Capítulo 14

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Narra Ocarina:

Abrí los ojos y una luz blanca inundó mi vista. Me encontraba acostada en una especie de sillón que no reconocía y escuchaba unas voces desconocidas.

X1: Aseguraos de que esta estable, no podemos arriesgarnos a perderla.

X2: Si señor, no dejaremos que le ocurra nada. Cuidaremos de ella.

Traté de incorporarme pero me dolía a horrores la cabeza y me desplomé en el sillón. Oí el sonido de pasos acercándose a mi y traté de hacerme la dormida aunque creo que no fue demasiado creíble.

X1: Ocarina, se que estas despierta, abre los ojos, no te haré daño.

Abrí los ojos y ante mi se encontraba un guapísimo hombre de ojos verdes, cabello moreno, rasgos marcados y sonrisa seductora. Era alto y bajo la camiseta negra de manga corta se marcaban sus músculos trabajados y su piel ligeramente bronceada. No puedo negar que era hipnotizantemente atractivo.

Ocarina: Quien eres y donde estoy? Déjame ir!

X1: Ui para estar en una dimensión demoníaca tienes mucha energía pequeña, soy Azazel, señor de esta dimensión y ahora tu te encuentras en mis dominios. Y por mucho que lo desees no, ella no puede llegar hasta aquí para salvarte. Ella seguro que piensa que has muerto, si no eres una criatura poderosa no eres consciente de que se trata de un hechizo.

Ocarina: Azazel? Dimensión demoníaca? Eres un hijo de la oscuridad?

Estaba atónita, no podía creerlo. Como iba a salir de aquí? No podía quedarme sentada mirando, debía volver.

Azazel: Sí, muy lista pequeña, en concreto un hijo  de la oscuridad de alto rango, por eso tengo una dimensión solo para mi. Acostúmbrate a este lugar porque pasaras mucho tiempo aquí conmigo.

Me guiñó el ojo y se acercó a mi cara, con una mano me limpió una lagrima que corría por mi cara y me tendió la otra para ayudarme a levantarme. Al levantarme me tropecé y el impidió que cayera al suelo. Miré al suelo y advertí que llevaba puesto un vestido largo negro que hasta el momento no había notado llevar puesto. Me recogí el vestido para caminar sin caerme y seguí a Azazel por los oscuros pasillos hasta una habitación amplia que se iluminó al entrar nosotros. Había una gran cama a juego con un sofá amplio y una mesa de cristal con copas y un jarrón con agua, al fondo de la habitación había también un gran armario de madera oscura.

Azazel: Esta es tu habitación, aquí debería haber todo lo que necesites y si te hace falta algo dímelo y te lo daré. Ahora ves a darte un baño, está todo preparado y espero que el agua esté a tu gusto. Si ocurre algo no dudes en llamarme.

Se marchó haciéndome un gesto para que entrara en la puerta blanca al fondo de la habitación y obedecí, allí me encontré una sala con la pared y el techo lleno de espejos y suelo de mármol blanco con vetas grises y negras y una bañera llena de agua y espuma desbordante. Me quité el vestido y lo dejé en un taburete blanco que había allí. Una vez desnuda me metí en el agua metiendo primero un pie para comprobar la temperatura la cual era perfecta.

No se cuanto rato pasé allí, solo recuerdo quedarme dormida mientras miraba mi reflejo en el techo, estaba exhausta...


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