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Mi madre me había mandado al supermercado a comprar algunas cosas que hacían falta en la casa, quejándome por eso salí a la calle en dirección al super. Mis heridas físicas ya habían empezado a desaparecer, cosa que ayudaba...no quería más preguntas por parte de los profesores ni por parte de mi madre o hermano; quienes últimamente habían estado de buen humor y felices.  

Cuando llegué al supermercado, tomé un carrito y con una lista de cosas en mi teléfono, me puse a recorrer los pasillos.

—Voy a creer que me estas siguiendo...—miré a Alex que venía detrás de mi con una canastilla en sus brazos, sonrió y me puse tensa. Decidí que era mejor no responder a ninguno de sus comentarios, no estaba para que me jodiera en estos momentos, no sabía que intenciones traía conmigo.

—¿Cómo estás?—¿cómo podía hacer eso?, hace unos días nos habíamos besado y actuaba así...o sea, pensaba que Alex era un poco diferente no sé, él era amable y poco popular, aparentaba ser un chico que jamás olvidaría algo como un beso o así.... a menos que le hayan pagado o algo... ¡joder!

—Okay, tomaré tu silencio como un "estoy bien"—volvió a sonreír y mi corazón se arrugó. Una cosa que no podía negar era que Alex era atractivo... muy atractivo...¡¿Qué carajos estaba haciendo en mi?!

Asentí rápidamente.

—Cuidado...no quiero que te rompas el cuello—¿Qué? Sus chistes de mal gusto y su preocupación me estaban molestando y mucho. Odiaba a las personas que de un momento a otro se hicieran las interesadas y... Alex había tomando mucha confianza conmigo de un momento a otro. Mis alarmas estaban activadas. Debía tener cuidado.

—¿Te pasa algo?—al ver mi mirada de confusión y molestia, miró al piso.

Creía que él estaba fingiendo, eso sería mejor, él no se preocuparía tanto por mi, ¿verdad? ¡Era una completa locura que un chico como él intentara algo conmigo! 

—Nada...—Apreté con fuerza el carrito—Lo siento...pero tengo que terminar de comprar.

Su semblante cambió, parecía desilusionado y un poco triste. Le di poca importancia a eso... ya nada importaba.

—Está bien...

Rápidamente empujé el carrito hasta la caja, debía salir de aquí cuanto antes. Ya compraría el resto de las cosas en otro lugar.

(...)

Me faltaban unas dos cuadras para llegar a mi casa, cuando el chillido de unos neumáticos me alertaron. El miedo se apoderó de mi cuerpo, por lo que disimuladamente miré hacia atrás.

Alice...

Me puse tensa, apreté el paso. ¡¡¿Esa vieja no se cansaba de perseguirme?!! Maldita.

—¡Hey Perra, tu y yo tenemos algo pendiente!—Gritó. Traté de correr pero no vi la raíz del árbol que estaba solo a unos pasos de mi, por eso caí al suelo regando todo lo que había comprado.

Alice no perdió la oportunidad...Me dio una patada justo en las costillas, ese era su punto favorito. Me retorcí en el piso, pero el dolor en mi costado me pareció poca cosa cuando comenzó a tirarme toda la comida encima...

Y sí,  las lagrimas fueron las siguientes en aparecer en el espectáculo...Lloraba por dolor, lloraba porque ella no sabía todo el trabajo que  había hecho mi madre para conseguir el dinero de la comida...Yo no importaba, mi madre sí...

Con mi vista empañada vi los tacones de Alice, estaba frente a mi. Un mar de pensamientos asquerosos se pasaron por mi mente y miles y miles de formas de venganza se incluyeron también. Pero así como llegaron se fueron. Yo estaba sola, ella no.

—Espero que te alejes...o no, mejor...espero que desaparezcas...—la miré con odio, estuve a punto de escupirla—así le harías un favor a todos, especialmente a tu maldita familia.

La odiaba, me odiaba, odiaba a este mundo, lo hacia...

Me quedé ahí, inmóvil, pensando  en como iba a llegar a casa sin la compra y con una buena mentira.













Alex y yo durante el bullying (OstonHill #1) (EDITANDO)Where stories live. Discover now