Refuerzos

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—¿Cuánto más falta?

La pregunta de Ryeowook apenas se escuchó sobre el aire halado que golpeaba sus rostros. Raziel, junto con los íncubos y el mismo Ryeowook, viajaban usando sus alas hasta la ciudad donde sabían se encontraba Asmodeo. Donghae le había dado una razón para pensar en dónde podía estar Sungmin. Era más ángel que demonio, y eso Daios no podía soportarlo porque de esa manera podía defenderse de él.

—No mucho, ya casi llegamos —respondió Hyukjae.

Se había ido sin despedirse de Hae, cuando Raziel llegó a avisarles que partirían antes de lo previsto, el íncubo dejó a Hae dormir, le dio un beso en la frente y se fue. Jamás abandonaría a un amigo, Kyuhyun nunca le perdonaría que dejara a Sungmin a manos de ese demonio, y estaba consciente de que podría morir en combate. Quizá estaban en ventaja al encontrarse en territorio íncubo, aunque eso no aseguraba que Asmodeo no pudiera arrancarle la cabeza si se cruzaba en su camino.

—¿Es seguro llegar así de la nada?, no sabemos de qué lado están esos íncubos. —Siwon no estaba convencido del todo.

—Hace unas semanas se celebró allí una junta, el señor Leeteuk está de nuestro lado. Si las suposiciones de Raziel son ciertas, entonces no corremos ningún riesgo yendo con ellos. Daios no lo sabe. —Siwon asintió, tal vez Hyuk tenía razón, debía confiar en que era así.

—La ciudad —dijo Raziel, interrumpiendo la plática. Unos puntos luminosos aparecieron en la lejanía, estaban a punto de llegar.

***

Iban a gran velocidad sobre la carretera, el viento soplaba fuerte, pero la adrenalina mezclada con el temor lo hacía acelerar cada vez más. Sus manos en el volante estaban tensas, nadie decía nada, los dos miraban el camino deseando que pronto pudieran estar en la ciudad.

—¿Un íncubo es más veloz que un auto?—preguntó Donghae manteniendo el volante firme.

—Tal vez solo un poco —respondió Hee mirando su celular, según el GPS faltaban cuarenta y cinco minutos para llegar a la ciudad.

Habían salido poco después que los otros una vez que Heechul le robara el auto a su padre. Los dos decidieron eso cuando supieron que no tendrían alternativa, no estaban dispuestos a ser dejados atrás. Ellos estaban preocupados por Sungmin y sus parejas, y que se molestaran no les importaba en lo absoluto, no los dejarían solos.

—¿Y si solo estorbamos?

—Ya hablas igual que Siwon. Donghae, nosotros ayudaremos a sacar a Sungmin de ahí, nos lo llevaremos en medio de la confusión, no pasará nada. No servimos para pelear, pero sí para defender a nuestro Min —Donghae se animó un poco—. Ahora acelera, tenemos que llegar a tiempo.

Hae aceleró, pero apenas unos segundos después algo se atravesó en su camino. Donghae frenó, el auto rayó el asfalto, y entonces un ruido de un vidrio quebrándose se escuchó fuertemente. Heechul había sido lanzado, atravesando el cristal, girando por la carretera hasta detenerse varios metros adelante.

That boy is a Monster (KyuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora