Bebé (Yaoi/Gay)

57. Final.

Cuando Gael había salido del hospital, le hacían preguntas sobre si recordaba algo del suceso, donde había sido disparado, las muertes de los hombres o alguna cosa, el negaba diciendo que solo recordaba cuando salieron de ese cuarto, de todos modos llevaron a Gael con un Psicólogo, Alan temía que con el tiempo recordara pero no fue así, también él fue a uno pero al igual que a su novio, no recordaba.

Santiago cuando vio a su amigo, lloro y lo abrazo tan fuerte que lo había lastimado, se disculpó pero Gael no le tomo importancia y lo abrazo, Santi lloraba diciéndole que temío perderlo.

Cuando bajo del auto, el mayor lo cargo y entraron a su casa, Alan se lo llevo a la habitación y lo acostó en la cama, los padres del mayor traerían a su pequeño, cuando escucharon las llaves de la puerta, solo se escucharon pasos y un grito, que emocionaba a ambos, esas dos letras que alegraban sus mañanas y extrañaban demasiado:

– ¡MÍ!

El pequeño lo buscaba por toda casa hasta encontrarlo, lo esperaba con ansias por su regreso, Gael tuvo que acomodarse mejor con todas las almohadas que tenía para poder ver bien a su Elliot, el pequeño trataba de subirse a la cama y Alan tuvo que ayudarlo, el mayor lo cuidaba demasiado y temía que su pequeño lo lastimara pero al ver el enorme abrazo que se dieron por no haberse visto por semanas hizo que su preocupación se fuera y sonriera por verlos, su familia era su mayor felicidad.

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Habían pasado tres años, donde todo estaba bien, Gael y Alan tenían sus anillos en su dedo anular, siempre tan cariñosos como siempre, viendo como su Elliot corría por su casa con su perrita, una Husky siberiano llamada Disney.

Gael tenía la edad de vientres años, Alan la edad de veintinueve años y con su pequeño de seis años, el mayor temía que su novio lo dejara por alguien más joven pero Gael se le hacía ridículo que lo dejara, él lo amaba con locura y no le importaba nadie, podía hacérsele alguien atractivo pero no lo amaba, de todos modos Alan no dejaba de cuidarse y complacer con cualquier cosa a su novio.

A Gael le faltaban dos años para terminar su carrera, además que cuando terminara su carrera tendría que trabajar en la empresa familiar, ayudar a su hermano y seguir, a Alan no le gustaba la idea de que trabajara pero debía aceptarlo porque tendrían que discutir y era lo menos que quería hacer.

David y Santiago vivían en su mansión, con lo pequeños de cinco años, Jonathan era más grande que su hermano, pero siempre cuidaba del pequeño Joshua que no podía correr tanto por qué se agitaba y le daba asma, tenía siempre en una pequeña bolsa de personajes que le gustaban, dentro de esta estaba su inhalador, se detenían John para ver a su hermano y ver si estaba bien.

– ¿Esta bien Joshua? – preguntaba el niño.

– S-si – empezó a toser y saco su inhalador para después ponérselo en la boca, apretando dos veces para aspirar el medicamento, sostuvo el aire para que hiciera reacción, sus mejillas estaba rosadas de tanto correr.

– Vamos, vamos por papi – tomo su mano y entraron a la casa, estaban jugando en el jardín. – ¡Papi!

– Aquí – grito Santi. – ¿Que paso?

– A Joshua le di otro ataque – Santi cargo al pequeño, no pesaba mucho, el más pesado era el hermano mayor.

– ¿Ya te sientes mejor? – pregunto y acaricio las mejillas, el niño asintió y le sonrió a Santi. – Usaste tu inhalador ¿Verdad? – pregunto, el pequeño volvió a sentir y enseño su bolsita. – Muy bien, vayan por Michel, ya están por llegar los demás.