Capitulo 3: Gane la apuesta

1.2K 105 8
                                    

Estaba totalmente confundida. En ese estado me dirigí nuevamente a la mesa dónde se encontraban los mismos que hacía unos momentos. Me senté al lado de Jason porque los dos tórtolos seguían comiéndose a besos.

"Asco."

"Si."

-¿Cómo te va en el Instituto, Cam? ¿O prefieres que te llame Camila?-Preguntó Jason.

-Bien.-Respondí fingiendo una sonrisa.

-Eso espero.

-¿Y tú? ¿Qué es de tu vida?- Cuestioné intentando cambiar de tema.

Jason ya no estudiaba más en el instituto y había cumplido la mayoría de edad, a diferencia de nosotros. No había sabido nada de él desde la última vez que habíamos hablado hacía unos cuantos meses, cinco, para ser exactos. Sabía que solía comunicarse con Max y Sofía de vez en cuando, sin embargo conmigo jamás.

Hacía un año había salido con él y, para ser sincera, fue muy raro. Me atraía mucho pero a la vez había algo en su forma de ser que me disgustaba. Poco a poco fui comprendiendo que no era amor sino un gran cariño el que yo sentía por él. Luego de terminar, él se alejó de mí y no supe nada de él hasta este día.

-¿Por qué viniste realmente a la fiesta?-Pregunté directa.

-Para verte a ti.-Dijo simple.

"¡Oh, genial! Ahora me está coqueteando."

-¿Cómo no? ¿No te he visto hace mucho tiempo, y hoy te apareces aquí?

Me miró algo confundido y no dijo nada durante un rato. Luego habló devuelta para intentar regañarme por mis notas bajas, me sorprendí mucho de que supiera eso y su explicación fue que él lo sabía todo.

-De seguro, Max te fue con el chisme.-Aseguré sin dudas.

-No era necesario.-Respondió-Cuando él me lo contó, yo ya lo sabía.

-¿Quién eres ahora? ¿Una de esas personas que practican brujería o un fantasma?-Jason se echó a reír, no obstante, a mí no me causo gracia.

-Solamente soy una persona que se interesa en ti.-Dijo mientras alzaba una ceja y se acercaba más a mí.

Rápidamente me alejé de él excusándome diciendo que debía irme. Me miró confundido, no le expliqué nada y me dirigí a la salida. Escuché los gritos de Jason ofreciendo llevarme u ordenándome que lo esperara.

-Oye, espera.-Tomó de mi muñeca y giró mi cuerpo posicionándolo frente suyo.-Yo te llevo-Exigió- Max y Sofía siguen allá dentro y dudo mucho que quieran ir a dejarte a tu casa.

-¡Deben hacerlo! Ellos tienen que ir a dejarme a mi casa de dónde me sacaron. Por su culpa, yo me encuentro aquí.

-Cam, apuesto 100 dólares a que no vienen ahora mismo y te van a dejar.

Arrogante acepté la apuesta y volví a la mesa sin embargo a mitad de camino me detuve. Reflexioné: "No es posible que esos dos prefieran salir de esta fiesta sólo para dejarme a mi casa". Regresé a ver a Jason que me miraba amenazante.

-Olvídalo. Llévame a casa. –ordené con la vista baja.

Él hizo una reverencia, lo miré mal.

-Gané la apuesta-se mofó-¿Qué me darás a cambio?

-¿Qué quieres a cambio?-pregunté.

-Quiero sólo una cosa.

-¿Qué?-La paciencia se me había acabado. ¿Era necesario dar tantas vueltas?

-Te quiero a ti.

"¡Otra vez con eso!"

No pude evitar sonrojarme ante lo que acababa de decir. Le exigí que me explicara el porqué de su aparente desaparición.

-Me sentía devastado. Me sentía utilizado, me sentía realmente mal.-respondió-. Sólo quería alejarme de ti y no volver a verte. Ya no soy el mismo de siempre, mi forma de ser cambió en todo sentido.

No me dirigió la mirada, solo veía hacia el frente. Un silencio incómodo atacó el auto. Miré por la ventana, estábamos llegando a mi casa. Al estacionar frente a la puerta, me despedí de Jason dándole un beso en la mejilla y pidiéndole que no volviera a desaparecer. Cómo respuesta, él asintió y luego se fue.

Era las 11:15pm, exactamente, para mí demasiado tarde ya que solía dormirme a las 9:00pm. Ese día era diferente, a pesar de ser hora en la que normalmente estaba tirada en la cama, no tenía sueño.

Mis hermanas no se encontraban ya que trabajaban como enfermeras en un hospital. Estaba sola en mi casa, permanecí en mi cuarto. Me acosté en mi cama y me dediqué a mirar el techo si saber qué hacer. Durante cinco minutos no pensé en nada no obstante luego recordé algo que hizo que me levantara rápidamente de la cama.

"¡El deber de biología!" 

No todo es lo que parece ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora