- No, no me quiso decir - Rodó los ojos. - Pero me dijo también que te dijera que no te preocuparas.

- Ah, sí dale.

¿Y como cresta piensa que no me voy a preocupar? Subí raja a la pieza del Nico a buscar mis cosas. Obviamente antes de irme le avisé al Edgar, al Nico y al Naiko lo que estaba pasando, y me dijeron que no había problema y que los llamara si llegaba a pasar algo.

Puse un pie afuera de la casa del Nico y lo primero que hice fue llamarla a medida que caminaba, y no contestaba. Seguí insistiendo, hasta casi 15 llamadas y no contestaba.

El teléfono no estaba apagado.

Estaba oscuro, así si la encuentro la encuentro como en dos siglos o más.

Llamé al Edgar, para saber si él había podido comunicarse con ella. Y para mi suerte, si lo había logrado. Ella se había ido a su casa, así que para allá iba a ir ahora.

[...]

Me bajé del taxi, si tomaba micro a esta hora iba a demorarme más que la cresta. Entré a su edificio, subí por las escaleras y golpee la puerta varias veces hasta que finalmente abrió la puerta, tenía el maquillaje corrido y el "pijama" puesto, se veía pálida.

Lo único que atiné a hacer fue abrazarla.

- ¿Que pasó? - Le pregunté mientras seguíamos en el abrazo.

- No quiero preocuparte, y tampoco quiero darte más problemas - Dijo al separarse. - Además vas a pensar que estoy loca.

- No me das problemas, y no creo que estés loca - Le expliqué. - Confía en mi, quizás pueda ayudarte.

Ella me hizo pasar a su departamento, nos sentamos en el sofá y la abracé para que se sintiera cómoda.

- ¿Estás seguro de que quieres que te diga? - Volvió a preguntar.

- Sí, cuéntamelo todo - Respondí.

Entonces ella comenzó a hablar.

×Jaime×

- ¿Que pasa Jaime? - Se me acercó la Cassandra a conversar. - ¿Y ese caracho?

- No tengo otro - Respondí con una mueca.

Ella se puso a reír y me entregó una de las cervezas que tenía en la mano.

- ¡Salud! - Dijo ella.

- ¿Salud por qué? - Pregunté.

- Salud por la soltería - Dijo antes de tomar un sorbo. - Ven, vamos a bailar.

Me levanté y caminé detrás de ella, comenzamos a bailar normal, todo tranquilo. Solo amigos.

Se comenzó a acercar más de la cuenta, a bailar un poco más cerca y acortar la distancia entre los cuerpos, justo la música había cambiado a una lenta.

Y nuestros teléfonos comenzaron a sonar. Cada uno se separó y fue a contestar por su parte.

- ¿Se puede saber que estai haciendo con esa mina? - Me preguntó el Naiko tras la línea.

- ¿Ah? - Respondí sin entender.

Sentí unos toques en la espalda y ahí estaba el weon.

- Oye weon, es amiga de la __________ - Me miró feo el Naiko.

- Y a mi que wea me importa esa mina oh - Lo miré feo de vuelta. - Déjame tranquilo, ¿Ya?

Me aguanté las ganas de forrarle uno bueno, e ignorando completamente lo que decía el Naiko volví donde la Cassandra.

- ¿Y quién era? - Me preguntó ella.

- Nah, puras weás - Le respondí. - ¿Y a ti quién te llamó?

- Mi hermano, el Cristóbal - Se explicó. - Se le olvida algunas veces que sé cuidarme sola.

Ella soltó una pequeña carcajada, y volvimos a bailar.

Esta vez de una manera diferente.




aweonao ii ✾ jaidefinichonWhere stories live. Discover now