Protector Of The Soul

1. HOSPITAL

Narrador

Un joven alto y masculino, visiblemente alterado, atravesaba los pasillos del hospital central de Beacon Hills a paso veloz. Se detuvo cuando pudo divisar una cabellera oscura muy conocida.

—¿Dónde está Stiles?-demandó el hombre.

—¡Derek, hombre, calma!-respondió nervioso el chico. —¿Qué haces aquí?

—No me hagas repetirlo- gruñó —Si no me lo dices, lo buscaré yo.

—¿Derek?-Melissa apareció por el pasillo.—Tienes que tranquilizarte o no te dejaré entrar a verlo.-dijo con su voz maternal.

—Estoy tranquilo.-respondió con un gruñido.

—Yo te llevo-dijo Scott —pero luego tendrás que responder algunas preguntas.

—Como sea, sólo déjenme verlo.-casi suplicó el lobo.

Scott lo guió hasta el ascensor y subieron dos pisos para, posteriormente, caminar por el pasillo hasta llegar casi al final y detenerse frente a una de las puertas, el mayor se encontraba ansioso, preocupado y desesperado, iba a abrir la puerta cuando McCall lo detuvo.

—¿Qué ocurre?-le preguntó al adolescente.

—Derek no quiero que vayas a alterar a mi amigo, necesita estar tranquilo ¿Lo entiendes?-el otro se limitó a dar un asentimiento de cabeza y abrir, finalmente, la puerta.

La imagen que se encontró el mayor casi lo destroza. Su Stiles se encontraba postrado en la cama, dormido y con la respiración más pausada de lo que es normalmente sano, el hiperactivo chico reducido a nada, con algunos feos rasguños regados por su blanca piel. Derek se acercó lentamente hasta estar al lado de la cama, se inclinó y dejó un suave beso en su frente, acarició su mejilla y tomó su mano. Se quedó mirándolo en silencio unos minutos. Stiles comenzó a moverse un poco y abrió los ojos lentamente, batiendo sus pestañas de una forma que a Derek le pareció adorable.
El joven castaño vió al mayor sorprendido e iba a levantarse pero Derek lo detuvo poniendo una mano en su cabeza.

—¿Derek?-susurra el chico.

—Shh, estoy aquí- aseguró el mayor —No voy a dejarte de nuevo. Lo prometo- Se acercó y beso su mejilla castamente.

Un Stiles con los ojos acuosos levantó, no sin esfuerzo, los brazos para rodear al moreno con ellos mientras hipaba y sollozaba suavemente en el hombro del mayor mientras este le recitaba palabras de consuelo.

—Calma, no dejaré que nada malo te pase, volví para protegerte, tranquilo, ahora yo cuidaré de ti.

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Casi una hora después Hale tuvo que dejar la habitación, no sin antes haber calmado al castaño, porque llegó una enfermera a revisar al chico.
Al bajar volvió a encontrarse con Scott, ahora acompañado por su hermana Cora, sentados y charlando tranquilamente. Derek caminó hasta ellos y le habló al adolescente.

—Cuéntame con detalles que fue lo que le ocurrió a Stiles.-ordenó con su típico tono serio.

—Hey, espera un poco, creo que tu me debes unas cuantas explicaciones, Cora ya me ha adelantado un poco- respondió el joven alpha.

Derek fulminó a su hermana con la mirada. La mencionada rodó los ojos.

—De acuerdo-bufó Derek -pero no hablaremos aquí. Vamos al loft.

Derek y Cora emprendieron el camino a la salida seguidos por Scott que le avisó a su madre dónde estaría antes de salir. Los hermanos Hale subieron al negro Camaro de Derek y Scott los siguió con su motocicleta.

Al llegar al loft, los tres entraron y Scott se sorprendió de que todo estuviera limpio, tan limpio como lo recordaba, los dos hombres se sentaron en un sillón y la chica fue arriba para darles "privacidad".

—Bien, Cora me ha dicho que has sentido lo que le pasó a Stiles ¿A qué se refiere con eso?- rompió el silencio el más joven.

Derek suspiró —Stiles es mi lazo- al notar la mirada confundida el joven alpha continuó —Mi compañero de vida, mi soulmate, ¿Lo captas?- el chico asintió —Mi madre solía contarme que sólo los lobos nacidos tenían un lazo, pero que no todos eran capaces de encontrarlos, tener un lazo es algo maravilloso, es encontrar a la persona con la que pasarás el resto de tus días, es velar por la seguridad de esta, es desear hacerle feliz por sobre todas las cosas, es amar y ser amado, según mi madre el lazo es el amor más puro y real que jamás pueda existir, sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, muchos ni siquiera pueden estar con su persona especial aunque la encuentren porque el lazo no respeta género, edad, ni especie. Yo soy un claro ejemplo de esto, mi lazo es un chico, menor de edad y humano.

—Vale, ¿me estás diciendo que Stiles, el bocazas, insoportable al que no parabas de gruñirle, ese Stiles, es tu lazo?-interrumpió el de rasgos latinos —¿Desde cuándo?

—Desde siempre, Stiles y yo nacimos para estar el uno con el otro, y no vuelvas a interrumpir que dejó de contarte.-gruñó —Yo me dí cuenta desde la primera vez que lo olí, cuando encuentras tu lazo siempre va a oler diferente para ti que para el resto, un aroma irresistible, yo no estuve seguro así que le pregunté a Cora y a Peter a que les olía a ellos, entonces no tuve dudas. Aún sabiéndolo, nunca le dije nada porque él es muy joven, y no es que el no lo sienta, es sólo que al ser humano le es más difícil darse cuenta, normalmente lo saben cuando se hacen mayores de edad, pero ahora que volví no creo poder guardar el secreto por mucho. Ahora bien, yo supe que Stiles estaba mal porque al ser mi lazo tengo una conexión con él, sé cuando sufre, sé cuando esta feliz, sé cuando está triste, sé cuando está en peligro y sé cuándo está a salvo; es como si pudiera sentir todo lo que él siente, a él no le pasa lo mismo porque no está marcado, cuando lo marque podrá sentir lo que yo siento también. Cuando sentí que estaba en peligro empaque mis cosas y le dije a Cora lo que pasaba, ella decidió volver conmigo y aquí estamos.-terminó de relatar el moreno.

—Wow, jamás te había escuchado hablar tanto- trató de bromear Scott, y recibió un gruñido como respuesta —¿Y que harás ahora con Stiles?- preguntó finalmente.

—Cuidar de él hasta que esté totalmente recuperado, entonces se lo diré, le contaré que es mi lazo.-respondió muy seriamente el Hale.

—Muy bien- sonrió Scott —Bienvenido de vuelta.