Epílogo.

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Años después...

Pov's Emma.

Desperté por los llantos de una pequeña de apenas ocho meses, quité el brazo de Dylan que me rodeaba la cintura, con cuidado de no despertarlo, caminé al cuarto de alado y abrí la puerta dejando ver un cuarto precioso color rosa con muchos peluches, y una cuna en medio, me acerqué a la cuna y ví a una traviesa pequeña patalear del llanto, la tomé en brazos y la mesi un poco para que se calmase, ella dejó de llorar y sus azules ojos se encontraron con los mios, sus pequeños cabellos rubios estaban alborotados y reí al verla, se miraba tan tierna mi pequeña,

- buenos días mi hermosa Victoria -, le saludé con una sonrisa, ella también me sonrió y empezó a jugar con mi alborotado cabello, sentí unos brazos fuertes rodear mi cintura y enseguida recibí un beso en la mejilla,

- ¿como amanecieron las mujeres de mi vida? -, preguntó la ya conocida ronca voz de Dylan, la pequeña en mis brazos rió y empezó a patalear pidiendo con sus pequeños brazos que su padre la abrazara, el así lo hizo y la cargó, él le empezó a hacer caras y su hija reía a más no poder.

Pasos se escucharon por el pasillo y la puerta se abrió de golpe dejando ver a dos pequeños, Christian el mayor, de cabello rubio y ojos azules, heredó mi físico, pero heredó el rompecorazones de Dylan, un mini play boy. Y el mediano, Stefan, un pequeño de cabello negro y los ojos azules, tiene todo el físico de su padre, igual es todo un galán, pero lo más chistoso es que es igual a mí de forma de ser. Y mi pequeña Victoria, es igual que Dylan y yo juntos, una juguetona y curiosa mujersita.

- mami me llavas al cine a ver a Jack el destripador -, dijo excitado de la emoción Christian, yo sonreí ante su desesperación a que lo lleve,

- si, te llevaré, pero calmate -, le dije y me abrazó haciendo un esfuerzo por levantarme, pero como aun era pequeño no podía cargarme, en cambio yo le cargué y le dí unas nalgaditas, esté salió corriendo a la dirección de su padre donde le pidió otra cosa, consentido era, igual de barbero con los demás para salirse con las suyas.

Stefan se acercó a mí y me abrazó, yo acaricié su cabello mientras obsevabamos la escena de Dylan y sus dos hijos, mi pequeño Stefan no era tan apegado a ellos, mi pequeño era más apegado a mí, así como yo lo era con él,

- ¿mami, podrías ver una película con migo cuando Victoria se duerma? -, me preguntó con su dulce voz,

- ¿que te parece y si dejemos a Victoria y Christian al cuidado de tu padre y tu y yo nos vamos por ahí? -, le pregunté y me sonrió de lado, la misma sonrisa que su padre tiene,

- ¿que les parece mejor y que no voy a trabajar hoy y nos vamos todos a la playa? - preguntó esta vez Dylan los pequeños hermanos sonrieron hasta la pequeña Victoria. Dylan me miró y me abrazó por la cintura, - y así tu yo disfrutamos un poco -, dijo pícaramente, yo sonreí y le besé la mejilla,

- me parece bien -, le susurré, los niños no nos escucharon pero la pequeña sí, aunque ella era una bebe apenas y no entendería nuestras palabras.

Todos salieron cada quien a su cuarto y empezaron a empacar sus trajes de baño y algunas ropas de más, yo empaque su ropa de Dylan junto con las mías y por aparte la ropa de la bebe, Christian y Stefan compartieron maleta, ya que cargar no queríamos con Dylan y yo.

Dylan preparó su avión privado y nos llevó a Miami, los pequeños estaban muy emocionados por llegar.

Cuando llegamos nos instalamos en una de las habitaciones del hotel de Dylan, enseguida cada uno se puso el traje de baño y salimos corriendo hacia la playa. Subimos al ascensor esperando bajar, el pequeño Stefan se abrazó a mí, lo cual se me hizo extraño, ellos solo portaban un short playero y Dylan tenía una camisa, no hiba a permitir que saliese mostrando carne, yo en cambio tenía un vestido holgado, y la pequeña Victoria tenía un trajesito de baño color rojo que su padre le había comprado. El ascensor abrió las puertas y nos dejó salir, salimos del hotel y nos acercamos a la playa, del otro lado estaba una familia más. Puse una toalla en la arena y senté a mi bebe, Dylan y Christian corrieron al mar y empezaron a jugar con el agua y las pequeñas olas que se formaban,

- Stefan ¿por qué no vas con tu padre y tu hermano? -, le pregunté a mí hijo,

- tengo miedo mamá -, me respondió, yo reí y sacudi la cabeza negativamente,

- no te va a pasar nada, las olas no están fuertes y mucho mwnos esta hondo, apenas le llega a la cintura el agua a tu hermano -, el sonrió y caminó hacia ellos un poco indeciso, mientras las chicas disfrutábamos del sol, aunque por supuesto mi hija tenía buena pequeña sombrilla que la protegía, a parte de todo el bloqueador que le hunte.

El tiempo pasó y dos mujeres se acercaron a donde nosotras, la mujer castaña le sonrió a mi pequeña y luego me saludó a mí, lo mismo hizo la pelirroja,

- el señor Peterson nos pidió que cuidase de sus hijos, mientras ustedes se desocupan -, me informó la castaña, que por el nombre de su uniforme era Estephany y el de la otra era Alicia.

Dylan y los niños se acercaron a nosotras,

- ya llegaron, por un momento pensé que no llegarían -, dijo Dylan refiriéndose a las dos jóvenes,

- sentimos llegar tarde -, dijo Alicia,

- niños se van a quedar a cargo de estas dos señoritas, su madre y yo vamos a caminar -, le informó Dylan a los pequeños, ambos hijos asintieron con la cabeza y la bebe no se quedó atrás, ella asintió seria y todos empezamos a reír.

Dylan me tomó de la mano y comenzamos a caminar por toda la orilla del mar, el agua mojaba nuestros pies y el viento mesia nuestros cabellos,

- no sabes lo feliz que me haces Emma -, me habló Dylan, el me abrazó por la cintura, y aun caminábamos,

- no sabes lo feliz que soy yo por tener una maravillosa familia -, le dije, el depositó un beso en mi mejilla, una mujer se acercó a nosotros, tenía una muy bonita figura, y por la cabellera se me hizo conocida...

*Juliane *

- ¡Dylan, ¿que sorpresa?! -, exclamó, el cuerpo de Dylan se tensó,

- ¿que haces aquí Juliane? -, dijo con enfado en su voz,

- solo vine de vacaciones, no te preocupes, me hospedo en el hotel de alado -, dijo la mujer despreocupada,

- bien, tienemos que volver -, intervení, y Dylan me empujó para atrás y nos dimos media vuelta para volver, estaba enojado, furioso por lo que podía ver en sus ojos, - calmante Dylan -, le susurré acariciando su pecho,

- Dios, como viene y nos saluda así como así -, dijo con la mandíbula apretada,

- Dylan eso ya pasó -, me detuve igual que él, le acaricié su mejilla y me miro más tranquilo,

- te amo Emma -, me dijo,

- yo también Dylan -, le dije y me atrajo hacia el para besarme...

Una vida tranquila después de todo, solo esperaba que esa mujer no se volviera a acercar a nosotros. Mi familia es mi prioridad, mis hijos, mi esposo, nada nos hacia falta, ni siquiera Dylan Peterson tendría que buscar acción sexual con otra mujer con La Amante...

Fin.


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