CAPÍTULO 17: Corazones rotos

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Se había zafado entonces de los brazos de Rex, presionando los puños con fuerza porque de pronto soportar las lágrimas se hacía cada vez más difícil. Lo detestaba, y solo recién podía estar completamente segura. Porque si antes intentaba evitar a Aaron Foster, ahora era consciente del por qué.

Odiaba que la humillara y que aun así ella fuera lo suficientemente ingenua para creer que había algo especial. Incluso se avergonzaba. Lo detestaba, aun con lo rápido que admitir la molestia que sentía hacia él se hiciera tan grande y rápido. Todo era pesado y superficial cuando se trataba de Foster, como un ridículo sueño que sabes jamás se va a cumplir por lo irreal que es.

Aborrecía que se burlara de ella y que luego intentara ayudarla. Detestaba que la tratara mal, pero que luego la buscara en cada rincón. Odiaba que le diera besos en todos lados porque luego lo haría con otra.

Despreciaba con todo su ser que coqueteara y se besara con todas incluso frente a ella. Y le preocupaba. Le era realmente preocupante que de pronto lo único que podía sentir era eso hacia todo el mundo. Ahora solo tenía rencor, odio y desprecio hacia los demás. Porque sabía a conciencia cierta que ella misma empezaba a desaparecer para dar lugar a alguien más, a una Amber repleta de aborrecimiento.

"—Me largo, prefiero estar allí que tener que estar aquí haciendo el ridículo —había murmurado enfadada a Rex, al único chico que prácticamente había corrido detrás suyo hasta la entrada del apartamento de Aaron Foster".

Estuvo lo suficientemente enfadada como para dejar que las palabras salieran de su boca como vómito verbal, sin tapujos ni impedimentos.

"—No tienes que hacerlo —respondió Rex casi con desesperación—. Por lo que más quieras, no lo hagas. Aaron puede ser muy idiota pero créeme cuando te digo que no sé por qué demonios se está comportando así. En serio, no quiero tener que soportar su mal humor nuevamente una vez que te vayas de aquí".

Rió internamente, ignorando la puerta que acababa de abrirse de su supuesta habitación de la mansión Miller.

"—Yo no tengo nada que ver con lo estúpido que es. ¿Sabes? Creo que deberías decirle a ella que lo ayude con eso. Adiós, Rex".

Ni siquiera lo conocía directamente, mucho menos, confundida, al notar que él sí la conocía muy bien.

"—Bien... —Rex estuvo mirando al interior del hogar de Foster y, con el ceño fruncido, chasqueó la lengua antes de cerrar la puerta de golpe—. Solo déjame pedirte dos cosas. Uno... —suspiró pesadamente, sacudiéndose el cabello— déjame llevarte a donde quieras ir. Y dos, no le hagas caso, es un idiota".

—Amber, en serio, ¿qué te sucede? —La voz de Hale la sacó de sus pensamientos y recuerdos, trayéndola a la realidad.

—Nada, Hale, estoy cansada de todo.

Abrió los ojos en desmesura al sentir un fuerte golpe ir directo a su cabeza, y vio a Hale observándola resentida.

— ¿Por qué no me lo dijiste? —siseó su mejor amiga con rabia.

— No sé de qué...

— Hablo de toda la mierda que sucedió ayer. Tuve que enterarme por Megan, ¿sabes lo humillante que fue eso? Además, ¿por qué jodidos te fuiste con el idiota de Foster? —He se inclinó hacia ella y le tomó el rostro con ambas manos, sacudiéndola una y otra vez, y mirándola con desesperación—. ¡¿Qué tienes en la cabeza?! ¡Pudiste haberme llamado! ¡No me gusta que estés mendigando favores a nadie, Amber!

— No tenía dinero y tampoco tengo teléfono. No quería regresar allí y luego Aaron me dijo que estabas con Tristán... —entonces frunció el ceño—. Y no, no sé por qué al menos se me ocurrió creerle. Lo odio.

AMBER ©Where stories live. Discover now