Habitación 12 ♡

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—Buenos días, disculpe ¿Sabe en qué habitación se encuentra la persona Leopold Stotch?— Preguntó Cartman a la recepcionista.

Se encontraba algo molesto porque su madre le había obligado visitar a su amigo Butters pues éste estaba demasiado enfermo, tanto, como para haber quedado hospitalizado. Sostenía en su mano derecha un globo con helio que decía "Mejórate" y en la otra una caja con chocolates que su madre se había encargado de comprar.

—Leopold Stotch— Contestó lentamente la señora mientras revisaba la hoja que contenía los datos de los pacientes, buscando el cuarto donde el chico se había hospedado temporalmente.

Al parecer habían demasiadas personas en el hospital, pues la señora tardaba demasiado en encontrar el número y eso era algo que le impacientaba demasiado a Eric, pero, afortunadamente, la empleada pudo notar la falta de paciencia que poseía el chico y apresuró el paso.

—Habitación 12, suba las escaleras

—Muchas gracias— Sonrió, tratando de ser amable.

Visualizó las escaleras y comenzó a subirlas.

Una vez que ya se encontraba en el segundo piso, recorrió con la mirada los números que cada puerta tenía buscando el cuarto deseado hasta que lo encontró: Habitación 12.

Tocó la puerta suavemente pero no recibió respuesta. "Seguro está dormido" pensó, así que volvió a tocar nuevamente, pero esta vez, con golpes más fuertes que los anteriores, mas sin embargo, fue inútil pues de nuevo no escuchó algún sonido proveniente del cuarto.

Sacó su celular y revisó la hora. Suspiró cansado y abrió la puerta lentamente.

—Butters ¿Cómo...— Se detuvo. Observó que su amigo no se encontraba ahí. En su lugar estaba acostado un chico pelirrojo con una complexión delgada sosteniendo entre sus manos un libro.

—¿Quién eres tú?— Preguntó el pelirrojo sin apartar la vista de la obra.

—Tú no eres Butters

—Soy Kyle ¿Quién eres tú?— Dijo sin apartar aún la mirada.

Cartman, confundido, miró el número que tenía la habitación para comprobar que realmente se trataba de la habitación que la recepcionista le había dicho y, en efecto, se trataba del número 12.

—Esto debe ser un error

—Dudo que sea un error el que hayas golpeado la puerta demasiadas veces— Ensalivó su dedo índice derecho y cambió la página.

—No la hubiese tocado tantas veces si me hubieras dicho algo la primera vez que toqué

—¿Por qué has entrado?

—Estaba buscando a un amigo

—¿Un tal... Leopold?

—¿Lo conoces?— Preguntó extrañado.

—Pedí que me cambiara la habitación

—¿Y por qué? Este cuarto es muy pequeño

—De nada me sirve tener un cuarto tan grande si no recibo visitas— Cambió la hoja.

—Tú... ¿No recibes visitas?

—Eres la primer persona que viene a verme que no es un miembro de mi familia— Cerró el libro— pero esto ha sido un accidente, así que supongo que no cuenta como una visita ¿Verdad?

—¿Y tus amigos?

Se quedó callado.

Comenzó a pensar sobre la situación del chico. Empezó a sentirse mal por él ¿Cómo era posible que alguien no tuviera ni un solo amigo? Suspiró. Tronó sus dedos.

Escucha mis latidos | KymanWhere stories live. Discover now