07.

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Me levanté de la cama con una pereza que no me cabía de tan grande que era.

Me puse el uniforme y me fui al baño rápido. Me quedaba una hora, pero aun así quería llegar temprano a la escuela. No había hecho la tarea de sociales y obvio Lucas me la iba a pasar.

Cuando fui a la cocina para poder desayunar algo, me encontré con Andrés, y si, estaba jugando en el pinche teléfono. ¿No tiene vida social o qué?

El solo me vio y se empezó a reír. Lo odio, enserio, lo odio.

Ignore sus risas con sonido de foca y fui a la cocina, encontrándome con una bruja... Digo, con mi madre.

―Buenos días ama.― Le regale una sonrisa y ella me miró feo. Uy.

― ¿Que tienen de buenos?

―Pues yo estoy buena, no se tu como te veas.― Tome una manzana y me tome un vaso con licuado de plátano que previamente había hecho la doña.― ¿Me llevas o me voy?

―Lárgate en camión, tengo cosas que hacer.― Me dio el dinero y yo fui por mi mochila para así irme a la escuela.

Cuando llegue, a pesar de las quejas de Lucas, termine sacándole la tarea y me puse a hacerla en chinga. Y para mi buena suerte, la termine antes de que el maestro dijera mi nombre de la lista.

En el receso, me puse a buscar a una de mis amigas del salón dos, pero no encontré a nadie así que me fui a la cooperativa sola. A lo lejos pude ver a un wey con cabello color crema.

No pude evitar pensar en Michael 'El chico de las tortillas' y en lo que había hecho un día antes, ¿Por qué lo había hecho?

Seguro la desesperación te hace hacer cosas tontas y yo estaba desesperada por que mi madre no me diera un chanclazo. Por qué duelen hasta la madre.

Cuando llegue a la fila de la comida, me reí al pensar que el chavo de allá podría ser Michael, ¿Qué clase de droga estoy tomando? Seguro fue la manzana que me comí en clase de matemáticas.

Me senté en la única mesa desocupada y empecé a comer mi torta. La mejor comida de todo el pinche día.

Sentí como alguien se sentaba a mi lado y lo ignore. Por ahora, la única que tenía mi atención era la torta de jamón en mis manos.

― ¿Está buena tu torta, Marta?

Cuando escuché la voz de Michael, realmente pensé que la manzana tenía una especie de droga, ya que estaba escuchando la voz de ese pendejo a un lado mío.

Voltee rápidamente y si, ahí estaba el.

―Hola Marta.― El saludo alegremente y yo mire su uniforme, era el mismo de la escuela.― ¿Cómo estás?

Mastique el bocado en mi boca y a duras penas lo pase. Después solté un suspiro y quise golpearme contra la mesa.

―Hay No mames. ¿Alguien le puso droga a mi comida? Porque estoy viendo alucinaciones y son muy feas.

Escuche su risa y fue ahí cuando hice la comida a un lado y me golpee contra la mesa.

¿Por qué me pesan estas cosas a mí?

El chico de las tortillas» CliffordWhere stories live. Discover now