Capítulo 19: Seré lesbiana

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Listo. Ya había tomado una decisión. Iba a ser lesbiana.

"Jules, madura un poco, niña"

Déjame en paz, es lo mejor, los chicos son una mierda.

"Sólo porque Evan sea así, no significa que todos los chicos lo sean"

Y tenías que mencionarlo, ¿verdad?

Suspiré frustrada mientras que una lágrima resbalaba por mi mejilla. La quité con amargura y me senté en mi cama. Lo siguiente fue lo único que hice durante dos semanas. Llorar hasta quedarme dormida, aunque sólo eran las cuatro de la tarde.

Yo lo amaba. Amaba a ese idiota.
No fui a las escuela una semana por el simple hecho de no querer verlo. La siguiente semana, tomé el valor, Kate me ayudó a cubrir esas ojeras, y fui a la escuela.

Fue una mala idea, definitivamente.

Él y Melissa estaban saliendo. Oficialmente. Y no se molestaban en mantenerlo en secreto, ya que no paraban de besarse o reír en el pasillo, tomados de la mano.

Realmente se veían enamorados y yo me sentía mierda.

Él me miraba con pena y yo no lo soportaba. Así que me refugie en los amigos que tenía. Thom, Cris, Gabe y Beth eran grandiosos. Siempre hacían cualquier cosa para distraerme o para hacerme sentir mejor.

Toc, toc, toc

-- Pasa, ma.

Vi a mi mamá entrar con una bandeja llena de comida. Sólo sentí náuseas al verla.

-- Cariño, tienes que comer algo, por favor.

-- No tengo apetito, déjalo ahí, luego lo como -- Señalé mi escritorio.

--Jules, no dejes que se salga con la suya --Dijo, refiriéndose al innombrable.

--No quiero hablar de eso, por favor, mamá.

Ella me miró y me abrazó. Sentí como mi corazón se encogía y las lágrimas que caían.

-- Yo siempre voy a estar para ti, pequeña.

Me miró, limpió mis lágrimas y me dio un beso en la frente.

-- Te amo, mamá.

--Y yo a ti, cariño.

Se paró y se fue. Mi mamá tenía razón, no iba a darle el gusto. Decidí que iba a cambiar mi actitud y que lo olvidaría. No más Evan Harrington, bebés.

Una semana después...

Estaba haciendo la tarea de historia frente al computador, cuando empieza a sonar Beauty and a beat desde mi celular. Era el tono de llamada de Gabe. Lo puse para molestarlo ya que él odiaba a Bieber, aunque no entendía porqué, era muy bueno.

--¿Qué hay, Gabe?

-- Jules, hola -- Dijo. Okay, él nunca me decía Jules, siempre había un apodo para mi.

--¿Pasa algo?

Silencio. Silencio.

--Necesito tu ayuda, enana.

--Está bien, estoy allá en diez minutos.

--Gracias, Jules.

Colgué y mire a la nada. Esto había sido raro, normalmente yo era la que pedía ayuda, jamás Gabriel.

Me arreglé un poco y salí hacia su casa.

Toqué el timbre de su casa y me abrieron al instante dejándome ver a un Gabe totalmente desaliñado y con los ojos hinchados. De alguna manera se veía sexy, pero nunca estaba así.

¿Siempre Juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora