Capítulo 14

4.7K 557 283
                                    

La culpabilidad era sin duda alguna un extraño sentimiento, puesto que solo nosotros mismos hubiéramos podido evitar esa sensación si tuviéramos más consciencia de nuestros actos. Sin embargo, del mismo modo que únicamente nosotros éramos los responsables, también somos los que debemos cargar con ese peso sobre nuestros hombros hasta que encontremos una forma de liberarnos de esa carga adicional. Puede que esa fuera la definición más correcta a cómo me sentía respecto a lo ocurrido en la habitación de Bokuto, pero sino fuera porque seguramente había dañado a una de las personas más importantes para mí, no tendría ningún remordimiento. Nunca antes me había sentido tan vivo, tan completo, tan feliz, tan... satisfecho que cuando las manos de Bokuto comenzaron a acariciarme. Al igual que con sus besos, fue como si con cada uno de ellos lograra transmitirme todos y cada uno de sus sentimientos más profundos. Aunque sin duda alguna lo más extraño de aquella noche fue el deseo tan irracional que sentí en cada célula de mi cuerpo. Quería más, mucho más. No obstante, como le dije a Bokuto, no era correcto aprovecharme de él cuando estaba completamente borracho.

No había tenido noticia alguna de Bokuto hasta que el fatídico día de ir a Tokio llegó, ocasionando que me mandara un mensaje diciéndome que llegaría un poco tarde pero que pondría todo su esfuerzo en estar a tiempo. Una parte de mí no quería que llegara porque la idea de pasar un fin de semana con él me aterraba, pero otra parte le necesitaba conmigo para hacerle frente a mi padre después de tanto tiempo. Sin él no tenía sentido que fuera a visitarle cuando únicamente lo acepté al dejarme llevar por el momento.

La estación se encontraba prácticamente vacía a pesar de ser vísperas de Navidad, pero no me podía quejar debido a mi fobia a los espacios con muchas personas. En una excursión con el instituto me desmayé entre la multitud y como siempre Bokuto estuvo a mi lado en todo momento. Maldición, ¿por qué había sido tan lento como para no darme cuenta de mis sentimientos antes?

– ¡Llegué a tiempo! –exclamó Bokuto a mis espaldas. Me giré con lentitud para controlar mis nervios, más en el momento en el que le vi con aquella insaciable sonrisa todos mis planes se fueron a pique–. Siento la espera, pero en vez de programar el despertador para las diez de la mañana lo puse para las diez de la noche. Si no llega a ser por mi madre no estaría aquí.

–No te preocupes –musité con inseguridad. ¿Acaso habíamos vuelto otra vez al punto de partida en el que ocurrían cosas entre nosotros pero al día siguiente actuábamos como si nada?–. No llevo mucho tiempo esperando.

–Me alegra oír eso –me aseguró sin borrar la sonrisa de su rostro–. Entonces iré a comprar el billete del tren antes de que sea la hora, tan solo faltan unos cuantos minutos para que llegue.

Bokuto hizo ademán de caminar hacia la taquilla, pero antes de que pudiera dar un solo paso le agarré de la manga de la sudadera. El chico se giró con una expresión confusa, aunque en ningún momento hizo el intento por zafarse del punto que nos mantenía conectados.

–Ya he comprado tu billete –informé, agachando la mirada algo cohibido. Mis mejillas en ese momento comenzaron a teñirse carmesí debido a lo que iba a decir a continuación–: Es tu regalo de Navidad adelantado.

– ¿¡Qué!? –gritó Bokuto extremadamente alto. Levanté la mirada para comprobar que, efectivamente, las pocas personas que se encontraban en el lugar habían puesto sus ojos sobre nosotros. Instintivamente aparté mi mano del brazo de Bokuto. El chico pareció decepcionado, pero no me reprochó absolutamente nada–. Podrías habérmelo dicho antes, así te hubiera comprado un regalo también para este día. Me haces sentir un mal amigo después de esto.

–Esperaré al veinticuatro –sentencié. Bokuto infló sus mejillas infantilmente, pero aceptó el billete que le ofrecí sin oponerse–. No es como si no fuera a recibir un regalo, es solo que lo tendré unos cuantos días más tarde –repuse, intentando mostrar una sonrisa convincente.

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora