriendo que no; no lo odiaba. De hecho, habían momentos en los que era levemente agradable estar con Harry. Bueno, un momento. Habían discutido de manera sana (no varitas, no agresión física ¡Milagro! ¿Sería eso obra de Merlín?) sobre quidditch. Recuerda cómo se acomodó todo ese cabello negro desordenado hacia un lado, ya que éste le tapaba los ojos, y le sonrió. Lo recuerda como en cámara lenta, y si al principio siente una clase de ¿atracción? luego siente repulsión por lo que estaba sintiendo.

Ella, tu y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora