Seducción

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El resultado del paseo fue una exquisita cena barata en un pequeño restaurante de comida china por los limites de Hallvey park, con sonrisas en ambos rostros y caras de satisfacción volvieron a casa de la chica alrededor de las 9:00 pm, él estuvo a punto de quedarse en su casa. "Aun no es el momento" se dijo así mismo; ademas ella quería que se quedara pero su boca no podía articular lo necesario, ignorando esto cada uno, solo se despidieron.

A la tarde del día siguiente, la chica recibió una llamada de su abuelo, este le decía que volvería al día siguiente a las 11 pm que aterrizaría su vuelo y a eso sumándole dos horas de camino. Ella estaba entusiasmada por supuesto, habría mucho que contar, mucho tiempo que recuperar, poco tiempo para poder hacerlo, puesto que si la cuenta no fallaba el día siguiente seria el siete, lo que significaba que el durante la víspera de El Final, algo sucedería. la historia, o mejor dicho ese "algo" estaba donde la noche anterior había quedado: el sentimiento de quedarse juntos. y se viviría en carne viva justo aquí en el sexto día.

El Extraño no estaba frente a las pantallas, estaba "en otro lado" preparándose mentalmente, corporalmente y espiritualmente. Mucho tiempo le quedaba por delante, pero esto le sobraba. la preparación empezó luego de la fiesta del pequeño Eddie, mientras se quitaba el maquillaje, el disfraz y todo color reflexionaba sobre las anotaciones en su cuaderno, dentro había muchas letras en un idioma ya extinto mostrando una sola cosa y todas sus variantes posibles, siempre había nuevas formas de hacerlo; lo que mostraba era La Vida Eterna. ahora mientras estaba "en otro lado", en su estado indefenso, descubrió un echo muy importante: el ciclo iba a terminar. Todo se volvió más oscuro para él, su mente se enfrió y su sombra directamente permaneció en la nada. 

Bryan, el chico de energía extra, nunca había tenido un dolor de cabeza más grande en su vida; mareos, bloqueos, ceguera momentánea y convulsiones verbales, lo peculiar de este dolor de cabeza era que se iba en un apagón de luces, pero regresaba en los peores momentos. al levantarse de la cama y dirigirse a la cocina por un vaso de agua había tenido uno de estos ataques cerebrales en la escalera, de no ser por el teléfono celular que alarmaba en ese momento una llamada, posiblemente el protector de la belleza hubiera dejado de ser. No había ningún plan ese día en cuanto a la chica se tratase, pero él quería verla y con todas sus fuerzas, la desesperación lo invadía y que ella no fuera la que lo había de cierta forma salvad, lo afligía. Alrededor de las 6 pm, el chico se encontraba afuera, dando vueltas en calles y avenidas sin saber donde se dirigía exactamente, su sudadera pegada al cuerpo, su cabello cubriendo parte de su frente y sus jeans ajustados, cabizbajo, como en el principio. repentinamente hizo lo que el quería hacer, fue hacia su casa.

El sol se despedía dramáticamente, las nubes parecían clonarse con cada segundo, solo un halo de luz dejaba entrever el anaranjado fusionado con el rojo y amarillo. Frente a su ventana solo veía despedir el día por su cabeza pasaba una interferencia como la de los televisores cuando la señal se corta completamente, su radio mental se apagaba. mientras la oscuridad grisácea daba cabida a los foco resplandores de las lamparas nocturnas, una sombra pasaba sobre ellas, el chico se aproximaba, sentía una felicidad indescriptible por saber que la vería, por saber que ella vivía. El infierno en su cabeza empezaba a crecer con cada paso hacia ella, pasaba por las etapas como un circulo, "es mi cura" pensaba, "todo acabara". Ella seguía en frente a la ventana, una chispa de señal se activo cuando bajo su ventana pronunciaron su nombre; una voz masculina que conocía, una voz que la trajo devuelta de donde quiera que se hubiera ido. El chico subió aprovechando la estructura de la casa hacia la ventana y ya estando dentro, al verla, el infierno fue apagado y ella reconectada. Ambos se abrazaron como si no se hubieran visto por un larguísimo tiempo, se aferraron con tanta fuerza que su espíritu paresia fundirse en uno solo y luego un momento de separación para ver sus ojos cada uno con un fuego dentro ardiendo y quemando cada sentido común, y un beso apasionado sello completamente el pacto de su existencia "en otra parte".

Sus manos buscaron rápido el respiro de su cuerpo, la sudadera del chico cayo en un abrir y cerrar de labios, al igual que su blusa y en total toda su ropa. Su suave y tersa piel se deslizaba entre un pequeño aura haciéndolo vibrar, se recostaron en la cama en un suave gemido; respiro tras respiro parecían necesitarse, un paraíso, su miembro se deslizaba una y otra vez entre ella, entre su centro, ¿Que importaba sentirse seguro? solo importaba pasar por la zona de guerra sanos y salvos. sus ojos se mantuvieron cerrados en todo el acto, no era necesario ver la divinidad, el paraíso, él fue bajando lentamente sobre su vientre, explorando un mapa para encontrar un tesoro, su deseo se traducía en estallidos y gemidos, y de los acolchados labios brotó: "Hazlo".

Fue suave, sin dolor, despacio... buscó el tiempo entre  ese abismo. una y otra vez, en un ritmo constante, pum-pum-pum latían los corazones en un himno de alegría, un resplandor pareció brotar de la nada. No había oscuridad, solo luz, luz cálida y protectora alrededor. pum-pum-pum... un paraíso, el paraíso, su paraíso. terminaron abrazados uno junto al otro dormidos, soñando desnudos de todo.

Ese otro lugar desconocido, devolvió al extraño, un vapor lo rodeaba, fue un golpe astronómico, el antes y el después desaparecieron, solo quedaba el ahora; el ahora lo había traído devuelta, el día séptimo llegó. El Extraño se levanto del circulo donde había viajado, miro las pantallas tan nítidas donde todos mostraban una sola cosa: La Vida Eterna en estado puro.

"Nuestro Paraíso"


ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora