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No aproveché la tan esperada salida al pueblo. Al contrario que los demás, yo me quedé en el internado. No tenía ganas de juerga.

Observé como las gotitas de lluvia caían por la ventana.

Tú no eres mi hermana, eres mi juguete.

Mis lágrimas se confundieron con las gotas de la ventana.

Retirándolas con la manga de la blusa agarré las llaves y salí de mi habitación de camino al jardín.

Si te mueves, te mataré.

Con la vista medio nublada, eché a andar aún más rápido, tropezándome con alguien por el camino.

- Lo siento - susurré tambaleándome y eché a correr bajo la lluvia.

Chicos, ya hemos llegado... ¡Oh dios mio.. OH DIOS MÍO !

Llegué hasta el límite de la enorme explanda y grité con todas mis fuerzas llevándome las manos a la cabeza.

Iba a volverme loca si recordaba lo sucedido una y otra vez.

Aún gritando, aunque en un tono más bajo y con la voz entrecortada me dejé caer en el ahora embarrado césped.

Me agarré el pecho cuando me entró el hipo.

Me quedé estremeciéndome bajo la fría lluvia por mucho tiempo, intentando que el crimen que había cometido,que mis recuerdos se desvanecieran junto a las gotas de lluvia.

Tanto tiempo, que llegué a quedarme dormida.

La asesina de mi hermanoWhere stories live. Discover now