Capítulo 3:

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10/03/16

Daisy despertó pensando en su hermana, se acababa de enterar que la habían rescatado del secuestro, se sintió mal por no haber hablado con la policía cuando no contesto su teléfono ni ningún teléfono después de salir de trabajar el primero de marzo. Miraba a su prometido Connor y se sentía aún más culpable pues ese día no llamo antes a su hermana porque estaba con él en una cita que llevaban planeando desde hacía mucho. Aunque ella se sentía culpable no podía darle el crédito a él por hacerla sentirse así, Connor sería su esposo, -seré la nueva Señora Scott- se mentalizaba cada vez que pensaba en que la culpa era de él -debo actuar como tal, el despertó segundos después y sonriendo saludo a su novia con un amoroso -buenos días Belleza- buenos días Conn- le responde Daisy y lo besa, sonríen y se besan otra vez.

-Que te gustaría desayunar Dais- ella se acerca más a él y le dice -no sé, sorpréndeme- ambos ponen sus sonrisas perfectas y Connor se para de la cama. Daisy se queda viéndolo ponerse unos pantalones y bajando a la cocina, sonríe y recuerda, lo que no debería recordar, lo que no quiere recordar; a sus hermanos. Su cara cambia, estira la sabana por encima de la cabeza y suspira. Tiene que superar la culpa y aceptar que su hermano mayor se volvió a encargar de su hermanita en vez de ella, se saca la sabana y se pone una camisa de Connor, baja a la cocina y corre los ventanales del jardín, sale y se pone al sol en su asoeladora, con sus gafas de sol; puede ser la casa de Connor pero muchas cosas en ella son suyas y pronto todo lo será, le entusiasmaba el hecho de ser una nueva mujer casada con un hombre perfecto. Connor la llamo y ella fue hasta la mesa y se sentó en el puesto habitual junto a él, comieron como la pareja más feliz del mundo y vieron televisión después del desayuno como amigos inseparables, eso son y eso serán siempre.

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¡Soy muy torpe! Esta mañana me estaba maquillando para ir a trabajar y recordé mi compromiso con Marc pensando que era hoy y se me corrió el rímel. Tuve que lavarme la cara y maquillarme otra vez pues no tenía desmaquilladores y llegue tarde a trabajar. Ya en el trabajo me instale en mi oficina y mi celular empezó a vibrar, lo tome y conteste la llamada entrante que vi en la pantalla, era el oficial que acompañaba a mi hermano ese día, se llamaba...Dine; se llamaba Dine. Me pidió que fuera a la comisaria cuando pudiera que necesitábamos hablar de Salvatore, no me negué como buena hermana que me considero y ahora tengo que ir a la comisaria en el almuerzo. No es algo grave espero aunque esta mañana dejo su celular con la pantalla encendida y yo le dije que bajara por él pero antes de que lo tomara revise la pantalla y tenía treinta y dos mensajes de una tal Elizabeth, no los vi pero sé que si es un amiga debe tener un problema grave de intrusión y si ella esta tan desesperada, le debe de gustar él a ella y él ya tiene ''una amiga'' en su mira en la que ocupa todas sus tardes y tiene su corazón. Quizá de eso quiera hablar Dine, Clara puede estar manteniéndolo distraído en el trabajo y él se preocupa por mi hermano. Trataré de solucionar lo que sea que aqueja a Dine y a Salvatore para que cuando Daisy llegue todo esté en orden.

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Salvatore estaba impresionado, jamás creyó que Elizabeth fuera tan acosadora, él jamás había tenido tantos mensajes en su celular esperándolo cuando lo tomaba de la encimera por las mañanas, lo peor de todo era que sus mensajes solo decían -hola Salv, ¿cuando vuelvas al país puedes ir a New York?, necesito que vengas rápido, estoy muy estresada con todo lo que sucede en la oficina y no logro solucionar el caso para el que te pedí ayuda la otra vez- todo eso en treinta y dos mensajes de texto, le escribió directa y crudamente una respuesta a todos los mensajes -Eli, no puedo volver aún al país y menos a New York, no puedo ayudarte querida, tengo trabajo en Washington, una boda y un cumpleaños, lo siento- no escribió mas solo apago completamente el celular y lo metió en su chaqueta, continuó con su trabajo hasta la tarde y se fue a su cita con Clara, pasaron un excelente momento y Salvatore quedo extasiado por lo que ella pensaba que hicieran al día siguiente.

Atrapada en mi libertadWhere stories live. Discover now