La hermana de Arzaylea (Luke Hemmings)

Capitulo 30: Gotta Get Out

"Si la tierra termina derrumbándose ante tus pies, solo tenemos que salir, y si los rascacielos caen y se estrellan a tu alrededor, solo tenemos que salir" 

Las palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza. 

"Estoy embarazada"

Mi cerebro trataba de procesar la información, pero era imposible, un inmenso dolor en el pecho me lo prohibía. Mis labios comenzaron a temblar, un escalofrió recorrió mi espalda una y otra vez, y por ultimo sentí como mi corazón se achicaba poco a poco provocando un nudo en mi estomago y garganta. 

Quería gritar, llorar y armar un gran escándalo, acercarme a él y preguntarle porque me habia hecho esto, porque le haba hecho eso a mi hermana, jugo conmigo y jugo con ella, tomo nuestros sentimientos como si fueran unos juguetes nuevos y únicos para un niño y cuando se aburrió los olvido, él me olvido. 

El odio, el dolor y la desilusión circulaban por todo mi cuerpo como si fuera mi sangre, él frió crecía dentro de mi, y necesitaba liberarme, poder estar sola y procesar bien lo que acababa de escuchar. 

Una vez que mi estado de shock se fue, mi cerebro considero la idea de ir hacía ellos y darle una gran cachetada a Luke, contarle la verdad a mi hermana y tomar la responsabilidad del posible castigo y reprenda que me dieran mis padres. Pero luego recordé la niña tonta y débil que soy, apenas tengo quince años y no soy capas de enfrentar todo lo que traería confesar lo que hay entre Luke y yo, aun así corrí por las escaleras hacía mi habitación, sin importarme que me vieran, sin importarme que vinieran detras de mi, ya no me importaba nada.  

Entre a mi habitación, y tras mis espaldas cerré la puerta con llave, recargue mi cuerpo sobre puerta sin dejar de pensar en las palabras de Arzaylea y lentamente me deslice sobre la puerta, ahora todo comenzaba a tener sentido, los cambios de actitud de mi hermana, su ausencia y lo que había dicho Luke la noche anterior, todas las piezas comenzaron a unirse como en un rompe cabezas, sentí el frió suelo rozando mis manos y luego mis piernas mientras deslizaba lo que quedaba de mi cuerpo por la puerta. 

Las lagrimas comenzaron a amenazar con salir de mis ojos, no quería llorar, sentía que ya habia llorado demasiado y no deseaba seguir haciéndolo, pero las lagrimas solo son una descarga de agua que sale de nuestro cuerpo cuando uno se siente triste, y nadie decide cuando sentirse triste, si lo decidiéramos todo sería más fácil, creo que inconscientemente mi cerebro creo la teoría de que si no lloro tal vez duela menos.

Las lagrimas se deslizaron por mis mejillas, y ya no me importa si comenzaba a ser débil o si era fuerte por no llorar, solo quería desaparecer, evaporar me de la faz de la tierra, o tan solo ser una ave, las aves pueden irse volando cuando todo comienza a salir mal.  

- ¡Emma! - Dijo mi madre del otro lado mientras golpeaba la puerta - ¡Emma por favor abre la puerta! 

Mi madre, a estado algo ausente todo este tiempo y ahora quiere que abra la puerta, ¿Para que? ¿Para que hablemos? No tengo nada que hablar con ella. 

Emma creo que es una de las primeras veces que puedo decir que tienes razón. 

Gracias consciencia. 

- ¡Cariño por favor! - Replico mi padre.

Siempre le he tenido un cariño especial a mi padre, él es quien me abrazaba y me contaba cuentos de hadas cuando me despertaba asustada a mitad de la noche, él me había enseñado a pescar cuando apenas tenía diez años, él me había enseñado casi todo lo que se, él siempre estuvo ahí, y ahora esta aquí, en mi primer corazón roto de verdad, se que él intenta ayudarme, tomar los pedazos y poder de alguna forma buscar a alguien digno que los pegue entre si, y que cada pieza quede como antes, pero esta vez es distinto y prefiero estar sola.