[ML] Siempre a tu lado [Terminada]

Castigo [Marichat]

Previamente:

—Adelante, gatito.— al abrir la ventana, Chat Noir entró a la habitación de la joven.

Adrien necesitaba hablar con Marinette y por ello pidió ayuda a su forma heróica. El felino, una vez dentro del lugar, se recargó en la pared más cercana a la ventana por la cual había accedido al lugar; tenía los brazos cruzados y una expresión de enojo falsa.

—¿Pasa algo, gatito?— preguntó la chica al ver tal actitud de su compañero de peleas; sabía que era una especie de broma, así que decidió seguirle el juego.

—Lo que pasa es que no había podido hablar con cierta señorita, y ella no me buscó.— dijo a modo de "molestia" haciendo énfasis en la última frase. La de ojos azules rió un poco para luego tomar la misma posición del de negro.

—¿A caso tú buscaste a la dama de la que me hablas?

Chat se dió por vencido. Separó sus brazos para llevarse el derecho a la nuca y rascar dicha zona.

Era cierto, desde aquel beso en la escuela los adolescentes con esas identidades no se habían visto. Al recordar esa situación, a las mejillas de Marinette llegó un color carmesí.

—¿Entonces ahora está enojada, señorita Marinette?— el de negro se acercó a la chica, mientras movía su ficticia cola dándole vueltas con la mano.

La azabache sintió una ligera presión en el corazón. ¿Incomodidad? Tal vez, pero no era por la presencia del joven felino, sino por otra cosa.

—Hmp! Haz lo que quieras.— la de coletas ignoró ese sentimiento y siguió con el juego. Se dió vuelta dando a indicar que se sentía indignada.

—Oh, vamos mi dama. Los héroes tenemos muchas responsabilidades.— el rubio se acercó por la espalda de la chica y le susurró en el oído. —Pero justo ahora, dejaré que hagas conmigo lo que quieras.

Incomodidad en su corazón de nuevo. La joven se estremeció ante tal propuesta del felino. Era verdad que lo había extrañado como civil, pero era obvio que no se lo haría de su conocimiento.

Marinette dió un pequeño paso al frente para separarse de esa tentadora posición. Se le quedó mirando mientras pensaba en algo que le hiciera pasar un momento vergonzoso como "venganza".

—¡Lo tengo!— dijo un voz alta y para sí misma la de ojos azules. Avanzó hacia su escritorio, tomó un marcador negro y le indicó al rubio que se sentara en la silla cercana al lugar. El joven gato accedió; estaba curioso por lo que su querida le iba a hacer.

—¿Qué pasa, Marinette? ¿Qué planeas hacer con eso?— mencionó algo divertido el de ojos verdes.

La mencionada sintió de nuevo esa incomodidad en su pecho. ≪No puedo creer que sea por eso...≫ pensó algo cansada. Sin querer, le brindó a Chat Noir una mirada un poco enojada, preocupando a éste.

Se acercó cuidadosamente a él, destapó el marcador e hizo unas cuantas líneas rectas entre su boca y nariz, asemejando unos bigotes cual felino se tratara. Después de eso, la chica arrancó una hoja de papel de su cuaderno de bocetos, escribió algo en ella y se la entregó a Chat con una gran sonrisa. Éste la volteó a ver un tanto apenado al saber por donde iba la situación.