🌠Capítulo 30: El impredecible género femenino🌠

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—¿Vas a abrirme o qué? ¡Llevamos dieciséis años compartieron habitación, no tenías por qué cambiarte de cuarto!

04 de octubre de 2013

—No sé qué diablos te pasa con Amy, pero se supone que nos juntaríamos hace media hora. Tú nunca llegas tarde. ‹‹Fin del mensaje››.

06 de octubre de 2013

—¿Quieres, de una maldita vez, contestar el celular? ‹‹Fin del mensaje››.

07 de octubre de 2013

—Tú ignóralos y ya. No comprendo cómo pudiste soportarlos por tanto tiempo. Esos chicos no son tus amigos.

—Lo dice el que vivía con uno de ellos —contestó alegremente. Siempre se sentía así con él.

—Exacto, por eso sé de lo que hablo.

09 de octubre de 2013

Sus ojos color vida. Esos ojos cálidos, grandes, frágiles, y a veces algo perdidos, se clavaron en los de ella. Sintió que se la engullía, pero él le sonrió y la saludó con la mano. Igual que como hacía con sus amigos. Con todos ellos.

Solo eso le bastó para recordar que aquellas hermosas esmeraldas, brillarían por siempre para alguien más.

10 de octubre de 2013

—Te echamos de menos. Sé que Eli también lo haría. ‹‹Fin del mensaje››.

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Desconocido

—¿Que Lisa y tú qué? —preguntó John pasmado.

—O sea que entonces... Lo sabía —Grace parecía hablar consigo misma.

—¿Cómo estás seguro?

—A ver, a ver. Aclaremos las cosas: yo no estoy nunca convencido del todo, y mucho menos de algo tan grande como esto. Pero si es cierto... —dejó la oración a medias, no muy seguro de cómo terminarla.

¿Qué pasaba si era verdad? Si sus descabelladas conclusiones eran correctas y ellos eran esos bebés, ¿cómo lo ayudaba a él a salvarse? ¿Y qué había pasado después de ese encuentro? Patrick intentó evocar algún recuerdo, mas su mente seguía tan blanca y austera como siempre. Seguía sin poder saber absolutamente nada de su vida, salvo por los fragmentos de una historia de amor, en la que no era protagonista, sino un oyente cualquiera.

Una brisa comenzó a formarse frente a sus ojos, volviéndolo a la realidad.

—¡Por fin! —exclamó Lauren victoriosa—. ¡Andando!

—Lamento el retraso —se disculpó Elizabeth mirando el suelo.

—¿Problemas en el Paraíso? —bromeó Grace.

Ella no contestó. A nadie pareció importarle.

—Vamos por Jazzy —dijo al fin la pelirroja. Fue la primera en Canalizar y desaparecer.

Grace tomó a Patrick de la mano. Lauren, a su mejor amigo. Amabas chicas se miraron durante una fracción de segundo antes de viajar de vuelta. Patrick sonrió ante la inminente aventura que se les venía encima.

El horror comenzó, sin embargo, en la prácticamente inexistente pausa entre la Vida Terrestre y el Coma, donde Patrick sintió los dedos de su mejor amiga separándose de los suyos. Casi como si se estuvieran soltando. Se dio cuenta enseguida que había perdido la única conexión energética que le permitía viajar. Aun desesperado por encontrarla, intentó hallar esa mano, pero su cuerpo se vio limitado por una fuerza sobrenatural; sintió una muralla de ladrillos frente a él, que se le acercaba de a poco al pecho, impidiéndole avanzar.

Coma (Entre comillas, #1) [¡Disponible en las principales librerías de Chile!]Where stories live. Discover now