-Quiero que me cojas y me hagas lo de aquella vez, ahora-Ordenó y se acercó, la empujé con los ojos llenos de lágrimas y la miré a los ojos.

-En lo que me queda de vida no quiero que me vuelvas a tocar, alejate de mí-Dije dolida y salí de allí, me encerré en mi departamento y me quedé llorando unos minutos, vi mis muñecas y las tenía dañadas. Caminé por unas cremas y en él camino vi él informe policial de mi denuncia, lo abrí con el fin de leerlo.

“Querida señorita Herdt, le informamos de manera cordial, que la denuncia presentada por usted junto a las pruebas visuales han pasado por un juez el cual ha decidido declarar a sus tíos culpables por delitos variados contra su persona.
Con lamento le debemos informar que debido a que usted no tiene familiares vivos que puedan hacerse cargo de usted, la ubicaremos en uno de los orfanatos de la capital, dejando todas sus herencias y riquezas sin ser tocadas en un banco. Nuestro más sentido pésame, juzgado nacional”

La carta cayó de mis manos, mi cerebro no era capás de procesar todo lo que estaba pasando, debía ser una pesadilla, Demi, orfanato, orfanato, Demi, todo sumado era igual al fin de la vida cómo la conocía.
Tragué saliva y como toda situación mala en mi vida debí aceptarlo, aunque duela. El día siguiente, todo cambiaría para mí.

Antes de entrar al orfanato me permitieron ver a sus tíos.

-Ya no me harán nada-Los miré sonriendo.

-¿En serio piensas que nosotros somos el Jefe?, estas equivocada cría inservible. El jefe sigue afuera y tú no estás a salvo, no sobrevivirás-Ríe y me sacan de allí. Trague saliva, está libre aún, algo mas para la lista de mierdas que me pasaban.

Pasadas dos horas de viaje llegamos a mi nuevo hogar, miré aquel edificio con dolor, aunque acordaron que yo estudiaría con con mi beca junto a los prodigios, ningún colegio especial, ninguna educación superior podría curar el dolor de mi corazón.

Mas que mi alumna(Demi y tú)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum