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Una hermosa pelirroja se hallaba terminando su ducha.
Envuelta en una toalla, se dirigió a la salida del baño. Se podía ver una enorme sonrisa dibujada en sus delgados labios.
Mirándose frente al espejo, inspeccionaba cada centímetro de su rostro. Sonrió por última vez y salió. Caminó hasta donde se hallaba la ropa que usaría ese día y, al mirar su reloj, por poco caía.

- ¡Rayos, ya es muy tarde! -gritó, al tirar su toalla y tomar su ropa.

Se vistió rápidamente, cepilló su cabello y lo sujetó como pudo. Tomó su mochila, un par de libros y salió corriendo de su habitación.

Freddie y los padres de Emma, estaban en la sala de estar. El más joven de los presentes, miraba impaciente hacia las escaleras.

- Por mi hija siempre llegan tarde -comentó el Sr. Thomas, al mirar divertido al moreno.

- Oh, ya me acostumbré a siempre llegar tarde -dijo el joven-. No se preocupe.

- Ya estoy lista -exclamó Emma al aparecer-. No encontraba unos libros...

- Por fin... -musitó su mejor amigo, mientras movía la cabeza en forma de desaprobación.

Emma le lanzó una mirada asesina, al paso que se acercaba a él.

- Es mejor que ya se vayan... O se les hará más tarde -sugirió la madre de la pelirroja.

- Sí, mejor hay que darnos prisa -presionó Freddie , al adelantarse a abrir la puerta.

Emma corrió hasta sus padres y con un efusivo abrazo, se despidió de ellos.

– Los veo más tarde.

Ambos chicos comenzaron a caminar hacia la universidad, la cual quedaba a unos veinte minutos. Freddie se miraba al espejo, para ver si su rostro no tenía algún moretón.

- Lo bueno que ese sujeto no sabe golpear -murmuró Freddie, al acomodar su cabello.

- No debiste caer en su provocación murmuró la pelirroja.

- Te estaba molestando. Se cree muy hombre por meterse con una mujer.

Freddie se volvió a Emma, mientras sonreía de manera compasiva.

- Gracias por defenderme ayer. Sentí que me haría algo.

- Tranquila, Emma. Eso y más haría por mi mejor amiga.

Ella sonrió, mientras ponía los ojos en blanco. Freddie le devolvió el gesto.
Caminaron calle abajo, para así poder cortar camino y llegar más rápido a su destino.

- Dios, es muy tarde -se quejó Freddie-. Tenía que ver a Mary antes de entrar a clases.

- Disculpa... No puedo evitar hacer que lleguemos tarde.

- ¡Pues intenta levantarte más temprano!

- Lo haría si no fuera porque...

- Toda la noche te la pasas hablando con Matt -interrumpió su amigo, al mírarla con una ceja arqueada.

- Exactamente. Necesito hablar con mi novio -corroboró ella, al sonreír.

- ¿Cómo no se aburren? Digo, todos los días se ven. Todo el día hablan. Necesitan darse su espacio cada uno.

- Así es esto del amor, espécimen sin corazón... No puedo estar bien si no hablamos.

- Claro... Yo con Mary no soy así. Con un ratito que nos veamos todo está bien.

- Ustedes apenas tienen poco de ser novios. Matty yo llevamos años. Ahora, somos uno solo.

Freddie miró hilarante a su amiga, pero después sonrió, le agradaba ver feliz a Emma.

• COULD IT BE U, SWEET LADY • Where stories live. Discover now