Problemas con un Gato

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Elizabeth:

- Entonces le dejaste la pieza? - Estaba furiosa, me tomaban como una joven falta de experiencia a pesar de que no era la mas joven del circulo.
- Dejenme tomar mis decisiones!
- Tus decisiones nos pueden llevar a la situación mas difícil que hayan tenido los Gremios! - Reprendió la luz violeta.
- El esta destinado a Reinar!
- Ningún Rey orgulloso es bueno - Me hablo la luz esmeralda - Le estas colocando mucho peso.
- No tienes derecho de decir eso - Replique - Tu Peon alado apenas esta pasando la pubertad y ya esta pensando en su tarea en el Apocalipsis.
- Sentada Ortencia - Me susurro a mi lado el pequeño destello dorado, me trague el mal humor y me volví a sentar en la silla zafiro.
- Tienes que remendar tu error - Hablo la voz masculina del brillo albino, nunca lo había conocido y a decir verdad parecía que nadie nunca había hablado con el, solo pequeñas palabras. Lo único que se sabia de el es que posiblemente era mas fuerte que Roble - Y lo vas a hacer lo mas inmediatamente posible.
- Ustedes solo están refutando para que no se haga lo que nunca se ha hecho.
- No pequeño Zafiro! - La luz esmeralda alzo la voz - Refutamos en contra de que el piense que es algo normal la guerra que lo estas haciendo pasar en su mente y en su espíritu! Entiende que el pecado es mas atractivo que la luz!
- Por lo menos deja que la Rosa lo purifique.
- El tiene que pelear solo.
- Pero que quieres hacer? - Me pregunto la luz Dorada.
- Quiero que el aprenda lo que todos en esta sala tuvimos que aprender. Que se le puede decir no a la tentación y que podemos usar la debilidad que tenemos en contra del enemigo. Aquí todos nos hemos visto tentados y pudimos darle la vuelta - Todos en la sala se quedaron callados durante un tiempo largo.
- Y que pasa si no esta listo? - Preguntó la voz violeta - Ya estamos listos para elejir el grupo que va a la expedición en busca de las siete casas y el es uno de los candidatos, que pasa si se corrompe?
- Perdonanos, pero si no se la quitas tu, se la quitaremos nosotros.
- Si van todos juntos van a matarlo! - Grite con fuerza, todos se levantaron de su lugar dejando en mi la impotencia de que mi opinión quedara derrocada por la mayoría opositora.
- Le dirás que es como una prueba o una selección, iremos uno por uno peleando contra el si es que nos gana y al final estarás tu.
- Ya es decisión, sabes lo que pasara si te resistes - La lágrima que caía ahora era gélida y se había quedado congelada en mi mejilla. El castigo era severo y sabia que no podía pasar por allí otra vez.
- Si - Respondí en un susurro, el brillo dorado volvió a hablar.
- Vamos a luchar uno por uno, de primera iré yo, si no logro quitársela, entonces pasara el idiota de morado, para que después venga Roble y como se llame el otro.
- Y de ultimo estaré yo - Dije, sabía que iba a ser difícil pero era mas un deber que una decisión. Eramos mitad ángeles que mataban demonios y solamente eso, ya había violado las normas con Lisa, ahora no me permitirían otro error. Dimos por cerrada la reunión y cada uno se fue por un lugar diferente como siempre lo hacíamos, me encontré con los gemelos en el aeropuerto una hora antes del vuelo, estaban sentados los dos en una pequeña mesa circular en uno de esos sitios extranjeros donde vendían comidas de otros países mas caras que en los mismo países donde las hacen, los dos se hablaban distraídos de donde estaban entre risas y susurros, al llegar tuve que tocar la mesa para que se dieran cuenta de mi existencia.
- Como te fue? - Me pregunto el chico levantándose del asiento. Se me formó un nudo en la garganta al momento en que entendí el valor de sus palabras.
- Vamos a luchar contra Xavier - Dije tapandome los ojos para evitar lágrimas. Nunca te das cuentas que tanto y tan rápido te puede importar una persona hasta que ves que esa persona estará en peligro, y crea un mal sabor el pensar que posiblemente seas tu el quien le hará daño. Ángel vio a su hermana y luego volvió su mirada otra vez hacia mi.
- Como? - Pregunto entre risas - Escuche de verdad algo muy tonto.
- Callate - Le dijo Anna - Simplemente no digas nada - Ella se levanto y me dio un abrazo deslizando sus brazos por mi torso y pegando la cabeza de mi pecho. Su abrazo fue cálido y dulce en mi alma, ella no sabia cuanto se lo agradecía, su cabello olía a shampoo perfumado y mentolado en una ligera fragancia dulce.
- Sigues usando el Shampoo de tu hermano - Le dije, ella solo sonrió y me beso la mejilla con labios húmedos. Ángel solo observaba con una expresión de mirada baja, labios fruncidos y ojos perdidos en pensamientos.

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