ESTÁ AQUÍ.

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Cansada, con los pies sangrando, sin aliento; llegó al fondo del barranco, vio la avioneta estrellada, casi destruida. Vio un hombre en el frente, se acercó e intentó sacarlo, pero no podía tan fácil, era muy grande y muy pesado. Tras varios intentos, <<<lo logró, al fin, lo logró>> Lo halo y cayó al suelo, boca abajo, buscó más en la avioneta, pero su sorpresa fue que era el único que iba a bordo.
-Éste no es la avioneta del presidente. - Murmuró viendo a ese gigantesco hombre tirado en el suelo.

Ellen le dio la vuelta para revisar si aún estaba con vida, su rostro estaba empapado en sangre, por una herida que tenía en la frente, pero aun estaba con vida. Poco a poco lo arrastró lejos de la avioneta, con el pánico que podría explotar.
-Estás bien pesado. -Le decía ella mientras lo arrastraba con tanta fuerza.

A unos 200 metros de la avioneta estaban, ya que no se veía. De pronto pasaron unos leñadores, eran tipos de otros pueblos que iban en busca de árboles caídos. Ellos la vieron y estaban dispuestos a ayudarla.
-Qué le pasó? - Preguntó uno de los leñadores, revisando su pulso.
-Se cayó de la orilla. -Respondió Ellen muy astuta y muy nerviosa.
-No se asuste, señorita. La ayudaremos. -Le dijo el otro leñador.
Los tres con mucho esfuerzo lograron subir al inmenso hombre desconocido de la profundidad del barranco. Lo recostaron en la grama, a merced de la inmensa sombra de un gran sauce, para ellos poder recuperar el aliento.
-Éste hombre ed muy pesado. - Comentó uno de ellos quitándose el sombrero de cuero color vino para generarse viento en el rostro.
-Éste hombre no es de por acá, ¿cierto? -Objetó el otro leñador, con sus manos en la cintura, ambos transpiraban abundante sudor.
-Esa es mi casa. -Dijo Ellen, señalando la granja.
Lo llevaron hasta la habitación de Ellen, la cual compartía con su hermana. En agradecimiento les regaló una gallina cada uno.
-Le aconsejo que llame a una ambulancia, ese hombre está muy mal. -Le dijo uno de ellos.
-Lo haré! Lo haré! - Replicó ella con tanto afan por ir a verlo.

Al marcharse los leñadores, ella subió corriendo, dispuesta a llamar a las autoridades. Lo vio en la cama, tendido, tan indefenso, y con un trapo húmedo, limpió su rostro ensangrentado. Poco a poco se iba descubriendo su identidad. Ellen jamás en su vida, se imaginó lo que estaba a punto de ver. La sorpresa mas grande, el suspiro de aliento que necesitaba para poder soportar la miserable vida que llevaba. Era Chris Evan as, su amor "Imposible" Dejó caer el trapo húmedo al suelo y se levantó de la orilla de cama donde ella estaba sentada. Se alejó lentamente, mirándolo, mientras se tapaba la boca por la fuerte impresión que le causó.
-Éste hombre es... es... es... Chris Evans? - Ellen se puso la mano en la frente, mientras caminaba de un lado s otro.
-No, no, no. Esto no puede estar pasado. -Se detuvo un momento y lo vio.
-No. No. No. Esto debe debe de ser algún sueño, una broma. -Su cuerpo bailaba por toda la habitación, muy desesperada y no sabía que hacer. Por unos instantes perdió la noción del tiempo. No sabía si era real o era un sueño. Lo veía inconsciente en su cama y se veía tan real que no se atrevía a tocarlo.
-Él está, ahí, sangrando, pero no se si es real. - se decía con tanta confusión y su respiración acelerada. -Yo tengo que hacer algo. ¡Yo tengo que hacer algo! _ Se convencía tratando de encontrar una solución.
Por un momento se olvidó de la incertidumbre y corrió a botiquín, ya no por las pastillas por las cuales era la única razón que abría ese botiquín, sino que por alcohol, algodón y unas vendas. Corrió de nuevo a él y no se animaba a tocarlo.
-Tranquila, Ellen. En el mundo hay gente muy parecida. Y por lo que veo muy parecida.-_ Era la única explicación que ella encontró para el chico tan parecido a Chris que estaba tendido en su cama. Abrió su gabetero, sacó unas tijeras y empezó a costar la ropa, que ya estaba muy rasgada y empolvada. Fue ahí donde se dio cuenta que los milagros suceden. Se dio cuenta que era Chris Evans en persona. Sus tatuajes tan conocidos lo identificaron fácilmente.
-Dios! Es él en realidad. -No era capaz de asimilar la gran oportunidad? Que tenía enfrente. Lo veía tan profundo, tan intenso, sus ojos muertos brillaron por primera vez y sonrió.
Tocó su mano helada, una mano grande, blanca, sus uñas eran perfectas, limpias y sintió una sensación extraña. Ella que siempre había vívido con una cara seria y llorosa, por fin sonrió al sentir ese cosquilleo que se siente al tocar a un hombre por primera vez. El hombre que ella amaba.


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Si alguien me lee, os suplico una disculpa por actualizar hasta ahora.

Espero que les haya gustado el nuevo capítulo.
No olviden votar y dejarme su crítica.

MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Where stories live. Discover now