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Según lo que le había dicho el felino a Hoseok, tenía diecisiete años y le gustaba cantar, escuchar música. Eso era todo lo que sabía de el, hasta el momento. Por alguna razón estaba nervioso y Taehyung quería conocer más sobre Hoseok pero las palabras no salían de su boca. Le quería preguntar por qué lo había escogido a el de tantos, pero no pudo. Hoseok ya no aguantaba el silencio incómodo que había por lo que decidió hablar.

— Taehyung, ¿quieres algo? ¿Jugo, leche? —preguntó en cierto modo de broma.

Los ojos de Taehyung brillaron, no tomaba su preciada leche desde ayer por lo que asintió rápidamente con la cabeza. Entonces se dio cuenta de que, probablemente ahora, Jungkook no iba a ser el único en tomar calcio todo el tiempo como si tuviera dos años.

— Leche, por favor, hyung. —dijo en un tono de voz bajo, sintiéndose avergonzado. Hoseok lo notó y sonrió para darle más confianza.

— Está bien, puedes decirme que es lo que quieres cuando quieras —dijo mientras una de sus manos se dirigía a su cabeza y acariciaba sus orejas — Wow, son realmente suaves —siguió haciendo cariño en una de sus orejitas, por lo que Taehyung ronroneó un poco relajándose con el tacto. Cuando Hoseok escuchó ese sonido se asustó un poco, pero al ver la sonrisa inocente de Tae, se calmó.

— Lo siento, pensé que había hecho algo malo.

— Me gusta, hyung. No debe preocuparse...

Hoseok sonrió por lo educado que era. Se dirigió a la cocina y sacó del refrigerador la leche, para después verterla en un vaso. Volvió con Taehyung para darle el vaso de leche. Se lo tomó en apenas unos segundos, lo cual hizo a Hoseok reírse un poco.

— ¿Quieres más, Tae? —preguntó, Taehyung negó con lo cabeza mientras le pasaba el vaso.

—Muchas gracias, hyung. —sonrió. Hoseok no se había dado cuenta de lo bonita que era su sonrisa, pero cuando lo hizo se puso rojo como un tomate.

La puerta principal se abrió, dejando ver a Jungkook. Este entró rápidamente mientras miraba a Taehyung asombrado.

— ¡Ya ha llegado Taehyung! —sonrió y fue literalmente corriendo a abrazar a Taehyung. El gato estaba sorprendido pero no enojado, como lo estaba Hoseok.

— ¡Tú! ¡Suéltalo!  — exclamó mientras intentaba separarlos — ¿Por qué no me dijiste que lo habías pedido?

— Lo siento hyuuung, pero es que era tan lindo y no me resistí, lo compré sin tu permiso. Pero mira que tierno es—su voz sonaba acaramelada mientras apretaba las mejillas de Taehyung.

— ¡Ya! Lo vas a lastimar —quitó las manos de Jungkook, no podía negar que le molestó ver como trataba así a el felino.

— ¿Qué? ¿Estás celoso? —bromeó, en realidad a Jungkook no le importaba Tae, lo había comprado para su hermano— No importa, de todos modos creo que ya te eligió a ti.

Hoseok frunció el ceño cuando Jungkook le guiño el ojo derecho, seguido se fue a su habitación. El mayor se sentó al lado del gato que parecía confuso por toda la situación, a lo que le explicó que era su hermano menor y que era todo el tiempo así, que no debía preocuparse por el. Ambos se quedaron jugando y hablando para conocerse mejor. 

Miró el reloj y ya eran las doce y media, el tiempo pasaba muy rápido. La voz del gato lo sacó de sus pensamientos, mejor dicho un maullido.

— Tengo sueño, hyung. —hizo un pequeño puchero mientras se apoyaba en Hoseok, abrazándolo fuertemente. Entonces se dio cuenta de que, no habían más habitaciones que la de los invitados y la de sus padres desocupadas. Decidió llevarlo a la habitación de huéspedes, en sus brazos, porque el pequeño ya se había quedado dormido. Lo acostó suavemente sobre la cama y dejo su maleta al lado, después, le compraría todo lo necesario. Dispuesto a irse para que el menor pudiera dormir tranquilo, este le habló en un tono bajo.

— Hyung, ¿puede dormir conmigo? No puedo dormir bien sin alguien a mi lado.

— ¿Q-qué?—tartamudeó, sorprendido.

— Por favor...

Hoseok asintió levemente con la cabeza, sólo se quedaría allí un rato. Se sacó los zapatos y se acostó al lado de Taehyung. Este lo abrazo de inmediato, como si necesitara constantemente estar aferrado a algo. El felino se durmió al minuto, ronroneando y aveces frotaba sus orejitas con el hombro de Hoseok. El mayor no podía negar que se sentía un poco raro, e incómodo, pero al ver el sereno rostro de su pequeño gatito, se dio cuenta de que nada andaba mal, por ahora...


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Tengo esto escrito literal desde hace 3 años

kitten ➻ vhopeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant