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20 de Junio

-Juan Luis Londoño- le llamo entre sollozos- ¡Juan!- y escucho sus pasos que se acercan desde el baño.

-Princesa ¿pasa algo?- se sienta a mi lado en la cama- Te he dicho que no me gusta verte llorar- me acaricia la mejilla como gesto de cariño pero a la vez limpiándome las lagrimas- ¿Hice lago? ¿Te sientes mal?- niego con la cabeza.

-Es que...- suspiro- Siento que no hemos planificado nada para el nacimiento de los mellizos y ya tengo cinco meses.

-¿Estas llorando por eso?- sonrío tímidamente- Las hormonas te tienen loca- suelta una carcajada- Nos tenemos que ir a la clínica en 15 minutos ¿crees que de aquí hasta que salgamos de allí sabiendo los sexos podrás volver a ser feliz?

Juan Luis realmente sabe como hacerme cambiar de humor.

-Vámonos- me levanto y le tomo la mano saliendo de mi habitación donde pasamos la mayoría del tiempo en vez de la casa de invitados donde se supone que Juan duerme.

-¿Van a la clínica?- me pregunta mi padre al lado de mi nana quien estaba de vacaciones cuando estamos caminando a la puerta- Llámame en cuanto salgas- me da un beso en la frente y le dedica una mirada a Juan.

Mi padre no dejó que Nadia regresara a la mansión porque yo me tendría que ir para que volviera así que la mandó de nuevo a Milan bien lejos de mi y los mellizos aunque no se si se divorcien o no.

-Quiero volver a Medellin- le digo despues de unos cinco minutos en el auto- Además, me imagino que tienes que volver a los conciertos.

-Princesa quiero estar contigo durante el embarazo- me toma la mano.

-Pero ¿no es mejor que estés en sus primeros meses?- tocar este tema me entristece pero se convirtió en parte de mi vida.

-Me gustaría estar siempre- aprovecho que la luz del semáforo esa en rojo para darle un beso en los labios, se que a él le entristece aun mas ya que es él quien no estaría con nosotros.

No se que opine de lo que estoy a punto de proponerle pero igualmente estoy dispuesta a decírselo.

-Y si... ¿viajo contigo?- a pesar de que la luz cambio a verde y sigue manejando, creo que si no fuera por los carros que están atrás, tal vez hubiese frenado en seco- Hasta que no puedo claro...

-No tienes que pasar el embarazo viajando por mi, es decir, me encantaría estar con ustedes pero ¿no te cansarías?

-Estaría contigo- le sonrío a pesar de que esta viendo al camino- No te gusta- digo al ver que su expresión no cambia y le suelto la mano volteándome para ver la ventana.

-Nina no es eso- trata de tomarme la mano de nuevo pero no lo dejo.

-Pues adelante, vete y pasaremos semanas sin verte.

-Nina basta- exclama- Se que las hormonas te ponen así a la defensiva pero siempre estás pensando que me quiero alejar de ustedes- puedo ver cómo aprieta con fuerza el volante- Trabajo para que seas una reina y nuestros hijos princesas o príncipes- ¿hasta cuándo seguiré haciendo esto?- además, mis viajes hacen que no duerma y me estrese.

-Esto es ridiculo- digo en cuando se estaciona y me bajo del auto sin esperar que me siga.

Quiero viajar con él, quiero tener una relación normal con él pero lo más importante es que quiero que él quiera todo eso también. Tal vez no deba ir con el.

Entro al consultorio de la doctora después de escuchar un "pase" y me siento en una de las sillas frente a la doctora.

-Buenos días- le sonrió amablemente.

-Nina- me dicen en forma de saludo- ¿Juan vendrá?

-Debe de estar subiendo- eso espero.

Hablamos un poco de cómo me he estado sintiendo estas últimas semanas hasta que la puerta se abre y Juan Luis entra.

-Ven conmigo- dice caminando hasta mi y lo miro desde abajo ya que estoy sentada- Ven conmigo y te enseñaré el mundo y lo mucho que trabajo por ustedes- se agacha al frente mío y me toma de las mejillas para robarme un beso- Te amo.

-Yo más- le sonrió y se sienta a mi lado y me doy cuenta de la sonrisa de la doctora- ¿Podemos ir a ver a los mellizos?- hago un puchero.

-Tienes cinco meses pero tal vez los pequeños no se dejen ver- se levanta y vamos- Veamos a ver si los podemos ver.

Me acuesto en la camilla, abro el cierre de mis pantalones y me subo la camisa hasta que queda debajo de mis pechos.

-¿Tienes alguna preferencia?- le
pregunto a Juan a mi lado tomándome mi mano mientras Diana pone el gel en mi vientre.

-Que sean tan hermosos como tú- me sonrojo y le doy un beso.

-Aquí está uno- dice la doctora poniendo el aparato de un lado de mi vientre- Y aquí el otro.

-Hermosos- me susurra Juan en el oído.

-Felicidades... van a tener un niño y una niña.

No termina ni decir la oración cuando los dos estamos llorando y abrazándonos.

-¿Quieres ir a la tienda de bebés para comprar cosas?- asiento y le robo un beso- Tendremos una princesa y un príncipe.

Mi Pequeño Gigante 1 (MALUMA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora