Muerdago Parte 5

6.2K 413 165
                                    

Travis

Decir que estaba nervioso es poco.

Estaba a punto de sacarme los zapatos y morderme las uñas de los pies, porque las de mi mano ya no existen.

El simple hecho de caminar hacia la cabina de Demeter ya me atormentaba. No tenía idea de como me recibiría, ni tampoco sabia si desearía verme.

No me sorprendería si me lanza tomates.

De a poco, la cabaña de madera aparece, las enredaderas creciendo en sus paredes y techos, haciendo formas y palabras en Griego.

En la puerta estaba Miranda.

Su cabello negro atado en una colita alta, sus ojos marrones brillando con enojo. Escondía sus labios dentro de su boca, una acción comúnmente hecha por ella al estar de mal humor.

Y mis instintos de informaban que era todo a causa de mi.

Me acerco a la morocha, una sonrisa inocente apareciendo con cuidado.

Debía tratar de convencerla que venia en paz.

— Stoll, si no te alejas tres metros te ahorcare con una flor — me amenaza, apretando sus dientes.

Bueno... Chau paz...

— Esta Katie en casa?— pregunto esperanzado, ignorando el deseo de muertes que la joven tenía por mi.

— No es de tu incumbencia — reclama, cruzándose de brazos, dando un aspecto tenebroso para una chica tan dulce.

— Te daré lo que sea — le suplico, resistiéndome las ganas de arrodillarme y rogar ante sus pies.

— No me puedes sobornar — exclama ofendida.

— 100 drachmas?— niega — 200?— vuelve a negar — Una cita con Connor?— la veo a punto de negar de nuevo, pero lo reconsidera al digerir lo que dije, y sus ojos muestran la emoción que estaba sintiendo en ese momento.

Miranda gustó de Connor desde que tiene diez años, ella es un año menor que mi hermano, y siempre lo vio como su héroe.

Hasta que creció y sus hormonas decidieron que era lindo.

Ella no era una mujer reservada, a diferencia de Katie, no esperaba a demostrarle a Connor lo que sentía por el, de manera indirecta. Pero como mi hermano es mas ESTUPIDO que cascara de nuez, no puede entender estos intentos de atención.

Le he dicho múltiples de veces lo que la joven sentía por el (a veces debajo de la sombra de una amenaza que ella me hacia) pero este me aseguraba que era parte de mi imaginación, que ellos eran solo amigos.

Seh, seh nadie se cree esa.

Levantó una ceja, y le sonrío de lado. Se muerde el labio con duda, pero finalmente asiente derrotada.

— Buena decisión linda — le digo, guiñándole un ojo, se sonroja ante mi comentario, y luego se hace a un lado, dejando que me enfrenté la puerta que cambiaría todo.

Enrollo mis dedos en la manija dorada, sintiendo el frío recorriendo mi palma, erizando todos los pelos de mi cuerpo.

La doy vuelta, y empujo el pedazo de madre hacia adentro, asomando mi cabeza por el costado, tratando de ver lo que había en ese cuarto.

— Katie? — pregunto, entrando completamente al lugar iluminado.

Todo era tan precioso, las paredes estaban decoradas con pinturas de muchos colores, marcando flores rosas, violetas, amarillas y rojas. Sus pétalos tan delicados que hasta la fina hoja de papel podía demostrar ello.

Chistes de PJO y HoODonde viven las historias. Descúbrelo ahora