Capítulo 4.1: Locuras

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Narra Sally:

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Narra Sally:

Helen dijo que Ben y yo nos convirtiéramos en forma ilusión para mezclarnos entre los estudiantes y tal vez tener suerte y parecernos a algún amigo cercano a ___ y su grupo.

Me puse ese uniforme y mi bolso preparada para ir a esa cárcel.

Cuando llegué me encontré a ___ y Daniela hablando y las saludé.

— ¡Hola chicas! —ellas entrecierran los ojos intentando reconocerme, hasta que sonríen. Qué nervios.

— ¡Hola Paola! —me dijo ___, al parecer mi nombre aquí es Paola, me pregunto cómo le irá a Ben...

—Todavía huele a quemado—dice ___ riéndose, Daniela también ríe.

— ¡Sí! —Exclama Daniela, entonces yo veo el grupo de vegetación que rodea al instituto todo quemado. Y pensar que Ben y yo lo causamos...

Era un día miércoles si mal no recuerdo, Ben y yo decidimos que era mejor ir al instituto por un atajo donde nadie nos viera, pues puede suceder que incluso las personas que imitamos nos vean y se haga un lío, y esa no es la idea. Por lo tanto tomamos el camino del monte, (alrededor del instituto hay muchos árboles y monte, por supuesto hay una reja que los separan) que era seguro.

Como me encanta comer y a veces tengo ansiedad, Slender decidió darme mi merienda ¡Genial! Ya no pasaré hambre con este puberto. Teníamos rato caminando, era la hora pico y mi estómago comenzó a gruñir. Cálmense tripas, que ya casi llegamos. Resultó que no pude aguantar y le pedí a gritos a Ben que me diera mi sopa. Cómo amo la sopa, es deliciosa y nutritiva, dicen que si comes mucha, serás muuuy alto.

Estupideces. Uno es alto por genética y los nutrientes que te dan de pequeño. Y yo estoy muerta, já.

—Ben, tengo hambre.

—Come calambre, niña.

Mis tripas me torturaban.

—Ben, dame mi sopa.

—Que no, deja de joder.

Lo miré como si fuera uno de esos mocos que te los comes pensado que son saladitos y resultan saber amargo, bueno, así.

— ¡Quiero mi sopa! —chillé tirándome al piso. Siempre funciona.

Él de mala gana me da la taza, la destapo y también le pido la cuchara para comer. Yo más feliz que lesbiana siendo ginecólogo la pruebo y al instante la escupo. Está fría. Le entrego la taza.

—Está fría, caliéntala. Me va a dar diarrea si tomo eso así.

Ben chasquea la lengua y busca un tronco. Saca una caja de fósforos y de su bolso una de esas botellas que no sé cómo se llaman que tienen líquidos para los carros, ustedes me entienden. Según él, hay gasolina ahí.

Dibújame [Bloody Painter y Tú] [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora