1_ Un comienzo catastrófico

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Era un día demasiado hermoso para un mundo como ese.

Melody intentaba por todos los medios conseguir agua pues comida no le faltaba ya que sabía cazar.

Lástima que con el agua no tenía tanta suerte.

Hacía varios días que no tomaba siquiera un sorbo.

Exactamente tres días sin probar la presiada y bendita agua.

¿Pero qué mas podía hacer?

No podía rendirse.

Y todo lo que ella quisiese tendría qur hacerlo sola.

Eso era lo malo de no estar en un grupo.

Igual lo que menos quería en ese momento era relacionarse con gente.

De un momento a otro, el hermoso y soleado día cambio radicalmente.

Se avesinaba una potente tormenta.

Al menos tendre agua pensó Melody sonriendo le al cielo.

Aunque las cosas no iban a ser tan fáciles como ella hubiese querido.

Aun no había comenzado a llover y a lo lejos observó como cinco caminantes se acercabán a ella.

Fácil.

Ella creyó que podría con todos.

Pues en realidad sí podía pero el problema es que aunque ella no lo admitiese, estaba débil y ya casi no tenia fuerzas.

Terca como Melody era, se encamino a ellos y comenzó a enterrar su cuchillo en la cabeza del caminante más cercano.

Se encargó del segundo con facilidad y empujó al tercero de una patada y aprovechó para pisarle el cráneo con sus botas.

Pero lo que ella jamás pensó sería que al darse la vuelta, el cuarto caminante se le abalanzaría y la tiraría al suelo.

No tenía tiempo de pensar en el quinto.

Trató con todas sus fuerzas de alejarlo pero parecía que cuanto más se esforzaba en sacarselo de encima más cerca lo tenía

No podía alcanzar su cuchillo pues al comenzar el forcejeo había salido disparado lejos de ella.

Estaba débil.

La falta de agua se las estaba pagando muy caro.

¿Este es mi fin? pensó con los ojos cerrados.

No podía permitírselo.

Estaba preparada para atacar con todas sus fuerzas pero algo sucedió.

El caminante que tenía encima se desplomó a su derecha con una bala en la cabeza.

Melody no tenía idea de lo que estaba pasando hasta que escuchó pasos a su izquierda.

Volteó rápidamente y observó con sus ojos azules al jóven que se encontraba ahí.

Volteó rápidamente y observó con sus ojos azules al jóven que se encontraba ahí

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Era un poco más alto que ella pero apostaba que tenía su misma edad.

Tenía unas delicadas facciones en su sucio rostro, un sombrero,
el cabello oscuro y unos lindos ojos azules como el cielo.

¿Porque mierda me fijo en esos detalles? Pensó.

Él me hizo sentir débil, afirmó

-¿Estas bien?-le preguntó el muchacho sacandola de sus pensamientos.

Ella lo ignoró.

¿Y éste quién se creía que era? pensó furiosamente.

-Mmm...Te hice una pregunta, ¿Estas bien?¿Necesitas ayuda?

Esta vez Melody le contestó.

-No necesito tu limosna.

El jóven la miro de arriba a abajo y pensó que la muchacha podía valerse por sí misma.

El problema era que no en este momento y menos en sus condiciones.

-¿Y tu grupo?-preguntó el curioso

-No tengo. Estoy sola ¿Algún problema con eso?-preguntó agresivamente

-No ninguno...-dudo un poco-Yo sí tengo un grupo a un kilometro de aquí. Puedo llevarte si quieres...

-No-dijo ella interrumpiéndolo y empezando a caminar al lado contrario

-¿No quieres agua?-preguntó el como último recurso.

Sabía que si la jóven no tomaba agua pronto se deshidrataría.

Lo notaba en sus movimientos.

Ella se volteó lentamente con una sonrisa irónica.

-Mira el cielo niño. ¿Qué ves?- preguntó sarcástica.

-Se aproxima una tormenta y necesitaras un refugio. Ven conmigo-dijo él ignorando su comentario.

Ella se lo pensó unos segundos.

Agua y refugio por unas cuantas horas

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Agua y refugio por unas cuantas horas.

Sonaba bien.

Pero su orgullo era tan grande que no quería aceptar el ofrecimiento del jóven.

Así que al no poder decir ninguna palabra solo asintió casi impersivivlemente, dandose por vencida.

Al comenzar a caminar pasó por al lado del muchacho y lo empujó fuertemente con el hombro.

El sonrió y trató de no pensar en el empujón.

Había ganado.

Amaba ganar.

-Hey tú-dijo ella señalandolo-¿Dónde queda ese lugar?

-Un kilometro por el bosque. Todo derecho.

-Mas te vale.

Ninguno dijo una palabra más hasta que llegaron al "refugio"

-¿Encerio?¿Una prisión?-
preguntó ella levemente sorprendida.

-Así parece ¿No?

Ella ignoró olímpicamente su comentario

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Ella ignoró olímpicamente su comentario.

Él la observó detenidamente.

-Por cierto me llamo Carl, Carl Grimes.

No existe la casualidad y lo que nos parece un mero accidente, surge de la más profunda fuente del destino.

My Black Angel |Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora