El día que me prometió.

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“El destino, en el amor es el puente que creas hasta la persona que amas, formas destino y decides si vas o simplemente renuncias a el”.

Chris aun seguía durmiendo, el sol ya había salido, dos cuerpos desnudos se encontraban en aquel campo.
Ellen despertó, su cabeza estaba sobre el caluroso pecho de Evans, la melodía que provocaba el latido de su corazón la despertó, no había otra manera mas hermosa de despertar, que escuchando su corazón latir.
Alzó su mirada, topándose con la más hermosa creación. Unas pestañas grandes y muy bien moldeadas, unos lunares en el rostro que parecían estrellas adornando el cielo, una nariz muy perfecta, dos labios rojos, suaves y grandes, que daban ganas de morder a cada instante. Ella lo acarició, sus manos se perdían en ese rostro.

—Aun no puedo creer que Dios te haya creado para mi. Para mi solita. _Susurró.

Ellen estaba vistiéndose
cuando Evans despertó, ella estaba de espaldas, sus ojos se vislumbraron en la figura de ella, lo cual ruborizó sus mejillas, la observó sin detenerse, sus ojos recorrían esa espalda, se enamoró aun más del lunar en su hombro y de sus caderas anchas, dejando salir un gran suspiro desde lo más profundo de su alma.
Ella se giró, terminándose de poner su blusa, al escuchar el sonido de esa bella melodía.

—Hola!_Sonrió ella.

—Dime que es cierto. Dime que de verdad estoy aquí contigo. _Suspiró él, perdiéndose en la profunda e inocente mirada de ella.

—Aquí estás, Conmigo. _Musitó ella, sosteniendo de la misma manera la mirada.

Al cabo de dos horas, iban de vuelta a la casa,  tomados de las manos, con los pies descalzos, miradas profundas y cautivadoras a cada momento, sonrisas roborizadas e insinuaciones placenteras.

—Ahora que estamos juntos, quiero ponerte al tanto de todo. _Dijo ella.

—Claro.

—Quiero decirte que...soy muy perezosa y no me gusta trabajar..._Dijo ella muy seria.
Chris la observó confuso y sin entender.
—Tendrás que trabajar para mantenerme y mira que soy de gustos caros. _Prosiguió ella. Después de unos momentos trató ella de disimular una sonrisa burlona.
Tenía que admitir que él no conocía ese lado humorístico de ella.

—Esta bien. _Sonrió él.

De pronto la casa se hizo visible, y al frente estaba una pico_up, 4x4, todo terreno, de las mas modernas.

—Llegaron._Musitó ella.
—Quienes?_Preguntó curioso él.
—Son amigos. _Respondió cortante. _—Ya sabrás de que se trata.

Llegaron y entraron a su sala.
—Te encanta? Como está arreglada la casa de los Mendoza?_Preguntó ella, con una sonrisa coqueta.

—Aun me sorprende que la hayas comprado.  _Comentó él.

—Vaya! Han de haber estado muy sabroso los melocotones que fuiste a cortar para venir hasta hoy. _Comenta Sam, bajando las escaleras. Ellos sonríen si Cuidado.
Sam se acerca con son astucia, y de la nada le faja ir un puñetazo en la nariz a Evans, cayendo inmediatamente al suelo.

MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Where stories live. Discover now