Capítulo 9

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-¡Scott deja de asustarla tanto! Le causaras un infarto.

Mi respiración seguía agitada, pero ya estaba mas tranquila, después de todo sabía que si me soltarían.

-¿Entonces cuando me soltaran?- pregunté.

-Cuando dejes que te inyectemos esto- dijo Scott alzando su brazo mostrándome la jeringa.

-Lo haré si me dicen que tiene y para que sirve.

-¿Deberíamos de hacerlo Josh? somos dos y ella es solo una, sin contar que esta atada y nosotros no- le dijo Scott a Josh.

-No sé, tal vez sería mucho mas fácil no decirle y obligarla.

-Los puedo oír ¿saben?

-En ese caso no será necesario decirte nuestra conclusión- dijo Scott.

Josh salió del cuarto y me dejó con Scott sola.

-Entonces piensan hacerme algo malo.

-Ya te dijimos que no te diremos más... pero descuida esto no contiene nada de que preocuparse, mucho.

Lo mire a los ojos intentando buscar la mentira, pero parecía decir la verdad...

Decidí cambiar de tema.

-¿Qué quieres con mi amiga?

-Algo más que amigos.

-Ella no aceptara.

-Claro que si. Nadie se resistiría a mi. Ni siquiera tu. Es más, si no me equivoco tu estas aquí porque te atraje.

Ag su ego era tan grande que hacia que mi estomago se voltease.

-Claro que no. Yo vine para ver que escondías. La tarde después de que me atropellaste supe que no fue un sueño y quería saber la verdad pero tu... tu arruinaste mi plan y ni siquiera se como.

-Claro que no lo arruiné, tu simplemente fuiste muy boba. Después de que robaste la caja no creíste que te estuviésemos observando. Ese fue tu error. Aparte de que esa caja no iba a salir de esta casa. Verás, até esa caja a un tanque de un gas especial. Una vez que lo jalases el gas se liberaría y al respirarlo caerías dormida.

Eso explicaba lo que pasó...

-Ya volví- dijo Josh.

Vi en su dirección y noté que tenía más cosas. Cuerdas, calcetines, un cinturón, más jeringas y un frasco raro.

Lo dejó todo sobre el escritorio. Luego tomó el cinturón y amarró mis pies con eso. Yo intenté darle una patada, para que no lo hiciese, pero Scott también sujetó mis pies evitando eso.

Luego intentaron inyectarme eso en el cuello, pero yo me moví mucho.

Sabía que no lo podría evitar, pero quería atrasarlo, para ver si me salvaba de la inyección.

Como me movía demasiado ataron con la cuerda que tenían de sobra mi cintura al rededor de la cama.

-Con eso debería de bastar...

No lo hizo. Cuando ellos se acercaban a mi cuello yo lo movía a un lado o intentaba morderles la mano. Para evitar mas mordidas me metieron muchos calcetines en la boca. Fue asqueroso.

Para evitar que girase la cabeza colocó Josh sus manos al rededor de mi cuello. Lo estaba apretando con fuerza, pero no la suficiente para ahorcare.

Finalmente sentí como la punta de la aguja perforaba mi cuello.

Josh se alejó de mi al igual que Scott y me miraron supongo que esperando que algo pasara.

No estaba pasando nada.

Y eso me torturaba. No sabía que iba a pasarme.

Después de unos minutos Josh quitó los calcetines de mi boca, desató mi cintura, pies y finalmente manos.

Me quedé quieta.

No porque no supiese que hacer, sino que estaba petrificada. No sentía nada y no podía mover nada, excepto mis ojos.

Quise hablar, pero al parecer la inyección también afecto mi voz.

Abrí los ojos más. Ya no podía mover nada, exento los ojos. Miré a Josh y a Scott para que explicasen eso que pasaba, pero no dijeron nada. Solo sonrieron.

Josh se acercó al escritorio y tomó una jeringa y un frasco. Eso se lo dio a Scott.

Scott se acercó a mi oreja y susurro.

-Te dije que no te mataríamos.

Luego tomó la jeringa y la insertó en mi brazo. Justo donde estaba mi vena. Jaló y sacó algo de mi sangre, luego la expulso en el frasco.

Repitió ese proceso muchas veces hasta que el frasco se llenó.

Yo estaba débil por la falta de sangre.

-¿Ves? no fue tan malo- dijo Scott, entonces se marchó.

-Descuida el efecto se pasara en unas horas. Mejor duerme- dijo Josh y se marchó.

Me quedé ahí, sola. Decidí dormir.

Espiando al chico del trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora