¿Quien es la seño Lis?

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El invierno por fin había llegado, los lugares pastosos se habían pintado por completo de verde, los árboles y arbustos. Las flores empezaban aparecer para quedarse una larga temporada.
Un día de ese invierno, la seño Lis tenía una cita con su médico, el cual tenía su consultorio en la cuidad capital. Así que llamó a un taxi de un pueblo cercano, el cual la llevaría hasta la capital. Clarita salió a despedirla, ya que ella no iría. Salía eso de la nueve de la mañana, Ellen estaba por casualidad revisando las semillas de maizal que había sembrado. Y al ver que la seño Lis se marchaba, la curiosidad le embargó, ya que seño Lis no salía muy seguido. El taxi marchó. Ellen muy curiosa corrió a cía Clarita.
-A dónde va na seño Lis? -Preguntó.
-A su cita con el médico. -Le respondió, mientras se encaminaban al interior de la casa.
-Como está ella? -Preguntó, tomando asiento en uno de los sofás.
-Ella está mas calmada. -Clarita tomó asiento, también, enfrente de Ellen.
-Soy una inconsciente. -Suspiró cabizbaja. -Ella se ha preocupado mucho por mi, y yo, sé de que está enferma.
-Tiene una pequeña infección en el estómago. -Dijo muy convencida.

Ellen se quedó en silencio, esquivando la mirada de Clarita, quien tenía la mirada fija en ella.
-Sé lo que está pasando con Chris y tú. -Le comenta.
-Qué?!-Se asombra Ellen al escuchar a Clarita llamar a Chris por su nombre y no por Rob, como casi todos lo conocían. -Ella te lo dijo? -Preguntó algo molesta.
-Sí, ella me lo dijo, pero no te molestes, yo guardaré tu secreto.
-Gracias!
-Mi señora confía mucho en mi. Yo jamás traicionaría su confianza. Ella me lo contó, creo que la estaba asfixiando esa verdad.
-Yo no sé... -Bajo la mirada Ellen.
-No me tienes que dar explicaciones. -Le dijo. -Quieres un café? -Le ofreció mientras caminaba a la cocina.
-Sí, ¡Gracias!

Ellen se quedó pensativa, durante el tiempo que tardó Clarita en llevar el cafés.
-Ella está muy preocupada por ti. -Le dijo, sirviendo el café, el cual llevaba en una pequeña tetera en una charola de plata.
-Por qué? -Ellen meneaba la pequeña servidora en su taza de café para disolver lo grano de azúcar.
-Rob le contó lo que Will te hizo. -Le dijo Clarita, volviendo a su asiento.
-Sé que mi familia no le agrada a Rob, ni a la seño Lis...
-Ni a mi. -Añadió Clarita. Ellen bajó la mirada de nuevo.
-...bueno, ni a casi todos. Pero te juro que muy en el fondo, son buenas personas, con malos ratos nada más. -Se excusó ella.
-Es mi señora quien se preocupa.
-¿Como es ella?-Preguntó intrigada Ellen.

Clarita quedó pensativa ante la inmensa pregunta que le hizo Ellen, por sus ojos pasaron infinidad de cosas relacionadas con la seño Lis. Suspiró profundo y respondió pensativa, cabizbaja.
-Ella... Ella es muy bondadosa. Mi señora es una gran persona. -Tragó saliva. -Mi señora es la mejor persona que el mundo pueda tener, ella...podría decirse, que ella es como un ángel. Tolerante, amigable y de mucho autocontrol, segura de si misma. -Decia Clarita, al hablar de la seño Lis, sus ojos brillaban y su rostro se iluminaba. -No creo que halla en éste mundo otra persona igual a mi señora. -Ella bajó la mirada, tornándola triste. -Pero todo es alegría en ella. Ella sufre. En ocasiones la escucho llorar, en el baño o en su cama por la madrugada. -Lo que e dijo Clarita a Ellen, hizo que se le formara un nudo en la garganta, el cual a apenas pudo tragar.
—Ella trata de disimular pero yo puedo ver la tristeza en sus ojos.
—Tristeza? de qué? —Preguntó Ellen, su voz se escuchó quebrantada.
—No lo sé. No me atrevo a preguntarle, pero te aseguro que no es por su enfermedad. —Le asegura. —Me duele ver como ella se la pasa casi todo el tiempo sentada frente a la computadora, escribiendo, supongo y siempre, siempre, escuchando la misma canción. In the shadows (The Rasmus) —murmuró Clarita, la nostalgia la embargó por completo y sus ojos empezaron a derramar lágrimas espesas retenidas en el lagrimal.
—La seño Lis a sido muy buena con nosotros. —Añadió Ellen.
—Pero no todo en ella es melancolía. Ella sonríe, a veces opaca, otras veces reluciente como el sol, «Esas sonrisas hacen que la vida sea maravillosa y te dan ganas de vivir en ellas—Resaltó Clarita con alegría. —No quiero que le pase nada malo a mi señora. —Suspira desanimada.
—Pero ella se va a curar. ¿Verdad?—Pregunta Ellen instigada.
—Sí. Por supuesto.
—Y su familia?
—Eso es algo que aun no sé de ella. No habla de eso y cuando le pregunto, ella cambia la conversación y se pone a beber. No le importa que hora sea, simplemente ella empieza a beber.
—Y ella no ha estado casada?
—No. Hasta donde yo sé, no ha tenido ni un novio siquiera. Se la pasa hablando de ti... Y de Chris. De su gran historia de amor. —Le dice. —Aunque no lo creas, ella está muy feliz ¿sabes? Feliz por ti, porque por fin conociste la felicidad. Ella sólo quiere que hagas lo correcto.
—Chris es muy impotentes para mi, y por eso no sé que hacer. En mis planes no estaba el enamorarlo. Yo sólo quería pasar tiempo con él. —Suspiró cabizbaja. —Como su fan que soy.
—Pero él se va a enterar de la verdad, y lo perderás. —Le es sincera Clarita.
—Pero el me ama. —Dice confiada ella.
—Segura? —Pregunto Clarita. Ellen se quedó callada, pensativa, dudosa de Chris.
—Tengo que irme. —balbuceo. Después de un momento de un como congelado silencio asfixiante. —Tengo cosas que tengo que hacer aún. —Esquivó mortal pregunta de Clarita.

Salió corriendo despavorida del lugar, ahuyentada por la incertidumbre que le había colocado Clarita. Corrió a su habitación. Se encontró de salida a Chris. Que al verlo se lanzó abrazarlo. Lo abrazó, se aferró tan fuerte de su cintura que se escuchó el crujir de sus huesos.
—Woow! Que fuerte. —Musitó Chris. Ella colocó su cabeza sobre el pecho de Chris un momento y luego alzó la mirada buscando encontrarla con la de él.
—Quiero que recuerdes...que siempre te voy amar. Pase lo que pase. Yo siempre te voy amar. Quiero que lo recuerdes. —Le dijo. Chris sonrió, la tomó tiernamente de sus mejillas y un inocente beso le dio.
—Yo también quiero que recuerdes eso. Y prometo que voy a recordarlo siempre, cada día de nuestras vidas juntos. Pero tranquila. Entre nosotros solo va a pasar felicidad. —Le aseguró.
—Tu eres mi felicidad. —Sonrió ella.
—Y tu la mía. _Le dijo él, inclinándose besarla de nuevo.

La seño Lis, regresó de su cita con el médico, ya entrando la tarde. El día seguía nublado. Clarita muy emocionada a esperaba sentada en la sala.
No había terminado de ingresar a su casa, y ya Clarita la estaba atacando con sus preguntas desesperadas.
—Mi señora. ¿Como le fue?¿Todo bien? —Pero al ver que ella ya tria consigo un bastón de madera donde apoyaba si mano cambio su expresión de ansiosa a seria.
—Tranquila. Clarita. —Sonrió mientras tomaba asiento en el sofá para descansar.
—Todo bien? —Insiste
—Tranquila .—Le dijo tomando su mano. _Todo bien. La medicina y mi cuerpo lo están logrando. —Clarita al escuchar l noticia suspiro profundo de tranquilidad y se lanzó a sus brazos. Estaba muy feliz porque su señora se estaba recuperando.

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Hola! (≧∇≦)/
Nos volvemos a leer. Espero que
Les guste el nuevo capítulo.
Muchas gracias a quienes me leen de siempre. De verdad. Ustedes y Chris Evans son mi apoyo, mi motivación y mi inspiración para seguir escribiendo.
Las amo.

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MAD WORLD. (Chris Evans y tu)Kde žijí příběhy. Začni objevovat