Conquistando al Imperio Kou (Magi the Labyrinth of Magic) [En pausa]

Capítulo 3

Según avanzaban las horas la fiesta se comenzó a desmadrar por el excesivo consumo de alcohol de los presentes. Incluso el Emperador reía a carcajadas junto a Dainu y otros generales y altos cargos.

Yuuki estaba agotada porque llevaba desde el amanecer preparándose para la boda y lo único en lo que podía pensar ahora era en el largo viaje que les esperaba hasta el castillo.

- ¿Quieres que nos vayamos? -le susurró Kouha al oído sobresaltándola-. Ya hemos pasado el tiempo suficiente con los invitados.

- ¿No sería de mala educación irnos? -el chico negó con la cabeza. Todos esperaban que la joven pareja se retirase para poder seguir con su noche de bodas. Pero eso era algo que Kouha no le pensaba decir a Yuuki.

-Avisaré a mis hermanos de que nos vamos-Yuuki vio como el chico se acercaba hacia donde Kouen y Koumei hablaban animadamente con otros invitados. Kouha habló con ellos que asintieron y Koumei le dijo algo al pelirosa que le hizo ponerse colorado-. Yuuki vamos-la chica se levantó para ir a donde se encontraba.

-Ya sabes todo lo que te he dicho antes-decía Koumei con una amplia sonrisa.

-No pienso hacer nada de eso-Kouha totalmente colorado tiró de la mano de la chica para alejarse de su hermano-. Vámonos- era casi imposible salir de aquel lugar porque cada paso que daban algún invitado les paraba para hablar con ellos o para seguir dándoles la enhorabuena. Incluso alguno insinuaba que debían disfrutar su noche de bodas, lo que avergonzaba profundamente a la pareja.

Después de casi media hora consiguieron salir al patio exterior que les recibió con un gélido viento que agitó sus cabellos. Daba gusto poder disfrutar de aire fresco después de estar tanto tiempo en aquella sala llena de gente.

Yuuki se dirigió a su habitación para coger todo lo que se tenía que llevar al que sería su nuevo hogar. Aunque le habían dicho que la mayoría de las cosas se las llevarían al día siguiente, ella tenía preparado un pequeño equipaje donde descansaba la planta que su madre le había dado aquella mañana. Al mirarla recordó lo que habían hablado y sus mejillas se encendieron al pensar en el momento en que ella y Kouha se quedaran solos en la habitación. Sabía que todo el mundo en la fiesta estaría esperando que la pareja de recién casado consumara su matrimonio esa misma noche, y más después de escuchar a todas las mujeres que tras la ceremonia la habían rodeado y habían comenzado a compartir todas sus experiencias matrimoniales.

-Yuuki- unos golpes sonaron en la puerta -. ¿Estás lista? -la voz de Kouha sonaba al otro lado. Con rapidez cogió sus cosas y salió al encuentro del chico que al verla miró interrogante la planta-. ¿Qué es eso?

-Un regalo de mi madre-Yuuki apartó la mirada colorada-. Vámonos antes de que sea más tarde.

Para suerte de los recién casados hicieron el viaje en una de las alfombras voladoras con varios guardias, ya que así podrían evitar cualquier tipo de ataque de bandidos o delincuente. Kouha bufó disgustado porque no le gustaba tener que usar alfombras, se despeinaba y la ropa se le llenaba de tierra, pero sabía que en ese momento era lo más seguro que podían usar y sobre todo lo más rápido.

Al cabo de una hora de viaje Kouha vio como a Yuuki se le comenzaban a cerrar los ojos, algo muy peligroso si viajabas en alfombra voladora. Con cuidado la sujeto para que no se cayese.

-Yuuki-la chica abrió los ojos somnolienta. No recordaba cuando se había quedado dormida-. Ya hemos llegado-Kouha la sujetaba de la cintura, mientras su cabeza reposaba en el hombro del chico. Colorada se incorporó alejándose un poco del cuerpo del principe-. Kouen y Koumei vendrán mañana al igual que las princesas y Hakuryuu-Yuuki se movió incómoda al pensar que estarían solos en aquel gigantesco castillo. En realidad, solos nunca estaban, ya que los sirvientes estarían, pero las palabras de su madre volvían a su mente una y otra vez, consiguiendo que la chica no pudiese mirar a Kouha sin imaginarse lo que se suponía que tenía que pasar esa noche-. Vamos-el chico le extendió la mano para ayudarla a bajar de la alfombra.