Habían pasado algunos días. Freddie seguía hospitalizado. Emma, la mayoría del tiempo estaba con él.
Era miércoles y Matt estaba con ella, cuidando de Freddie; éste último dormía. La pelirroja y su novio estaban acostados en el sillón de la habitación. La pelirroja no paraba de besar a su novio.
— Amor... Freddie nos va a ver —susurró Matt, quien tenía las mejillas bastantes rojas.
— Está bien dormido... —Emma lo miró con una sonrisa traviesa—. Y ayer no te vi, así que deja desquitar todas esas horas sin besarte.
— Con gusto dejo que desquites todas esas horas, pero no frente a Freddie...
— Oh, vamos, está dormido. Solo estoy besando a mi novio. ¿Eso tiene algo de malo?
— Amor, no tiene nada de malo. Pero estamos aquí para cuidar de Freddie. ¿Lo recuerdas?
— Sí, tienes razón. Sólo que hay ocasiones donde te veo muy poco y bueno...
— Vamos, amor. Sabes que tengo que trabajar duro para pagar la universidad. Quiero tener un buen trabajo, para poder darte todo cuando vivamos juntos.
— Lo sé, Matt... Lamento ser tan egoísta en cierta forma.
Matt iba a responder, pero ella lo impidió tras abrazarlo y besarlo. Emma sabía del enorme esfuerzo de su novio.
— ¡No dejan dormir! -exclamó Freddie.
Emma se volvió a su amigo, quien tallaba sus ojos.
— Para eso hay lugares, ¿de acuerdo? —espetó Freddie—. No en la habitación de un herido.
— No estábamos haciendo nada... —aseguró Matt.
— ¿Ah, no? Pues Emma parecía querer comerte.
— Cálmate, idiota —Emma miró hilarante a su mejor amigo—. No hicimos nada.
— Pero bien que querían —bromeó el moreno.
Matt estaba completamente rojo. No podía articular palabra alguna. Freddie sonreía de manera burlona.
— En fin... —Freddie se incorporó en la cama—. Hoy me dan de alta. Muero por irme a casa.
— Tus padres ya vienen en camino —le hizo saber Emma.
— Que bien, ya no aguanto un día más aquí —se quejó.
— Iré por un café... —avisó Matt —. ¿Necesitan algo?
— No, nada —respondió Emma, mientras que Freddie negó con la cabeza.
— Bien, ahora vuelvo.
Freddie y Emma lo miraron mientras salía de la habitación.
— Pasado mañana es su aniversario —comentó Fred al tomar la mano de la pelirroja—. ¿Estás feliz?
— Demasiado... Matt me dijo que le gustaría pasar la noche conmigo...
— ¿Pasar la noche... Juntos?
— No seas mal pensado —pidió ella al poner los ojos en blanco—. Dijo que le gustaría amanecer y que yo esté junto a él.
—Ah, menos mal...
— Me compré un vestido para ese día.
— ¿Ya saben qué harán?
— No. No me quiere decir nada.
— Quizás te lleva a un lugar muy lejos para estar solos —Freddie guiñó un ojo.
— ¡Freddie, basta!
YOU ARE READING
• COULD IT BE U, SWEET LADY •
Teen FictionBien dice el dicho: Del odio al amor, solo hay un paso... Pero, nadie dijo que darlo sería tan fácil.