10 Sin respuesta

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Jake no se separó de mí desde que le abrí la puerta de mi apartamento esta mañana. Estaba pegado como una lapa y no paraba de decirme lo bien que me veía con el chandal de entrenamiento que nos habían asignado.

—Me encanta sentirme un agente especial —dice mi compañero mientras guardaba su pistola en la funda. Llevábamos dos horas y media disparando, era agotador, pero lo necesitábamos. Los ángeles volaban y teníamos que mejorar la puntería en movimiento. El agente John tuvo la idea de hacer tiro al plato, y eso daba un toque elegante a la jornada de entrenamiento. Después nos encerraron en un laberinto para mejor nuestra orientación, y como no. Disparar a todo lo que teníamos a nuestro alrededor, que nos atacase.

—Los agentes especiales, tienen coches como James Bond, ¿donde está nuestro Aston Martin? —pregunto a la nada, riéndome yo sola.

Una ráfaga de viento enredó mi pelo, tapándome la cara con él.

—Si tuvierais alas, no querríais esos pequeños coches.

Ver a Mehiel de mejor humor, me sacó una sonrisa sincera. Este ángel me caía bien.

—No sabes lo que dices, un Aston Martin y una mujer al lado no supera a vuestras alas —respondió Jake en tono burlón.

Puse los ojos en blanco, y las manos en las caderas, eran una pesadilla con sus piques.

—Chicos, aburrís —dije mirando para ambos —Mehiel, ¿A que debemos tu agradable visita? —pregunté con educación. Jake no sabía lo que le había ocurrido al ángel.

—Tenéis que entrenar con un ángel, y aquí estoy —dijo señalándose así mismo. Llevaba un pantalón de chandal negro y una camiseta negra, igual que nosotros. Solo que yo me había cambiado el pantalón largo por uno corto. —El arcángel podrá asistir, así que yo seré vuestro profesor.

Sentí un poco de decepción, Gabriel había dicho que nos íbamos a ver a la hora de entrenar. ¿Y si no venía por lo ocurrido anoche? No olvido lo que me dijo "porque estuviste a punto de acostarte con alguien que creías que era yo"... Quizás por eso no quiere venir.

—Pues comencemos —dije mientras entraba en la sala de entrenamiento.

***

Jake se llevó un buen golpe en la mejilla derecha, desde luego, esto se parecía más a una pelea de boxeo a un entrenamiento. Mehiel no parecía estar agotado, al revés, se veía lo fuerte y veloz que era, pero bueno, era un ángel, siempre sería mejor que nosotros.

—¡Me estás cansando ángel del demonio! - exclamó Jake intentando derribar a Mehiel.

Pero en un abrir y cerrar de ojos, Mehiel tiró al suelo a mi compañero. La colchoneta donde él estaba, se hundió por el peso de ambos, y de la fuerza del golpe.

—No vuelvas a llamarme eso Jake —dijo entre dientes el ángel —Yo sé cuál es el bien y cuál el mal.

Creo que era hora de intervenir.

—¡Me toca! —dije con tono jovial, de verdad que no quería que se enfadasen, necesitaba calma después de la noche movida que tuve.

Me acerqué a Jake, y agarré su brazo para levantarlo con cuidado. Seguramente, mañana tendría unos buenos moratones, iguales a los que comenzaban a salirme a mí. Le ayudé a sentarse en el suelo, que de ahí, seguro que no se caería.

— ¡Venga! —exclamé entusiasmada, es cierto que lo estaba — ¡A luchar! — dije alzando el brazo mientras caminaba hacia Mehiel. Este me miró con una sonrisa divertida.

— Colócate ahí, en el centro de la colchoneta — me dijo señalando hacia la X que se veía en ella. — Lo primero que necesitas saber sobre nosotros, es que somos rápidos. En un momento estamos aquí — ahora se encontraba al fondo de la sala, lejos de mí — Y después aquí.

Gabriel (Parada, sin terminar. Lo siento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora