Caprichoso destino

Capítulo 17. Caminos cruzados

-¿Volverás?-preguntó Roxanne a Viktor.

Se habían vestido, ya que las dos horas de servicio estaban llegando a su fin. Roxanne se había sentido querida, deseada y, sobre todo, no hubo rastro del miedo que pensó que iba a pasar cuando estuviera con un hombre tras lo que pasó con Donovan, sino que fue todo lo contrario.

-No te dejaré sola, ¿vale?-contestó él acogiendo el rostro de Roxanne entre sus manos. Ella sonrió y se besaron por enésima vez esa noche. Sin embargo, el sonido de un móvil les obligó a separarse.- ¿Diga?-contestó él. Roxanne observó cómo sonreía, así que entendió que el que le llamaba era Kieran.-El hotel se llama Dómine, pide una habitación y mándame un mensaje con la información; iré a buscarte en cuanto acabe para ponernos al día.

Colgó y ambos se miraron sonriendo.

-Entonces tu hermano ya está aquí-dijo Roxanne.

-Efectivamente, y con su ayuda será más fácil sacarte de aquí. Ahora debo irme. Dale este dinero al matón de la puerta-le tendió un gran fajo de billetes que Roxanne cogió abrumada.

-No puedo evitar sentirme como una prostituta si me das todo este dinero después de estar juntos.

-Eh, no eres ninguna prostituta, mi Rox- la corrigió dándole un abrazo-, esto es parte del plan, ¿vale? Ni se te ocurra compararte con las demás mujeres que trabajan aquí, porque tú eres mi mujer, sólo mía. No vas a ser de nadie más, te lo aseguro. Te quiero Roxanne, no esperaba que esto me pasase, pero te quiero, te amo y te voy asacar de aquí sea como sea.

Roxanne asintió, se despidieron con un beso más y Viktor salió. Se despidió de Genevieve en la entrada y, tras darle una generosa cantidad de dinero para que reservase a "Blake" sólo para él, se dirigió al hotel a pie. Su teléfono prepago sonó con un nuevo mensaje:

Habitación 53, segunda planta.

_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Tras guardar el móvil en la mochila, Kieran se echó la misma sobre el hombro y se dirigió a paso ligero a la habitación 53. Fue por las escaleras de aquel típico motel de carretera barato de dos plantas. Viktor había escogido el lugar perfecto para esconderse mientras planeaban cómo rescatar a Roxanne. Ya en la planta superior, fue mirando los números de las habitaciones: 50, 51, 52... 53. Kieran sacó la llave que le había dado el recepcionista, un señor barrigón con mal olor y un puro entre los labios, y se dispuso a abrir la puerta. Planeaba darse una buena ducha en lo que su hermano llegaba, el viaje había sido largo y tener que dejar de nuevo a Alejandra no sumaba nada bueno a la situación, menos ahora que había estado íntimamente con ella.

De pronto, escuchó unas voces que subían por la escalera e iban en dirección a donde él se encontraba. Para que no le vieran, se puso una gorra y se apoyó en la barandilla que daba la calle al otro lado del pasillo. Eran una pareja: una mujer asiática y un hombre rubio. Había reconocido en seguida a la mujer, pero al hombre no. En el momento en que ellos pasaron por detrás de él, se detuvieron e intercambiaron susurros. Kieran se tensó, y cuando sintió que una de esas personas se iba a acercar a él, echó a caminar a paso ligero por el pasillo, pero los dos iban tras él y, al darse cuenta de que lo que hacían era perseguirle, echó a correr a toda velocidad. Saltó la barandilla de la escalera del otro lado del motel y entró en la recepción, mezclándose con la poca gente que allí había. Salió por la otra puerta de la recepción y echó a correr en la oscuridad de la noche en dirección a la ciudad, intentando camuflarse entre los árboles y arbustos que había a ambos lados de la carretera.

_-_--_-___-__-_-__-_

Sentía la cabeza embotada, además de un dolor pulsante en las sienes. De pronto, extrañada, se dio cuenta de que tenía el brazo izquierdo tan entumecido que casi no lo sentía. Intentó moverse para dejar de apoyarse en el brazo, pero algo se lo impidió: sus manos estaban unidas a su espalda por algo metálico y frío que reconoció rápidamente, eran unas esposas. Abrió los ojos y todo lo que vio fue penumbras y un suave rayo de luz que se filtraba desde vete a saber dónde.