Seis

11.1K 1.5K 1.5K
                                    

Louis suspiró, jugando con una pequeña hoja entre sus manos y sentado en una roca grande.

Su padre ya no lo dejaba ir a explorar solo, con lo que pasó la última vez, lo tenía casi amarrado a su tienda de dormir. Eso le molestaba, pues quería volver a ver a su amigo raro, era simpático, a pesar de que hablaba tan extraño.

— ¡Jack! — Louis exclamó, cuando su hermano llegó comiendo una barrita de avena con la boca abierta — Pareces un animal ¡Asqueroso!

Jack rodó los ojos, masticando con la boca exageradamente abierta y haciendo ruidos raros, molestando a Louis.

— Tu callate pitufo.

El ojiazul refunfuñó cruzandose de brazos.

— ¿Y tú qué? Pié grande.

— Uy, el niño no ha tomado su leche, traigan a su tarzán aquí, por favor, que de cualquier leche no toma.

— Para tu información, querido hermano, mi boca es virgen.

El rubio rió exagerado.

— Y tu culo también, nadie se lo quiere follar.

— Hay una fila larga detrás de mi, empezando por tu amiguito Jeff.

— No puedo creer que ese idiota guste de mi hermanito, que asco.

Jeff siempre estaba intentando meterse en los pantalones de Louis, sin disimulación alguna y siendo un completo descarado.

— Es que soy hermoso, siento si mi belleza te ciega, ponte lentes.

— Callate, culo virgen.

— Mi consolador y yo estamos bien, para que lo sepas.

Jack hizo una mueca de asco y fingió vomitar.

— ¡Eso ha sido demasiada información! ¡Maldito asqueroso! ¡Quita esa imágen fea de ti metiendote un consolador por el culo! ¡Quitala!

Louis estaba riendo a carcajadas, estaba poniendose rojo y quedandose sin aire. Le encantaba molestar a su hermano, una de sus pasatiempos favoritos, sin lugar a dudas.

— Dios, eres un tonto, Jack

— Tu un maldito asquero-

Louis vió como un cuerpo alto y tonificado salía de entre las ramas verdes, haciendolo pararse de un salto.

— ¡Harry! — Exclamó con emoción.

Parecía no haberlo visto, porque cuando volteó, su mirada reflejó completa sorpresa.

— Loueh — Le dijo, caminando lentamente hacia el y dejando la lanza de madera sobre el suelo.

— ¿Cómo estás?

Procesó un rato la pregunta, lo vio en su mirada pensativa y verde.

— Bia-en — El pequeño rió un poco — ¿Tú?

— Bien, Harry, gracias — Le sonrió de manera amable, tan amable como el tono de voz que estaba usando en ese momento, que no se parecía en nada al que estaba usando al hablar con su hermano mayor, muy diferente — Mi padre no me ha dejado ir a ninguna parte, y mi hermano me está haciendo guardia.

El ojiverde asintió con una sonrisa. Estaba orgulloso de sí mismo por haber entendido todo lo que Louis le había dicho. Normalmente no comprendía casi nada, pues el vocabulario del más pequeño era muy avanzado para su cerebro.

— Quería varte

— Verte — Louis corrigió con una sonrisa — Yo igual, pero ya sabes, voy a tratar de negociar con mi hermano para que me deje salir contigo a pasear un poquito por acá.

Harry sonrió, y Louis pensó que era la sonrisa más linda que ha podido ver jamás.

— ¿Qué es negociar? — Le preguntó, borrando por completo su sonrisa al no comprender esa palabra.

— Negociar tratar o gestionar un asunto para llegar a un acuerdo o solución.

Asintió lentamente, fingiendo que entendía, pero lo cierto era que estaba muy lejos de eso, el más pequeño lo notó.

— Negociar es que voy a sobornarlo con comida para que me deje ir contigo.

Claramente eso no es el significado de la palabra negociar, pero ¿qué más dá?, Harry parecía no notarlo, y Louis estaba muy bien con eso. Muy muy bien.

— Eso es lindo Loueh — Rascó su cabeza.

— Gracias, Harreh — Quizo sonar igual a como el contrario pronunciaba su nombre, y le salió gracioso. Harry rió, y ese era su sonido favorito de ahora en adelante.

Más adelante lo grabaría riendo, porque lo cierto es que su risa ronca era la más linda del mundo. Y su voz ¡Su voz! Jesús, su voz era la muerte de Louis, así como seguramente la de la mayoría que se encuentran leyendo esto.

— De nada, Loueh. — Volvió a sonreír, y Louis creyó morirse ahí mismo por lo lindos que eran sus hoyielos. Se sentía muy afortunado de poder apreciar algo como eso en persona.

— Y, Harry ¿te gustaría comer con nosotros hoy? Cuándo papá llegue seguramente preparará algo delicioso en una fogata.

A Harry se le iluminaron los ojos al instante. No había comido en todo el día, y no había nada más que agua y unas hojas de menta que había tragado accidentalmente esta mañana en su estomago.

— No querer molestar — Dijo, de todas formas, aunque su estomago estuviera rogando por comida, le mandó a su estómago dejar de rugir.

Jack le abrazó por los hombros, con una sonrisa en los labios, como si se conocieran de años atrás.

— ¡Claro que no molestas! Quédate, anda

— Anda, Harry, te ves simpático, a mi hermano le agradas, seguro que eres agradable.

— Papá va a agradarte mucho, lo prometo.

— Está bien

Harry realmente no pudo resistirse a ese adorable puchero que Louis estaba siendo tan amable de mostrarle, le encantaba, así que al final, un poco indeciso dijo que sí, solo por no defraudar a Louis.

Louis se lanzó contra el pecho de Harry, abrazandolo fuerte con emoción y tomandolo totalmente desprevenido, haciendo que ste se tambaleara un poco y tomara su cintura co fiemeza y con miedo a caerse de espaldas con el pequeño cuerpo encima suyo.

Su padre se encontraba examinando todas las plantas y ramajes a su paso, volvería a eso de las tres, y realmente quería que Harry lo conociera, Harry era muy agradable, y seguramente a su padre le gustaría.

Esperaba, porque algunas veces su padre era bastante celoso con cualquier hombre que se le acercaba a por lo menos diez metros, cualquier hombre que no fuera su pariente, por supuesto. Y Harry no iba a ser la excepción, claro que no, pero Louis quería pensar que se equivocaba.

TarzánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora