Dicen que es mejor tomar a la vida con cautela. Ir despacio, no precipitarnos si los años pasan, como un gran aluvión. ¿Esto significa que tenemos que quedarnos tendidos en la cama todo el día para alcanzar la felicidad?
No, claro que no. No se trata de vivir una vida con una ausencia de acción, solo hay que buscar el equilibrio y la seguridad que nos da la pauta de que todo está marchando bien.
Muchas veces hacemos lo que se supone que debemos hacer. Si sentimos el deseo de estar con alguien, simplemente es porque esa persona ya nos ha dado una dosis de aceptación y confianza.
¿A quien debemos desear? No se trata del deseo ni de la pasión, porque todo eso es efímero. Vemos que a través del tiempo los paradigmas de cada época cambian, aunque hay algo que siempre es igual en el tiempo: la gente se autosabotea porque desean experimentar algo diferente.
Entonces, uno deja la normalidad de la vida para caer una y otra vez en las trampas del amor. Pero para safar de esas temibles situaciones cargadas de dramatismo, hay que tener en cuenta que la psicología asegura que es necesario encontrar un equilibrio.
No debemos sentir el fracaso, no debemos estar mal o tristes por culpa de una fantasía. Si eso sucede, hay que evitar desestabilizarnos.
Es importante estar de pie y no derrotados. Porque si sabes que estás actuando de acuerdo con tus propios valores, estas situaciones no van a desesperante.
¿Que pasa si sufro? Sufrirás, sí. Todos sufrimos en algun momento y eso nos sirve como aprendizaje.
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