1

1K 51 9
                                    

Ya estaba lista, me había levantado muy temprano. Después de las largas  vacaciones de verano, hoy comenzaban las clases en la escuela. El tiempo había pasado muy rápido y junto con ello las esperanzas de mejorar mi vida y salir de agujero en el que me encontraba...

Tomé mi mochila y rápidamente bajé las escaleras, con un grito me despedí de mi madre y sin pensarlo un segundo salí de casa. Afuera hacía frío, cosa que me hizo suspirar. 

Estos últimos días habían estado helados, el invierno estaba en su máximo momento y eso no ayudaba nada a mi estado de ánimo. Odiaba los días grises.

Miles y miles de cosas rondaban por mi cabeza como cada mañana...sabía que mi vida no estaba en su mejor momento, que estaba atrapada en una rutina agotadora y de lo peor, que mi autoestima estaba por el piso y mis emociones eran más inestables que las de cualquiera.... pero seguía respirando... intentando superarlo... ¿sería eso posible?

Caminando por el andén llegué a tiempo a la escuela.

Todos conversaban animadamente como siempre. Intenté mirar mis zapatos como siempre lo hacía; pero aunque lo intentara era imposible, seguía sintiendo las miradas sobre mi... quemándome, agrediendome, criticandome.... como todos los días.

Haciendo caso omiso a eso, llegué al aula de mi clase de Trigonometría, como de costumbre me senté en la ultima fila, abrí mi mochila y saqué el libro que antes había estado leyendo.
Me sumergí por unos minutos en la única manera que ahora tenia de ser "verdaderamente feliz", pero en pocos minutos el timbre había sonado y mi instante de "desconexión" se acabó.

Todos entraron y ocuparon sus lugares, claro, manteniendo una distancia de 20 metros de mi. Eso era aparentemente normal, tenía una clase de peste de la que todos huían. 

La profesora entró y sacó su material de trabajo, saludó a todos.

Cuando dijo que el trabajo de hoy sería en parejas, fue cuestión de tiempo para que todos las formaran.

Yo quedé sola, era de esperarse.

Me acomodé en la silla y tomé mi mochila del suelo. Saqué mi libreta y demás apuntes, era una suerte que antes había estado estudiando el tema del trabajo.

Cuando me disponía copiar los ejercicios , él  habló:

—Pensabas comenzar sin mi...— y ahí estaban los ojos miel de  Alex, el único chico del instituto que me hablaba, perdón, la única persona aparte de mi familia que lo hacia. Por lo general era un poco... ¿intenso?... es decir, era muy sociable pero al parecer conmigo era más de lo normal y eso me hacía sentir un poco incómoda.

Luego de unos segundos, rodé un poco mi silla para que el se pudiera sentar junto a mi. Traté de sonreír, pero no lo hice.

(...)

Después de entregar el trabajo con diez minutos de anticipación, la maestra nos dejó salir. Durante el trabajo estuve como siempre, callada.

Me despedí de Alex con un gesto y salí corriendo al baño.

Entré al lugar y me metí en uno de los tantos cubículo. Escuché unas risitas pero no hice caso a ellas, donde iba se reían de mi.

Hice mis necesidades y salí.

Me miré en el espejo que tenia en frente, debajo de mis ojos estaban una moradas y hondas ojeras. Mi cuello tenia unos pequeños cortes que antes había provocado.

Me sentía como una completa fracasada, una mierda, una basura, no me merecía esto, no, no lo hacia.

Abrí el grifo del agua y me empapé la cara  con el líquido. Me apoyé en el mesón que estaba en el mismo lugar y respiré profundo, cerré los ojos por unos segundos y creo que en ese momento fue en el que me taparon los ojos con un pañuelo.

Alex y yo durante el bullying (OstonHill #1) (EDITANDO)Where stories live. Discover now