Deep Blue Sea II

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La pantalla del robo era una chapucería, una distracción, lo problemático eran las cuentas donde se había transferido todo el dinero, imposibles de rastrear. Todas eliminadas y el dinero desaparecido, culpar a Ava resultaba demasiado evidente, se sentía como una burla directa y probablemente lo fuera. En cuanto a la señorita Brenner, sus pensamientos desembocaban en ella cada vez, estaba intrigada, quería saber mucho más y no tenía paciencia para esperar un informe.

Tardó exactamente 30 minutos en resistir sus impulsos de buscarla, pero ya se había marchado, el portero del edificio le indicó que había salido 5 minutos atrás en dirección al metro. Buscó su dirección en la base de datos y condujo el Maseratti por las calles atestadas calculando que llegaría aproximadamente junto con el metro. No se equivocó, cuando giró en la calle hacia el modesto barrio con apartamentos antiguos y descuidados Ava cruzaba la calle hacia uno de ellos. No era el lugar donde una mujer que había robado millones estaría viviendo. Amanda se detuvo cuando ella entró al edificio y se apresuró en seguirla. El interior lucía igual de descuidado, las escaleras estrechas y desgastadas, no tenían elevador así que comenzó a subir, apenas había alcanzado el primer piso cuando escuchó una conversación.

-¡Señorita Ava! Estuve intentando comunicarme con usted. El plomero ha venido porque su piso está inundado.- era la voz de una señora mayor, amable y preocupada.

-¿Cómo? – la de Ava rayaba la desesperación –No puede ser.

-Una tubería rota, llevará un par de días arreglarla, ya sabe cómo es.- por segunda vez en el día Amanda escuchó el mismo gemido ahogado, ahora se sentía doblemente culpable. Despedida y sin techo donde pasar la noche –Le he dicho que puede quedarse aquí mientras.

-Oh no, no podría, usted está enferma, ya hace suficiente por mí, buscaré un hotel.- negó Ava más serena.

-Pero, ¿y Sebástian?¿Qué sucederá cuando deba trabajar?

¿Sebástian? Otra punzada de irritación llegó hasta Amanda, ¿quién demonios era Sebástian?¿Un perro, un gato?

-No se preocupe por eso, tendré tiempo de cuidarlo ahora.- la escuchó responder y subió los escalones necesarios para observar la escena sin ser vista.

-Está bien, pero ya sabes que si necesitas ayuda puedes traerlo.

-Lo sé, gracias. ¿Le importaría cuidarlo un poco más mientras recojo algunas cosas y busco un hotel?

-No, en lo absoluto, ya sabes que me encanta tenerlo en casa.

De pronto se escuchó un quejido y ambas mujeres desaparecieron en el interior del departamento. Movida por la curiosidad, Amanda terminó de subir y se asomó disimuladamente por la puerta abierta. La escena la dejó paralizada. Ava sostenía en sus brazos un bebé pequeño, de algunos meses, de cabellos castaños y con unos ojos verdes tan impresionantes como los de su madre. Porque no existía otra opción, tenía que ser su hijo y la expresión de ella hacia el pequeño era de puro amor y devoción. La rabia hacia quien la había inculpado aumentó considerablemente, Ava era una mujer adulta, pero pensar que podían haber privado a ese bebé de su madre injustamente, le hizo hervir la sangre.

Depositó el bebé en una sillita y se despidió con un beso, a juzgar por las condiciones como vivía, dudaba que recibiera ayuda del padre y recién la despedía. ¿Cómo iba a mantenerse? Retrocedió justo a tiempo para ocultarse, se sentía como una intrusa y la villana, por lo que no le llevó más de un segundo en tomar una decisión y tocó la puerta en el departamento de Ava.

El peso del mundo le había caído sobre los hombros en cuestión de horas. Acusada de fraude y con posibilidades de ir a la cárcel, despedida, sin un techo donde vivir y sin dinero suficiente para rentar un hotel, pagar una niñera y poder buscar un nuevo trabajo. El departamento estaba hecho un desastre, inundado completamente así que solo quedaba hacer las maletas y componerse por Sebástian. Era un niño muy sensible y no quería alterarlo con sus preocupaciones. Abrumada se tomó un minuto para recostarse en el sofá, cuando unos toques suaves en la puerta la distrajeron. Estaba agotada pero aun así se puso de pie y abrió para llevarse la impresión del siglo cuando Amanda Daynes apareció en el umbral.

Deep Blue Sea (Amanda & Ava)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora